La nueva era del cobre en Argentina: los 8 proyectos en los que se invertirán u$s 22.000 millones

Hay ocho proyectos que podrían introducir a la Argentina en una nueva etapa del cobre. Si todo avanza como se cree, se invertirán en la construcción de las minas alrededor de US$ 22.000 millones y el país podría exportar por US$ 11.000 millones anuales a partir de la próxima década.
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La Argentina comenzó a producir cobre a gran escala en 1997 con la mina Bajo la Alumbrera, en la provincia de Catamarca. Ese mismo proyecto dejó de estar operativo en 2018. El país ya lleva cuatro años sin producir cobre. Esta primera etapa cuprífera en la Argentina duró 21 años y produjo solo desde esta mina, que en total obtuvo ingresos fiscales por US$ 5037 millones y en su vida útil generó exportaciones por US$ 17.300 millones. No fue poco, pero fue solo un proyecto. Mientras, el PBI de Chile - al otro lado de la cordillera- se movió al ritmo del cobre.

Pero en los últimos años distintos proyectos de gran escala en etapa exploratoria avanzaron. Las compañías desembolsaron algunos millones de dólares para conocer más la geología y superar las exigencias regulatorias. De a poco se fue configurando una nueva era del cobre que está renaciendo en el país, a pesar de los problemas macroeconómicos que afectan cualquier actividad. El cobre busca revancha en la Argentina y se prepara para escalar varias veces la primera etapa y multiplicar los números previos a 2018.

Hay ocho proyectos de gran escala ubicados en solo cuatro provincias que están en etapa de exploración avanzada y prometen ser los protagonistas de esta nueva era cuprífera de la Argentina. En la provincia de San Juan, la que más proyectos tiene, están Los Azules, El Pachón, Josemaría, El Altar y Filo del Sol; en Salta se encuentra Taca Taca; en Catamarca está MARA (Mina Agua Rica - Alumbrera); y en Mendoza el proyecto San Jorge. Las estimaciones de recursos de cada uno convierten a la Argentina en uno de los principales países del mundo con potencialidad en la producción de cobre.

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La etapa de construcción de estos ocho proyectos demandará una inversión de más de US$ 22.000 millones.

En total, la etapa de construcción de estos ocho proyectos demandará una inversión de más de US$ 22.000 millones. Se calcula, según los números aportados por las compañías y los que estima la Secretaría de Minería, que en estos ocho proyectos hay 63,1 millones de toneladas de reserva de cobre, que implica una producción anual de 1,2 millones de toneladas. Con las ocho minas en producción la Argentina podría llegar a exportaciones de cobre por alrededor de US$ 11.000 millones anuales, según cálculos oficiales. Esto significa más del triple de lo que exporta actualmente el sector minero en el país. 

Sin embargo, los tiempos del cobre son los más largos que tiene la minería en general. Recién en cuatro o cinco años podría empezar a operar algunos de estos ocho proyectos y se espera que a partir de 2030 la producción sea realmente a gran escala. El impacto real de todos estos números no es inmediato, pero el futuro es realmente prometedor. 

OFERTA Y PICO DE DEMANDA

Si no hay grandes sobresaltos y todos los proyectos pueden avanzar en tiempos lógicos, la Argentina podría entrar a la próxima década con una buena producción de cobre, pero, sobre todo, significativamente creciente. Esto se dará al mismo tiempo que el mayor pico de demanda de cobre a nivel mundial. La coincidencia entre la entrada en producción de los cupríferos en la Argentina hacia 2030 con la mayor demanda mundial en la historia de este metal es una de las características más importantes de la nueva era del cobre del país.

Según un informe de la consultora Wood Mackenzie, la demanda se multiplicará por cinco desde 2030 por el crecimiento de la electromovilidad, ya que en fabricación de vehículos eléctricos el uso del cobre se cuadruplica. Además, el consumo de cobre a nivel mundial crecerá por el corrimiento del sector productivo de fuentes de energía fósil hacia las alternativas renovables o de menores emisiones de CO2, el almacenamiento energético y el aumento de la instalación de redes eléctricas. 

