La minería salteña, en un momento de inflexión y con un futuro luminoso
La actividad minera ya se perfila firmemente como uno de los pilares fundamentales del futuro de la provincia. Las inversiones en exploración, la generación de miles de puestos de trabajo, la aparición de nuevos protagonistas, la multiplicación de proveedores locales y la demanda de técnicos de nuestras universidades son el resultado de un clima de previsibilidad y seguridad jurídica que se ha logrado crear en la provincia.
El cobre, el oro y el litio ofrecen perspectivas muy alentadoras, que exigirán el sostenimiento de las políticas de Estado provinciales y un compromiso global de la Nación.
La sociedad contemporánea no podría existir sin la minería y Salta se prepara para ser la provincia “que imprima el nuevo impulso para convertir a la Argentina en un país minero”. Así lo aseguró el jueves el geólogo y contador Daniel Jerez, quien expuso en el ciclo organizado por El Tribuno un exhaustivo informe que desmiente con números tres mitos generalizados contra la minería: que es una actividad que no deja nada en el país, que no genera empleo y que no agrega valor, limitándose a “exportar piedras”.
Junto con la licenciada en Geología Tay Such, y apoyados en la experiencia minera de San Juan y Jujuy, además de comparaciones con las de Chile y Perú, demostraron que el 83% de la renta minera queda en nuestro territorio, a través de impuestos, empleos con salarios que superan la media nacional, aportes previsionales y la demanda de insumos y servicios, que generan a su vez nuevos empleos en forma indirecta. Pero las mineras también aportan tecnología y conocimiento de los suelos proporcionando información - fruto de la exploración y sin gasto alguno del Estado - tanto de interés científico como otros de enorme valor social, como los que se refieren a las reservas de agua.
Más tarde, el doctor en Geología Ricardo Alonso ratificaría, además, que “en Salta hay minería para quinientos años”. No fue la primera vez que lo hizo; en sus libros, publicaciones y conferencias pronunciadas en El Tribuno viene anticipándolo desde hace mucho tiempo.
Los panelistas pusieron de relieve, además, el compromiso social y ambiental de las grandes mineras que operan en nuestra región.
El escenario mundial de hoy y la misma historia de la humanidad muestran con una claridad incontrastable que ningún país puede construir una sociedad equitativa sin desarrollo sustentable.
“Desarrollo sustentable” supone, como condición ineludible, el impulso a la actividad productiva, la generación de empleo y la formación profesional de la población.
La minería, el campo y el turismo ofrecen las mayores ventajas comparativas de nuestra provincia; no obstante, nunca faltan los palos en la rueda. La minería y el campo han sido sistemáticamente asediados por el fundamentalismo ambiental, con sobreactuaciones, falacias e informaciones falseadas. En Chubut, con todo su potencial, la actividad está maniatada por los activistas y por la negligencia de los gobernantes.
El desarrollo sustentable parte de una premisa: garantizar la calidad de vida a todos los seres humanos y a las futuras generaciones. El director nacional de Producción Minera Sustentable, Leonardo Pfluger, lo dijo en un reciente reportaje, refiriéndose a esta actividad y a todas las áreas de la producción: “La mejor forma de proteger al ambiente, la mejor forma de lograr sustentabilidad es a través de generar desarrollo, que implica generar empleo, producción y recursos, ingresos fiscales para fortalecer el Estado porque sin un Estado con capacidad para gestionar para controlar no hay protección ambiental que valga”. Y añadió “no hay ninguna actividad de ninguna naturaleza que no dependa de recursos no renovables”.
Hoy, la magnitud de la actividad económica mundial exige cuidados muy especiales y los organismos internacionales vienen acordando medidas para evitar que el calentamiento de la tierra, el cambio climático derivado, especialmente, del uso de combustibles fósiles y la acumulación de residuos no degradables, no derive en una catástrofe.
Pero la sustentabilidad ambiental va de la mano con la necesidad de sustentabilidad social. La exclusión del empleo y la educación son un flagelo que parece expandirse hasta colocarnos a las puertas de una catástrofe humanitaria. En consecuencia, es imprescindible que los gobiernos, en la Nación, en la Provincia y en cada municipio trabajen a largo plazo para asegurar la instalación de empresas con efecto multiplicador, como son las mineras, las agrícolas y ganaderas, y las turísticas.
En esta tarea, el Estado, la universidad y las empresas deben asociarse en el esfuerzo por el desarrollo sustentable. Las empresas tienen, siempre, un efecto multiplicador en los espacios que ocupan.
La minería, denostada generalmente por ideólogos urbanos que no conocen la montaña ni los bosques, es paradigmática al respecto.
En el panel del jueves, la especialista en Derecho Ambiental en Salta, María Cristina Garros Martínez, explicó el origen de la Diplomatura en Derecho Ambiental y Gestión Minera de la Universidad Católica de Salta, que co dirige con Ricardo Alonso. “Hace falta eliminar los prejuicios - dijo - La minería de hoy ha incorporado la técnica, la ciencia y las nuevas normativas. Desde esta diplomatura construimos el diálogo necesario entre las diferentes posiciones”.
En poco tiempo, Salta pasó de una minería totalmente artesanal, de minerales no metalíferos de muy bajo precio, al boom del litio, un insumo con demanda creciente en los últimos años.
“Estamos en un presente venturoso, un momento bisagra, especialmente con las posibilidades que ofrecen el litio el cobre y el oro”, afirmó Alonso.
Hoy la Provincia tiene más de 10 proyectos en ejecución avanzada y algo más de 60 en fase de exploración. El presidente de la Cámara de Minería de Salta, Carlos Ramos, asegura que cuando Lindero llegue a su producción planificada “va a exportar por más de US$ 200 millones anuales en oro”.
“Salta es una provincia minera con un futuro muy importante. Yo auguro que en dos o tres años vamos a decir que el principal exponente de exportación es la minería y la actividad con mayor impacto”, destacó.
No es una quimera competir con Chile, con quien compartimos la misma cordillera pero que exporta veinte veces más minerales que la Argentina.
El éxito de la promisoria minería salteña depende, entonces, de políticas nacionales que no desalienten las inversiones y en la vocación productiva y el compromiso de los salteños en la defensa de sus legítimos intereses.
Fuente: El Tribuno