La geología de la ruta güemesiana

Ese camino, hoy descuidado, ofrece un rico muestrario de la historia geológica de 500 millones de años en Salta.
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Por Ricardo Alonso

La ruta Güemesiana transcurre en el corazón profundo de la Sierra de Mojotoro. Esta unidad orográfica constituye un bloque tectónico que limita al Valle de Lerma por su cara oriental.

En líneas mayores, el general Martín Miguel de Güemes (1785-1821) es un héroe de la Independencia, héroe nacional y único general muerto en batalla. Fue emboscado en 1821 en las actuales calles Balcarce y España, herido de muerte en las actuales Balcarce y Belgrano, escapó ensangrentado con sus fieles gauchos por el viejo Tagarete de Tineo con dirección al este y bordeando las serranías se dirigió a La Pedrera para luego internarse en la Sierra de Mojotoro.

El primer tramo de camino lo hizo siguiendo viejas sendas que corrían entre el pie de la serranía y el actual río Arenales, que para ese entonces era un río limpio y cristalino, rebosante de berros y de peces. En sus márgenes se han encontrado abundantes evidencias arqueológicas de pueblos indígenas.

En tiempos prehispánicos primero y de la colonia después era un corredor por donde se internaban las tribus del Chaco que hostigaban con sus malones a los viejos salteños. En el cementerio de La Pedrera, el profesor Amadeo R. Sirolli determinó que los enterratorios pertenecían a la cultura San Francisco de origen guaranítico.

Participé personalmente de las excavaciones en ese lugar siendo niño tal como quedó registrado en el programa "La historia también es noticia" de Canal 11 de Salta, gracias a la filmación que realizara entonces don Ángel Longarte.

Güemes, herido, subió hacia el este por una senda de herradura que corre paralela a la actual cuesta de La Pedrera hasta llegar a un abra y desde allí alcanzó la bella y pintoresca iglesia-cementerio de La Quesera. Dicha senda aún existe y la utilizan los gauchos de la región y también cuando se realizan las cabalgatas recordatorias de la gesta en junio.

La ladera oriental del valle es bastante seca y dominan allí las cactáceas y plantas xerofíticas del monte serrano chaqueño. Desde el punto de vista geológico la vieja senda de la ladera oriental del valle corre a través de las rocas ordovícicas marinas como las que dan lugar a las explotaciones de arcillas de la Cerámica Alberdi en La Floresta. Y también las rocas de antiguas playas marinas que dieron lugar a la cantera de La Pedrera donde se extrajeron miles de metros cuadrados de lajas con las cuales se revistieron edificios en la ciudad de Salta, entre ellos el Hogar Escuela del Parque San Martín.

Debajo de esas lajas amarillas se encuentran unas cuarcitas rosadas y rojizas, formadas durante el Cámbrico por arenas de cuarzo de una antigua plataforma marina. Pertenecen al Grupo Mesón, una unidad geológica muy extendida en la Cordillera Oriental. Esta unidad se apoya sobre rocas mucho más antiguas, formadas en mares profundos por corrientes de turbidez, conocidas como la Formación Puncoviscana y la cual forma el núcleo de la Sierra de Mojotoro. Son rocas pizarrosas verdes del Precámbrico.

Entre ambos grupos de rocas, precámbricas y cámbricas, completamente distintas en color y composición, existe una extraordinaria discordancia que fue bautizada como Tilcárica y representa dos mundos geológicos diferentes y superpuestos entre ese plano virtual de tiempo.

Como dijimos la senda Güemesiana cruza por estos extraordinarios terrenos de la geología salteña. Al llegar al abra de La Quesera el camino comienza a descender hasta la iglesia-cementerio por un hermoso valle donde se cultiva mayormente maíz y zapallos. A poco de bajar el abra y a mano derecha están escondidas en medio de la vegetación los restos de una explotación minera de plomo y plata. Se trata de una veta de baritina con galena argentífera y minerales de cobre que se inyectó en las pizarras verdes y lajosas de la Formación Puncoviscana.

Esa mina de plata estaba activa en tiempos de Güemes y de acuerdo con Filiberto de Mena y su documento colonial de 1791 la explotaba un español llamado Domingo Itato. El relleno del valle está formado por materiales arcillosos, limosos y arenosos rojizos, con abundante carbonato y salinidad, que dan lugar a lambederos naturales de animales y que pertenecen al Pleistoceno. Son depósitos formados en el Cuaternario, durante la era glaciar, y en ellos hemos encontrado restos de la megafauna fósil de esa época, especialmente algunos fémures de perezosos atribuidos a Scelidotherium.

Las Higuerillas y La Horqueta

A la derecha de La Quesera sale un camino que se dirige a la cantera Los Guachos donde se explotó lajas verdes precámbricas de la Formación Puncoviscana para la construcción de veredas y revestimiento de la ciudad. Esas lajas están llenas de trazas fósiles de antiquísimos gusanos marinos y forman parte del patrimonio paleontológico de Salta.