El mundo está yendo a las energías limpias, que demandan altas cantidades de cobre. Por ejemplo, los parques eólicos, tanto en tierra como los offshore, demandarán entre cuatro y hasta siete veces más cobre que en la actualidad. Las fábricas de cables también tienen previsto multiplicar la producción porque la electrificación dependerá, en gran medida, del cobre que haya disponible en el mundo. Estos fenómenos son parte de la transición energética que el mundo está atravesando y, más allá de que se acelere o demore por la pandemia o las guerras, se trata de un futuro inevitable. El cobre será uno de los grandes protagonistas de esta transición.

También, el cobre es uno de los minerales más requeridos a nivel mundial por su conductividad y porque tiene múltiples aplicaciones en el sector de la construcción, las telecomunicaciones, la electrónica y el transporte. Actualmente, el principal demandante es China y en segundo lugar se ubica Estados Unidos.

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En estos ocho proyectos hay 63,1 millones de toneladas de reserva de cobre, que implica una producción anual de 1,2 millones de toneladas.

Wood Mackenzie estima que si se quisiera limitar el calentamiento del planeta en alrededor de 1,5° (como indica uno de los objetivos del Acuerdo de París de 2016) para intentar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la industrialización, se necesitarían 68 millones de toneladas anuales de cobre para el año 2050. En la actualidad el mundo produce 28 millones. En este escenario futuro, la oferta de cobre tendría que aumentar en 40 millones de toneladas anuales. Chile, uno de los mayores productores del mundo, alcanza los 5,6 millones de toneladas por año. Es decir, para abastecer la demanda futura se necesitan casi siete veces lo que hoy produce Chile.

"Para los próximos años se espera un incremento constante en la demanda, impulsado muy especialmente por los compromisos asumidos por los distintos países en relación con el cambio climático. Aquí entran en juego las tecnologías de energía limpia. La Argentina tendrá un lugar destacado en este cambio energético a partir de ser productora de cobre y también del litio", señala Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).

Mignacco también explica que "en 2030 se estima que los vehículos eléctricos representarán más del 30 por ciento de los vendidos a nivel mundial. Un auto eléctrico requiere más del doble de cobre que uno convencional. En cuanto a las energías renovables, hay aproximadamente 5,5 toneladas por Megawatts (MW) de cobre en la tecnología de energía solar y 4,7 toneladas en una turbina de viento de 3 MW. En este nuevo escenario, se estima que la demanda total del cobre se multiplicará por tres en 2040 en comparación con 2020".

Mario Hernández, presidente de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ), indica: "La Argentina empezó a traccionar una nueva ola exploratoria y de grandes inversiones para concretar la producción y exportación. Esto tiene que ver con que hay una posibilidad de que en un futuro el precio de las materias primas vaya al alza ante la mayor necesidad de consumo de cobre en el mercado". Y remarca: "Los pórfidos de cobre se volvieron más atractivos en términos de inversión exploratoria, porque tiene un valor de cobre equivalente ya que incluye a otros metales, como por ejemplo el oro. Si avanzan los pórfidos de cobre en San Juan, estamos hablando de alrededor de US$ 7000 millones de inversión para una sola provincia, que es un número muy grande".

El titular de la cámara sanjuanina destaca que para 2030 el precio del cobre va a estar muy por encima del actual. "Los proyectos en la Argentina no van a producir mañana, por eso es importante que lleguen las inversiones para el desarrollo de estos pórfidos de gran escala. Entre los años 2027 y 2028 la Argentina podría volver a exportar cobre. El cálculo que se hace en el sector minero es que para 2030 se espera una gran demanda de cobre en el mundo, que coincide justo con el año donde podría haber varios proyectos en San Juan que estén exportando o comenzando a exportar", explica.

Fuente: Cronista.com.ar

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