Ex residentes de La Casualidad visitarán su pueblo el fin de semana

Salta 18/11/2022 Por Minería Sustentable
Viajan hoy, y vuelven el lunes contaron Nora Gallegos y Luis Pereyra. El pueblo minero, abandonado en la Puna salteña, reúne memoria e historias.
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Nora Gallegos y Luis "Kiko" Pereyra estuvieron en la redacción de El Tribuno para contarnos sobre el viaje que harán este fin de semana a mina azufrera La Casualidad, que fuera el hogar de muchos y que actualmente es un pueblo abandonado.

"Palpitando el viaje, partimos el viernes, a las 20.30. Estamos esperando que la gente se sume, ya estamos emocionados preparándonos para partir y quedan posibilidades si se quieren sumar", dice Nora Gallegos. Unas 35 personas van a concretar el viaje. "Salimos de regreso el lunes a la mañana y estaremos llegando en horas de la noche", completa.

¿A qué van?

Las razones del viaje -lo que sienten los nacidos en la mina, los que alguna vez vivieron en el pueblo- se dicen con palabras y emociones. "¿Por qué vamos? Es la pregunta del millón. Nosotros no nos resignamos de no vivir ahí. El corazón nos llama a volver a nuestro pueblo, a nuestras raíces, a caminar por donde jugamos, vivimos… entonces, esa es la emoción. Y eso se lo debemos al compañero que está acá al lado, a Kiko. Porque de él y un grupo de muchachos surgió la idea de hacer estos viajes titánicos; es un esfuerzo muy grande que uno hace. Alquilar el colectivo, juntar a la gente...", dice Nora.

Kiko Pereyra suma: "En el 2003 empezamos con los viajes. Había muchas ganas de volver al lugar donde algunos nacieron, otros crecieron, otros trabajaron... El hecho de vivir en La Casualidad a todos nos dejó un recuerdo imborrable, y siempre están las ganas de volver al lugar donde uno fue feliz, porque cuando uno es chico, viva donde viva, es feliz porque es una época linda de la vida".

Conformaron la ONG Centro Azufrero de Mina La Casualidad el 1 de junio del 2005. Desde entonces, comenzaron a hacer viajes periódicos y ya van por los 20. "Y de manera más oficial. La Dirección de Minería en más de una oportunidad nos colaboró con vehículos de apoyo, cuando estaba el doctor Ricardo Alonso. Y con el tiempo mucha gente nos ayudó", dicen.

Nora Gallegos pide a las personas que tengan familiares enterrados en la mina y que quieran enviar coronas, se contacten con ellos. "Años antes, comprábamos las coronas y en el último tiempo nos ha costado", dijo. Para consultas sobre el viaje: 387 5677209.

Abandonado

El pueblo es muy conocido en internet. Muchos viajeros del país y del extranjero van continuamente y suben historias e imágenes. "Se sorprenden de ver un pueblo con la envergadura que tiene, con la infraestructura que todavía le queda y dicen 'cómo puede ser que este pueblo haya sido abandonado y haya sido saqueado'", cuenta Pereyra, e informa el docente de Matemáticas y Química: "El pueblo llegó a contar con 3.000 habitantes y tuvo un pico de producción en los 70, con unas 30.000 toneladas con las cuales se abastecía prácticamente de todas las necesidades de azufre del país, por ejemplo la industria de Santa Fe, de Buenos Aires, la Fábrica Militar de Río Tercero".

En 1976, iniciada la dictadura, el entonces ministro de Economía de facto José Martínez de Hoz saca un decreto en el que figuraba el cese de actividades de Mina La Casualidad. "A partir de ese momento se comenzó con la disminución de las actividades, y después la suspensión de la extracción del mineral, y se fue reduciendo la cantidad de personal de manera progresiva. Hasta que el 22 de noviembre de 1979, el último grupo de operarios sale del lugar y ese día se considera como el cierre definitivo de lo que era Mina La Casualidad, el Establecimiento Azufrero Salta. Y se deja de producir ese mineral en el territorio nacional", cuenta Pereyra.

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El azufre

Hoy en día la industria se abastece con mineral importado. "El azufre tiene mucha importancia, con él se fabrica entre otras cosas el ácido sulfúrico, motor de la industria química pesada. Se lo usa en la industria de los fertilizantes, de los pesticidas, en industrias textiles, del azúcar, en el vino... son innumerable las aplicaciones que tiene. Es lamentable que hoy en día se dependa de la compra al exterior del ácido sulfúrico. Salta es el tercer exportador mundial de ácido bórico y por cada tonelada de bórax se precisa de una a dos toneladas de ácido sulfúrico", dice el docente.

