Cómo funciona el RIGI, la idea de Milei para promover grandes inversiones

Se trata de un régimen que otorga diversos beneficios a proyectos de determinadas actividades estratégicas con alto potencial exportador.
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Por Fernando Heredia

Una de las iniciativas de Milei más celebradas por las principales empresas es el RIGI: el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones que otorga una serie de beneficios y arbitraje internacional para promover proyectos estratégicos de perfil exportador.

Las actividades que pueden participar son la agroindustria, la infraestructura, la forestal, la minería, el Oil & Gas, la energía y la tecnología, aunque el Gobierno se reservó el derecho de ampliar la lista a futuro.

Entre los numerosos incentivos se destacan la rebaja del impuesto a las ganancias del 35% al 25%, la suspensión del impuesto a los dividendos distribuidos si se retienen utilidades en los primeros tres años, la cancelación del IVA con certificados de crédito fiscal, el descuento de bienes personales a cuenta de ganancias, la exención de cualquier otro impuesto provincial o municipal, arancel del 0% para importaciones, retenciones del 0% desde el tercer año, libre disponibilidad de divisas y estabilidad tributaria, aduanera y cambiaria por 30 años.

No obstante, la desconfianza sobre la falta de seguridad jurídica argentina y la posibilidad de que venga otro Gobierno que cambie las reglas de juego hace que la característica más valorada de este programa sea la garantía de arbitraje internacional ante cualquier diferendo legal.

“Son garantías muy ejecutables con arbitraje internacional en el extranjero. La seguridad jurídica es fuerte y si la Argentina no cumple le va a salir carísimo”, manifiestan a Forbes desde uno de los estudios jurídicos más importantes del país.

De hecho, el nivel de aprobación entre las firmas es tan alto que muchas sugieren presentarlo en una ley aparte para que su tratamiento sea más expeditivo y no dependa del total de la Ley Ómnibus que tiene una serie de artículos que despiertan mucha polémica.

“Conviene presentarlo aparte. Genera mucho más consenso que lo otro y es lo único relevante para mover la economía. Todo lo demás no mueve la aguja. Hay una absoluta desconfianza de las normas vigentes, incluyendo estas nuevas. ¿Quién te garantiza que no gana el peronismo en 4 años y cambia todo de nuevo? No hay chance de que el peronismo acepte esta revolución liberal y deje todo esto en pie dentro de 4 años. En cambio, el RIGI va a ser un grupo pequeño, el riesgo de cambiarle las condiciones es muy alto y encima exportan y te entregan divisas. Van a tener todos los incentivos a respetarlo”, subrayan fuentes del sector privado.

Un detalle importante que falta definir en la reglamentación es el monto mínimo de inversión para poder gozar de los beneficios. Desde una firma legal experta en regulaciones dicen que es importante que se ponga un monto suficientemente alto para no extenderse excesivamente en la entrega de incentivos o, de lo contrario, la sostenibilidad de la iniciativa podría correr peligro.

“El riesgo es que el régimen sea demasiado amplio. Si no limitás los proyectos a los de perfil exportador, en la medida que apunten al mercado interno va a ser peligrosísimo para respetar. La sostenibilidad es con proyectos exitosos para generar divisas de exportación. La insostenibilidad es que todos estos sistemas dependan de que no haya devaluaciones y sabemos que en la Argentina siempre las hubo. Entonces, si hay una devaluación, es muy probable que pase lo mismo que en 2002 donde se incumplieron muchísimos contratos por el impacto social que tenía el traslado a precios”, explican.

Fuente: Forbes Argentina

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