Arizaro y Cerro Lindo, los ejes de Fortuna Mining para expandir recursos cerca de Lindero



La compañía canadiense Fortuna Mining anunció la puesta en marcha de un programa de exploración generativa por 19 millones de dólares en Costa de Marfil, México y Argentina, con un capítulo destacado en Salta. Los trabajos se concentran en el área de influencia de la mina Lindero, único yacimiento de oro en producción a cielo abierto en la provincia, donde avanzan perforaciones en el depósito Arizaro y se incorporó el proyecto Cerro Lindo, ubicado a 70 kilómetros al oeste.
Según informó la empresa, el depósito Arizaro, localizado a 3,5 kilómetros al sureste de Lindero, contiene recursos minerales inferidos de 32,4 millones de toneladas con una ley promedio de 0,37 gramos de oro por tonelada, equivalentes a 389.000 onzas de oro. Durante este año, Fortuna completó 14 perforaciones diamantinas (3.674 metros), destinadas a extender y delimitar la mineralización. Hasta el momento se recibieron resultados de siete sondeos, con intercepciones relevantes como 0,69 g/t de oro y 0,40% de cobre en 22 metros desde superficie, o 0,52 g/t de oro y 0,15% de cobre en 57 metros a partir de los 72 metros de profundidad.
Además, la compañía reportó la identificación de una zona anómala de oro y cobre de 2,5 kilómetros de extensión hacia el suroeste de Arizaro, donde se realizaron 10 perforaciones adicionales por 2.826 metros. Los primeros ensayos confirman la continuidad del sistema de pórfido oro-cobre presente en la propiedad Lindero.
En paralelo, Fortuna cerró un acuerdo de opción para explorar Cerro Lindo, un bloque de 95 km² que presenta un corredor de alteración de 12 kilómetros y evidencias de un sistema epitermal de alta sulfuración con presencia de oro, plata y elementos trazadores. El área incluye una antigua mina de azufre que operó entre 1940 y 1978 y es considerada geológicamente comparable al proyecto Salares Norte en Chile.
El vicepresidente sénior de exploración de Fortuna, Paul Weedon, destacó que los equipos locales están impulsando “la identificación y avance de la próxima generación de proyectos”. El plan 2025 contempla un presupuesto global de 19 millones de dólares en exploración greenfield, en paralelo a 22 millones destinados a programas brownfield sobre activos en operación.