Güemes, herido y acompañado por sus bravos gauchos, continuó viaje a caballo hasta Finca La Cruz, una residencia antigua de su familia política hoy convertida en museo de la vida rural. Lamentablemente la cartelería que indica el lugar está en pésimo estado de conservación. Al punto que los pocos turistas que se aventuran hasta allí siguen de largo.

El camino se interna luego por la quebrada de las Higuerillas, donde el general herido trato de sortear su captura por parte de los realistas. Llegó así hasta la quebrada de la Horqueta donde pudo reposar en medio del dolor que le causaba la bala alojada en su cuerpo.

Era junio y hacía mucho frío. Todavía el planeta estaba inmerso en la "Pequeña Edad de Hielo", un fenómeno climático frío que duró aproximadamente desde 1550 a 1850. Se cobijó a la sombra de un árbol donde se montó un improvisado campamento bellamente retratado en el cuadro de Antonio Alice (1886-1943), titulado "La muerte de Güemes", pintado en 1910 y que se conserva en el recinto de la legislatura provincial de Salta. Allí, a la sombra del árbol, el general expiró y pasó a la inmortalidad un 17 de junio de 1821.

Manuel Belgrano, el otro grande héroe de Salta, había fallecido en Buenos Aires el año anterior al cuidado del médico Joseph Redhead (1763-1844). Güemes no aceptó médicos y no negoció su salud en el lecho de muerte. En ese lugar se lleva a cabo la "Guardia Bajo Las Estrellas" una idea nacida de José Fadel y el Club Amigos de la Montaña en 1956.

Hacia el Chamical

Con el cuerpo a cuestas, sus gauchos volvieron a desandar el camino hasta cerca de la Finca La Cruz y tomaron rumbo a El Chamical para darle sepultura.

El camino a El Chamical tiene muchísimos contrastes en paisajes, vegetación, humedad y formaciones geológicas. Se pasa alternativamente por ambientes de monte serrano chaqueño seco a otro con vegetación de selva subtropical y suelos negros. En las barrancas de los arroyos se pueden encontrar gruesas capas de cenizas volcánicas blancas y puras que provienen de grandes erupciones plinianas en la Puna y Cordillera Volcánica y que las gentes del lugar extraen para usarlas como polvo limpiador o "Puloil". Se atraviesan por el camino unas capas de arenas rojas intensas que no son otra cosa que dunas fósiles de la Formación Río Seco de 15 millones de años de antigüedad y que representan la expansión de un viejo desierto tipo sahariano en la región. Luego se atraviesan capas de margas verdes de unos 58 millones de años con intercalaciones amarillentas de bancos gruesos de estromatolitos pertenecientes a la Formación Maíz Gordo. Dichas capas están repletas de insectos fósiles, especialmente coleópteros. Luego aparecen potentes bancos de calizas amarillas de la Formación Yacoraite, famosas por sus huellas de dinosaurios, que desde muy antiguo fueron quemadas para cal como lo prueban las viejas canteras y hornos abandonados en el lugar. Las capas geológicas de El Chamical están dobladas en una estructura en forma de comba llamada anticlinal. Los arroyos que corren por el lugar llevan agua permanente y están en la actualidad colonizados por verde y fragante menta. Finalmente, el cuerpo de Güemes recibió cristiana sepultura en una tumba anónima para evitar que sus restos mortales fueran presa del vandalismo y expuestos para el escarnio público tal como se estilaba en aquellos tiempos revolucionarios. Una tumba y un busto de Güemes se encuentran en el lugar.

Más tarde los restos fueron exhumados y hoy descansan en el Panteón de las Glorias del Norte, en la Catedral Basílica de Salta, junto a otros notables de la historia. La iglesia de La Quesera, la Finca La Cruz, el monolito de la Quebrada de la Horqueta y la iglesia-cementerio de El Chamical han sido declarados monumentos históricos nacionales. Sin embargo y a pesar de su gran valor histórico y turístico la ruta Güemesiana está prácticamente abandonada. La cartelería histórica es pobrísima hasta inexistente. E

Es necesario revalorizar la ruta Güemesiana desde el patrimonio natural y cultural. Desde lo geológico es posible ver como en el derrotero del general herido se cruza por terrenos que se remontan a cientos de millones de años, desde las lejanas rocas precámbricas, rocas marinas paleozoicas, capas de la era de los dinosaurios, dunas fósiles rojas, hasta los cercanos sedimentos de la era glaciar con restos de la megafauna del Pleistoceno.

Esta nota es un homenaje a la profesora Ana María González de Lazarovich (1922-2018), notable investigadora que estudió la geografía de la gesta Güemesiana.

Fuente: El Tribuno

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