Entre las expectativas y la proactividad
Por José de Castro Alem
Las realidades ya concretas en la industria del litio insertas en expectativas algunas veces facilistas hacen que si bien avancemos debido a nuestras ventajas competitivas nos hayan planteado en el pasado escenarios alternativos que no hayan sido aprovechados en la medida de los posible.
Entre 2014 y 2017, los proyectos de Australia de producción minera de roca en conjunto de las convertidoras químicas en China, lograron tomar la delantera de la producción estableciendo un esquema, que hasta ese momento se subestimaba dado los costos de producción aparentemente mayores. Así Australia/China comenzaron a liderar la producción de carbonato e hidróxido de litio en desmedro de los múltiples proyectos en nuestro país, principalmente, y sin poder avanzar en nuevos proyectos en Chile y nada concreto en Bolivia.
Como suele suceder estamos nuevamente en un punto revisar cómo interactuamos desde lo político, empresarial y social para juntos realizar un análisis concreto de estrategias para posicionarnos de la mejor forma en la industria del litio. El crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos se desaceleró en 2023, en gran parte debido a un menor crecimiento en China, debido al fin de los subsidios y a una desaceleración en la economía sumado a una disminución en la adopción de vehículos eléctricos. Es importante interpretar que el mercado sigue tasas de crecimiento muy altas y diferentes a otros mercados, pero menores a lo esperado, por ello es un concepto de los muchos que muchas veces se confunden en la comunicación de la minería: percibir la desaceleración como crisis.
Ahora, del lado de la oferta se observó el aumento progresivo de una gran variedad de proyectos y la puesta en marcha de nuevos proyectos ubicados en naciones que produjeron litio por primera vez, siendo los casos más importantes Brasil y varios países de África en los materiales de roca dura principalmente espodumeno y nuevos materiales como micas.
La entrada de muchos proyectos nuevos al mercado en 2024 resultará en un crecimiento de la oferta que superará el aumento de la demanda. Esto llevará a un mercado casi equilibrado en 2024 (ligero excedente), seguido por un creciente excedente en 2025 con grandes posibilidades que esto siga de esa manera por al menos 3 años más.
Aun así, es importante interpretar que las tasas de penetración global de vehículos eléctricos sean del 25% en 2025, lo que equivale a 22 millones de vehículos. Se pronostica que esto aumentará al 72%, con 86 millones de vehículos en 2040, respaldando la demanda subyacente de litio.
Se espera que el mercado de litio, basado en el estado actual de las ofertas tenga un potencial déficit partir de 2029, según el actual conjunto de proyectos en desarrollo, por ello la presión de los precios a la baja, la ralentización de proyectos que dependen principalmente de financiación privada se verá afectados mientras no exista por atrás una visión más de largo plazo. Esta es una necesidad fundamental de los proyectos altamente sofisticados con alta carga tecnológica y largos periodos de maduración, como el de nuestras salmueras.
Los déficits pronosticados en el mercado proporcionarán suficiente respaldo para los precios con el fin de incentivar el desarrollo necesario de minas y cerrar la brecha mediante nuevas adiciones de suministro, o llevarán a una destrucción de la demanda en el mercado, por ello los precios de los próximos años estarían principalmente en el orden de 12.000 a 20.000 dólares, aportando números a nuestro país por exportaciones menores a los que muchos analistas pronosticaron. Aunque las exportaciones sean importantes debemos, además, comprender que esto es independiente del importante ingreso que los proyectos en nuestras provincias tienen como valor directo de inversión, pago de los factores de la producción: empleados, insumos, proveedores y por supuesto los siempre mal comprendidos impuestos. Sobre esto último importante es enfatizar que cualquier empresa de exploración o productora aporta todos y cada uno de los impuestos de cualquier otra rama productiva, más las tan mentadas regalías y las tasas de exportación.
Se prevé que el suministro secundario, siendo el más importante el reciclado, en el mundo desempeñe un papel cada vez más importante pero recién para 2034. Se pronostica que la mayoría provendrá de vehículos al final de su vida útil y alcanzará el 16% del suministro total para 2034, en aquellos países que resuelven los desafíos de la lógica del reciclado tiene que no son aspectos sólo técnicos intrínsecos sino principalmente de logística.
Lo que no muchos interpretan es además la situación de Chile. Luego de años de procrastinación por condiciones históricas en su salar estrella Atacama, desde donde se produce más de 20 veces lo de Argentina, sumado a su política improcedente de los años 80, cuando se consideró al litio como un material relacionado con la industria nuclear y por lo tanto estratégico, está comenzando a abrir posibilidades nuevas.
Chile posee 67 salares, casi el doble que Argentina con potencial productivo que si encuentran una forma de superar los entramados legales traerían unas inmensas posibilidades de producción de litio, compitiendo nuestra posición actual, ya superada por Chile a pesar de sus restricciones. Los últimos meses han mostrado una nueva dinámica hacia posibilidades concretas en la hermana república. Por supuesto, nuestra industria argentina de litio recientemente ha llegado al centro de atención tras la elección de Javier Milei como el presidente del país el 19 de noviembre. Este resultado ha generado creciente expectación sobre el enfoque del nuevo Gobierno. Las declaraciones de Milei sugiriendo que quería "cortar lazos" con uno de los mayores socios comerciales del país, China, generan un cierto grado de incertidumbre en el mercado. Especialmente al considerar que para 2030 se prevé que en alrededor de la mitad de la demanda de litio del país tenga participación China. Sin embargo, la dependencia de Argentina en el intercambio de divisas con China, con el fin de ayudar a pagar su préstamo del FMI, parece haber influido en un cambio de perspectiva del presidente respecto a China. Este es otro de los grandes desafíos.
Sabemos que nuestros recursos son provinciales por ello, es la Mesa del Litio y la capacidad de nuestros gobernadores un factor de importancia en poder aprovechar nuestras fortalezas, trabajar sobre nuestras debilidades y transmutar las amenazas del mercado para darle más potencia a nuestras oportunidades. Dos casos concretos son los desafíos de los permisos y cargas burocráticas y la infraestructura, que como consecuencia ambas están relacionadas a la visión de los grupos de interés sobre la industria.
De acuerdo con las estimaciones, la producción de litio en Argentina se duplicará más del doble año tras año en 2040 y seguirá aumentando en los próximos años a medida que entren en funcionamiento nuevos proyectos, pero aún así, y superando varios desafíos, Argentina lograría solo una participación de un 15 % del mercado, logrando un cuarto puesto. Cualquier nueva complicación podría convertir estas expectativas en valores menores, y un trabajo algo más coordinado podría traer un posicionamiento mayor del pronosticado. Es decir, como siempre las oportunidades y los recursos están en nuestro presente, nuestro éxito depende fundamentalmente de nuestra capacidad de convertirlos en realidad mirando más allá de las coyunturas y pensando estratégicamente y con objetivos de corto, mediano y largo plazo.
*(Ingeniero magíster, experto minero, vicepresidente de la Cámara de la Minería de Salta, profesor, comunicador).
Fuente: El Tribuno