Ahora que la transición energética apunta a electrificarlo todo, el futuro del cobre, uno de los materiales claves para la transformación en los sectores de la energía y el transporte, se atisba más que prometedor.
Un informe del International Energy Forum estima que el mundo necesitará poner a producir seis nuevas grandes minas de cobre para poder satisfacer la demanda del metal impulsada por la electromovilidad, la descarbonización de las redes eléctricas, en sí: la transición.
Complejidades crecientes para la transición energética global: China y las tasas de interés. Los gastos de capital minero son cuestionados y los costos de las renovables no ayudan