La minería para la olvidada puna salteña genera expectativas tanto en los pobladores, por la oportunidad laboral, como para las arcas municipales por los aportes que genera la actividad.

Si bien Tolar Grande es un pueblo que nació a raíz del ferrocarril, impulsado por el inicio de la producción del borato, el pueblo quedó muchos años en el olvido; al igual que otros pueblos que disfrutaron del auge productivo. Sin embargo, el impulso renovado de la actividad a raíz de diferentes proyectos que se llevan a cabo, llevó a que el pueblo viva una nueva realidad.

El 2022 por ejemplo, arrancó el año con expectativas por la actividad minera. “Hace unos días hablamos con dos nuevas empresas que se radicarán en el pueblo” indicó el intendente Sergio Villanueva. Ambas empresas explorarán la zona en búsqueda de cobre y litio. Una de las empresas que arribarán es Litica Resources, subsidiaria de Plus Petrol, asociada con la canadiense LSC Lithium para explorar más de 20 mil hectáreas del Salar de Arizaro. Estas dos empresas se suman a las 3 que ya operan en la zona: Mansfield, Eramine (Eramet) y Salta Exploraciones. 

Villanueva celebró que nuevas empresas apuesten a la región. “Es muy importante para la zona, permite dar mano de obra. Como hablamos con las empresas, que tengan en cuenta todos los servicios locales”, aseveró. Actualmente, la mano de obra demandada de la zona, en la mayoría de los casos, se trata de actividades no calificadas como lavandería, gastronomía, panadería y servicios relacionados con la protección personal de los empleados.

Sin embargo, se comienza a trabajar en la capacitación de los pobladores de la puna. En este sentido Villanueva indicó que hace unos días desde Mansfield presentaron un proyecto para iniciar un curso de soldador especializado en técnicas de perforación. Las propuestas de capacitación de los privados se suman a las del ministerio de educación que ofrece cursos de soldadura y electricidad. 

En este contexto, contó Villanueva, no solo se logró desocupación “cero” en el pequeño de más de 400 habitantes; sino que además regresaron los que sufrían el desarraigo: “El desafío es que la gente se quede en el lugar. Hay muchos familiares que se fueron, ahora volvieron y están trabajando en las empresas”, indicó el jefe comunal. El regreso de los que se fueron en búsqueda de una mejor oportunidad, llevó a la demanda habitacional. Por este motivo el IPV construye 10 viviendas y se planifica la construcción de 20 más. 

Mediante un acuerdo logrado con Mansfield y el ministerio de salud, también se construye el hospital local, ya que el más cercano, el de San Antonio de los Cobres, queda a 200 kilómetros. “Estamos conversando para generar un convenio de infraestructura, para que las obras queden en beneficio de la gente como para el turista que llega a nuestro pueblo”, aseveró el intendente.

Sin embargo la situación no es igual en toda la puna. “En Olacapato y Pastos Grandes aún necesitan trabajar, por eso el diálogo con las empresas”, destacó Villanueva. 

La pandemia hizo que muchos proyectos se paralicen. La reactivación de la actividad no solo es bienvenida, sino que a su vez demanda acompañar los procesos para cuidar y aceitar los protocolos epidemiológicos. En este sentido Villanueva aseguró estar tranquilo por el trabajo en conjunto con las empresas. “Las empresas tienen protocolo estricto, el personal hace aislamiento, se hace el test y recién ingresan a la mina”, destacó y explicó que posteriormente realizan un control en terreno con visitas a cada proyecto con el equipo técnico municipal. 

Piden que el plan minero sea más inclusivo

Hace algunas semanas el ministro de Producción, Martín de los Ríos, visitó San Antonio de los Cobres para hablar del plan minero provincial. El senador por el departamento Los Andes, Leopoldo Salva pidió que el plan “ sea participativo, para que nuestras comunidades puedan opinar”. “A veces uno tiene un poquito de miedo porque no tuvimos buenas experiencias”, reconoció el legislador que tuvo a su padre minero. En este sentido, Salva celebró la llegada del asfalto de la ruta 51 que “fue un viejo sueño de los vecinos y de Roberto Romero” y finalmente se lo pudo ejecutar. Pero, advirtió, falta trabajar en los caminos del “San Antonio profundo”, por lo que pidió que se elabore “un plan de infraestructura vial para la Puna”. Salva además destacó que en San Antonio y Olacapato aún hay gente desempleada. “La provincia debe dictar más carreras relacionadas a la minería”, destacó. 

Fuente: El Tribuno