Desarraigo

Cuando se cerró la mina hubo otra cuestión asociada. "Hay mucha gente que nació en el lugar, vivieron muchos años allí porque los viejos mineros trabajaron 10, 15... hasta 25 años y los descendientes, entre los que estamos nosotros, empezamos a sufrir el gran problema del desarraigo. Uno dice yo nací en Quijano y vive en Salta y se puede ir a Quijano. Nosotros nacimos en La Casualidad que está a 500 km de acá y no es fácil llegar hasta allí", dice Pereyra, y agrega: "La ruta 51 está pavimentada hasta San Antonio de Los Cobres, y de allí en adelante las rutas de montaña son complicadas. Por eso por lo menos una vez al año estamos yendo. Algunos, a recordar parte de su infancia, otros a ver a sus difuntos que están en el cementerio, a rezar, a prender una vela, a dejar flores en la tumba…".

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Proyectos

Los nacidos en La Casualidad también contaron algunos proyectos. "Queremos con la ONG, y no es fácil, lograr que las autoridades nos faciliten abrir un museo a cielo abierto o de considerar que la mina sea una zona protegida", señala Pereyra. "En este momento está a cargo de Remsa -Recurso Energético Minero de la Provincia de Salta-, una sociedad del Estado. Y están renuentes a recibirnos o a facilitarnos cualquier tipo de emprendimiento o de inquietud que tenemos como ONG", dice el docente.

Gallegos agrega: "La última reunión que tuvimos fue a principios de noviembre, pero están negadísimos. Mandamos notas: queremos que nos den en comodato ciertos edificios. Y responden que no porque tienen proyectos turísticos... y es un proyecto nuestro, nosotros presentamos carpetas en los lugares en los que nos recibieron. Dicen que tienen que consultar con Obras Públicas, que evaluar".

Kiko Pereyra dice: "De todas formas, vamos a tratar de llegar a algún tipo de acuerdo. El pueblo está abandonado desde el año que se cerró la mina".

Durante estos 43 años se dio un proceso de deterioro. "Hay vandalismo y un saqueo continuado, sumado a que hay muchas mineras instaladas en la zona y el Código Minero de la Provincia prevé una figura legal llamada 'régimen de servidumbre' que permite a cualquier empresa que opere en la zona servirse de elementos materiales. Entonces, inclusive por esto continuamente se están llevando materiales del pueblo. Y eso, por supuesto, sumado al saqueo particular que se hace. Hay personas que van y acumulan determinado material y lo sacan. Esa situación persiste y, paralelamente, es un lugar muy visitado".

Y cuenta sobre un viaje que hicieron con un equipo de un canal de TV de Buenos Aires: "El día que estuvimos  en la mina esperando que la gente de TN volviera de Socompa, llegaron unos 8, 10 vehículos, gente que venía a visitar el lugar. Hablamos con cordobeses, catamarqueños, con gente de Santa Fe en tren de turismo. Dicen que se habla mucho de La Casualidad y a muchos les da curiosidad por conocer". Nora acota: "Nosotros apuntamos a eso, precisamente, con nuestros proyectos, pero depende qué decida el Estado".

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Una aventura

Sobre el viaje, relatan: "Es como de turismo aventura. No hay ningún tipo de servicio, no hay agua corriente, luz eléctrica, sanitarios, no sé puede comprar nada, salvo en el pueblo más cercano, Tolar Grande, que está a 120 km". Y describen el trayecto: "Saliendo de Tolar Grande, cruzás todo el Salar de Arizaro y en la estación de Caipe empalmás con un camino pavimentado, que cuando pasa por Alto Samenta roza los 5.000 metros de altura. Hasta Caipe tenés 65 km y 60 km más hasta La Casualidad".

Cuando llegan se instalan en la iglesia, el único edificio apto para pernoctar. En esta época no hay mucho viento ni mucho frío y prácticamente no llueve. "El domingo vamos a mina Julia, a veces se puede llegar, a veces no porque el camino está tapado por hielo, por nieve, por 'los penitentes'. Cuando volvemos hacemos un asado, el almuerzo, y después visitamos el cementerio", cuenta Kiko.

Último deseo
Los últimos viajes se tornaron especiales. Luis Pereyra cuenta: "Muchos de los que vivieron, trabajaron, nacieron allá dicen que cuando fallezcan les gustaría que sus cenizas descansen en La Casualidad. Y comenzó con un muchacho de apellido Durán, que falleció acá y fue cremado y, en uno de los viajes, la familia llevo sus restos y hoy están descansando en la mina".

"Y en este viaje llevamos los restos de mi esposa, Antonia Moscoso, que falleció hace poco. El deseo de ella era descansar en el lugar donde había nacido, donde creció. Bueno, estamos cumpliendo sus deseos. Sería como volver al lugar donde uno nació, vivió. Ese condimento también va a tener este viaje", dice el docente jubilado.

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Fuente: El Tribuno / Roberto Acebo

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