Cuánta agua necesita la producción de litio en América Latina
El litio representa una de las grandes oportunidades para que América Latina sea un actor clave en la transición energética a las energías renovables suponiendo importantes beneficios económicos para la región. No obstante, desde la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR) advirtieron que tanto las autoridades competentes como el sector privado de los países que aspiran a hacerse de un lugar en el mercado deben catalizar los proyectos porque “Sudamérica no está sola en la carrera por ser un proveedor mundial, hay importantes jugadores como China y Australia”.
La principal apuesta regional está en el denominado triángulo del litio compuesto por Chile, Argentina y Bolivia. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), este trío concentra casi el 56% de las reservas mundiales de litio, localizadas principalmente en Chile (41%) y Argentina (10%).
Cabe destacar el potencial de desarrollo socioeconómico que supone este mineral dado que, según la Agencia Internacional de Energía, su demanda podría multiplicarse por 42 en 2040 a causa de la transición energética de la movilidad.
Juan Camezzana, director de ALADYR, resaltó que los países antes mencionados son capaces de producir litio de alta calidad, como el carbonato de litio con grado de batería, y que se benefician de condiciones geológicas, con una gran cantidad de salares que albergan concentraciones elevadas del mineral en sus salmueras. “Aunque el litio es un elemento abundante en la corteza terrestre, la alta concentración en las salmueras de estos territorios sudamericanos ofrece una ventaja estratégica al optimizar los costos de producción de carbonato de litio, hidróxido de litio, cloruro de litio y otros compuestos”, precisó.
Detalló que tanto Chile como Argentina tienen una larga trayectoria en la producción de químicos de litio, lo que ha contribuido al desarrollo de circuitos productivos sólidos y que, en los últimos años, estos circuitos se han fortalecido para satisfacer la demanda global, consolidando una cadena de valor local que complementa las operaciones mineras y refuerza la capacidad de producción a nivel regional.
Celeridad con responsabilidad para los proyectos de litio
Camezzana precisó que la ventana de consolidación de nuevos proyectos de litio es de al menos 10 años y que “sin lugar a dudas” la próxima tendencia es al reciclaje de las baterías como metodología sostenible, lo que añade mayor necesidad de acelerar los procesos para una explotación responsable si América Latina desea aprovechar esta oportunidad económica.
“Hoy debemos poner especial atención en catalizar el desarrollo de proyectos en materia de producción de litio. Bajo ningún punto de vista esto quiere decir que los procesos de factibilidad e impacto ambiental no deban llevarse a cabo de forma rigurosa y consistente, pero sí con mayor eficiencia”, opinó el directivo de la entidad.
El dirigente apuntó que las tecnologías de tratamiento de agua, de las que el sector privado local tiene amplia experiencia, son clave en la explotación sostenible del litio, ya que la mayor parte de la producción latinoamericana proviene de salmueras. En este sentido, las tecnologías de Extracción Directa de Litio (DLE por sus siglas en Inglés) posibilitan la implementación de metodologías productivas que reducen la huella ambiental en contraste las técnicas convencionales.
Cuánta agua consume la producción de litio
Uno de los grandes desafíos será reducir el consumo de agua. Según datos de la Cámara Empresaria de Medio Ambiente de la Argentina (CEMA), que busca afrontar ese reto con nueva tecnología, en la fase extractiva se evaporan entre 1 y 2 millones de litros de agua de salmuera por cada tonelada de litio y, para purificar esa misma cantidad del mineral, son utilizados alrededor de 140.000 litros de agua dulce, dependiendo de las condiciones de cada salar y de los procesos de cada empresa.
Para Camezzana la huella hídrica total –gasto de agua por cantidad de mineral producido- de la producción de químicos de especialidad de litio a partir de salmueras en la región es inferior a la que se observa en otros lugares del mundo que utilizan fuentes minerales distintas, como las formaciones rocosas de espodumeno.
Según Luis Guarracino, doctor e investigador de Conicet y de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), un kilo de soja requiere 2.300 litros de agua y uno de carne, 16.000. En tanto, para producir una remera se necesitan 2.300 litros de agua o 10.000 litros o más para un pantalón de jean.
La Red de Académicos por el Desarrollo (RAD) de una Minería Sustentable explicó que la convención establecida es que 1 litro a 4°C pesa esencialmente 1 kilogramo. Con esa lógica para hacer un kilo de carbonato de litio necesitaríamos 2.000 litros de agua, pero eso no es así. Según la RED, el litio es casi 100% reciclable a diferencia de otros productos desechables o consumibles que usamos a diario y por lo tanto posee otra huella hídrica. De hecho, uno es un estudio realizado para la Unesco reveló que si fueran 2.000 litros de agua, el kilogramo de litio estaría entre 1kg de cereal y 1 kg de oleaginosas.
Lo cierto es que con 1 kilogramo de litio se pueden producir entre 300 y 500 celulares. "O decir que se ahorrarán miles de litros de combustible y emisiones (con su huella hídrica) o evitar la contaminación del agua de gases de efecto invernadero", recalcó la RED.
Jujuy Energía y Minería de Sociedad del Estado
Un trabajo académico de los investigadores Paula Arias Alvarado, Walter Díaz Paz, Ariela Salas Barboza, Lucas Seghezzo y Martín Iribarnegaray para la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta alertó por la información circulante. "Frente a las proyecciones de crecimiento en la producción de litio surgen algunas preocupaciones en torno al desconocimiento general que existe respecto al consumo tanto de agua dulce como de salmuera por parte de dicha actividad".
Y tras analizar el Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAyS) del proyecto Olaroz, en Jujuy, se determinó que el volumen de agua empleado en el proyecto minero está representado en su totalidad por la huella hídrica azul, la cual se estima en 584,1 m3/tn de Li2CO3 producido. "El 92% del valor global del indicador está asociado al consumo de salmuera, mientras que el 8% restante está implicado en el consumo de agua dulce", definieron.
Asimismo revelaron que teniendo en cuenta la producción total anual alcanzada por Yacimiento de Sales de Jujuy (SdJ) durante el 2021 (12.611 tn de Li2CO3), el consumo de agua dulce en el proceso de producción ascendió a 589.168 m3, mientras que el consumo de salmuera se estimó en 677.7192,5 m3.
En ese trabajo, los investigadores lanzaron una recomendación. "La huella hídrica podría servir como un indicador que contribuya, desde una perspectiva técnica, al análisis y discusión de los consumos de agua en la extracción y el procesamiento del litio, así como también su potencial impacto en el ciclo hidrológico local".
Para finalizar, Camezzana declaró que entre las empresas socias de ALADYR existe experiencia y disposición para una explotación hídricamente sostenible de este mineral y que consideran que el monitoreo ambiental, y específicamente, el de los recursos hídricos de primer uso, es de suma importancia.
“Tenemos salmueras de alta calidad respaldadas por estudios de factibilidad sólidos que ofrecen una ventaja estratégica que posibilita la producción de químicos de litio de alta especialización a costos de inversión y operación muy competitivos en comparación con otros oferentes en el mercado global pero el tiempo apremia y productores como Australia y China son competidores importantes en esta carrera por el mercado”, remarcó
Fuente: Ámbito