El litio argentino motiva inversiones por US$ 7.000 millones
Solo para el desarrollo del litio, el sector minero del país estima inversiones de más de 7.000 millones de dólares hasta 2030, lo que permitirá a la Argentina posicionarse como uno de los primeros productores globales del insumo crítico para la fabricación de baterías de autos eléctricos junto con Australia, superando a Chile.
En efecto, si se completan en los próximos años los planes en marcha, el país alcanzará una capacidad instalada de producción superior a las 300.000 toneladas de carbonato de litio por año, lo que podrá explicar al menos el 20% de la oferta mundial del litio.
En suma, con tres plantas en producción -la tercera, inaugurada en junio y las otras dos, en plena expansión- y con el avance en la construcción de otros cinco proyectos, que están en proceso de ejecución de la ingeniería de detalle, y otros tres en etapas avanzadas, se calcula que el país se posicionará hacia el inicio de la próxima década como un importante actor geopolítico en materia de transición energética.
Estas altas previsiones no pasan desapercibidas ante los ojos del mercado global de minerales, en los segmentos de tecnología y en las industrias automotrices, que tienen claras metas de conversión hacia la electromovilidad.
Los desafíos que se plantean para el litio, que está en pleno desarrollo y supera año tras años todas las estimaciones de crecimiento, se debatirán con los principales actores de los gobiernos nacional y provinciales, con representantes de las empresas líderes del mundo y con investigadores de entidades académicas y científicas, los días 9 y 10 de agosto en la provincia Salta, en el marco del "Seminario Internacional Litio en Sudamérica", que organiza anualmente desde 2011 el medio especializado Panorama Minero.
LOS NÚMEROS ARGENTINOS
Para poner en contexto, la Argentina alcanzó en 2022 una producción de alrededor 37.000 toneladas anuales de carbonato de litio equivalente (o LCE, en siglas en inglés) desde las dos únicas plantas que estaban en fase operativa, lo que representó cerca del 6,2% de la producción del mundo, de acuerdo con los datos de 2022 del Servicio Geológico de Estados Unidos (o USGS, por las siglas en inglés de United States Geological Survey).
Esas dos primeras plantas son el Proyecto Fénix de la firma estadounidense Livent, en Catamarca, que opera desde fines de los '90 y el Proyecto Olaroz, que comenzó a producir en 2014 en Jujuy y está a cargo de la australiana Allkem, asociada con la japonesa Toyota y la empresa del estado jujeño Jemse. El 10 de mayo último, Livent y Allkem anunciaron su fusión para crear NewCo, una empresa global para la producción de litio.
Ambas están en pleno proceso de ampliación de sus capacidades productivas y, en ese sentido, el proyecto Olaroz anunció en julio que se concretó la primera producción de carbonato de litio en el marco de la etapa de expansión del proyecto Olaroz II. Esa iniciativa implicó una inversión total de USD 425 millones desde 2019 a la fecha y le permitirá a la firma aumentar la capacidad de producción de carbonato de litio de máxima pureza en 25.000 toneladas adicionales anuales, lo que elevará la capacidad de producción total a 42.500 toneladas por año.
La tercera planta representa un nuevo hito para la industria litífera en el país: su puesta en marcha se completó en junio, se totalizó una inversión de unos 1.000 millones de dólares en cerca de seis años, y es la segunda en la provincia de Jujuy. Se trata del yacimiento Cauchari-Olaroz, operado por Minera Exar, que es una sociedad argentina cuyos accionistas mayoritarios son la canadiense Lithium Americas Corp y la china Ganfeng Lithium, y que cuenta también con una participación del 8,5% de la firma local Jemse. Minera Exar aspira este año a lograr una producción inicial de 10.000 toneladas de LCE hasta, gradualmente, alcanzar su capacidad total de 40.000 toneladas para 2024.
En paralelo, tres de los cinco proyectos que están en construcción están ubicados en la provincia de Salta: se trata del proyecto Centenario Ratones, de la francesa Eramet en asociación con la china Tsingshan, con un desembolso estimado de más de USD 600 millones y una capacidad de 24.000 toneladas de LCE; el proyecto Mariana, de la firma china Ganfeng Lithium, con una inversión de más de USD 240 millones y una producción anual de 10.000 toneladas del insumo para baterías; y el proyecto Sal de Oro, de la empresa surcoreana Posco, que ya inició la segunda fase de construcción, para la cual se comprometió una inversión total de USD 1600 millones.
Para ese último proyecto, que se inició en marzo del año pasado, ya se llevan invertidos más de USD 800 millones para la construcción de una planta comercial de fosfato de litio, ubicada en el Salar del Hombre Muerto, y otra de hidróxido de litio, en el parque industrial de General Güemes, con capacidad de producción de 25.000 toneladas anuales.
La firma, la primera de Corea del Sur que invierte en Argentina, ya anunció este año que duplicará ese monto para dar comienzo a la construcción de una planta productora de carbonato de litio, en una zona de cooperación bi-provincial entre Salta y Catamarca -es decir que requirió el acuerdo previo de las dos jurisdicciones-, con una capacidad de producción de 23.000 toneladas al año, y que tiene previsto para este desarrollo en el país un total de USD 4.000 millones hacia el 2030, cuando estima avanzar hasta una cuarta etapa.
La segunda provincia con proyectos en construcción es Catamarca: tiene en marcha Sal de Vida, de la firma Allkem, que estima un desembolso de casi USD 500 millones y una capacidad instalada de 25.000 toneladas de carbonato de litio y Tres Quebradas, de la china Zijin Mining, con una inversión de USD 319 millones y una producción de 20.000 toneladas del mismo producto.
Fuente: mase.lmneuquen.com