El modelo de CEPAL para el monitoreo de salares en Argentina, Chile y Bolivia

El informe analiza las oportunidades y desafíos de los países del triángulo del litio de poner en marcha una red de monitoreo integrada en una cuenca hidrográfica con un salar o laguna salina para la explotación de litio.
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El nuevo estudio de CEPAL plantea una solución de ingeniería para implementar y operar una red de monitoreo ambiental integrada en una cuenca hidrográfica con un salar o laguna salina. Esta red busca proporcionar información en tiempo real para consolidar datos relevantes que aseguren la trazabilidad, el acceso y el monitoreo permanente.

En la Publicación  se abordan los impactos ambientales de la extracción de litio y se destaca la importancia del monitoreo en la preservación del ecosistema y los recursos hídricos. Se presenta un plan de monitoreo basado en la selección de parámetros clave y la implementación de tecnologías de comunicación inalámbricas. Los parámetros incluyen variables como precipitación, radiación solar, temperatura, humedad, velocidad del viento, evaporación, calidad del agua superficial y subterránea, y flora y fauna.

Además, se detalla la forma de definir la ubicación adecuada de los sistemas de monitoreo y el desarrollo de una plataforma digital para procesar y visualizar la información. Se incluye, para el caso de un salar tipo de 145 km2, un plan de ejecución con etapas de ingeniería específicas y con estimaciones de costos de inversión iniciales de alrededor de 910 mil dólares y de operación anual de alrededor de los 581 mil dólares.

El Informe  fue preparado por la División de Recursos Naturales (DRN) y contó con el apoyo del Programa "Cooperación regional para la gestión sustentable de los recursos mineros en los países andinos (MinSus)", ejecutado por la CEPAL en conjunto con el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR) del Gobierno de Alemania y financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo der Alemania (BMZ).

El plan de monitoreo, basado en análisis de estudios y requisitos hídricos, define los parámetros necesarios para el diseño de la red. Se seleccionan equipos de medición mediante un proceso de análisis multicriterio y se examinan tecnologías de comunicación.

La red de monitoreo se diseñará para medir parámetros como precipitación, radiación solar, temperatura, humedad, velocidad del viento, evaporación, calidad del agua superficial y subterránea, y flora y fauna. La plataforma digital recibirá, procesará y almacenará la información, utilizando una arquitectura de bases de datos mixtas y una aplicación web moderna y escalable.

Por último, el plan de ejecución detalla las etapas de ingeniería necesarias, como estudios hidrogeológicos y radiométricos, y la implementación de la red y plataforma digital. Para un salar tipo de 145 km2, la inversión requerida es de aproximadamente US$ 910.000 para la instalación y US$ 581.000  anuales para operación y mantenimiento.

La región de la Puna Argentina se caracteriza desde el punto de vista climático por escasas precipitaciones líquidas y sólidas (menos de 150 mm/año), marcada por una amplitud térmica (20ᵒ o más) y elevados valores de evapotranspiración (2000 a 2500 mm/año).

Los suelos de la región, poco evolucionados, no poseen desarrollo y, en el caso de tenerlo, responden a condiciones climáticas antiguas. Son de textura gruesa con baja capacidad de retención de humedad y alta capacidad de infiltración, lo que favorece a los procesos de recarga de los reservorios de agua subterránea, a partir del agua de lluvia y por derretimiento.

Para el ambiente en la región, en general, es posible diferenciar entre salares húmedos y secos. Los primeros están localizados al oriente y se sitúan entre las isohietas de 50 a 100 mm/año, pudiéndose mencionar entre otros: Olaroz (Jujuy), Cauchari (Jujuy y Salta), Pozuelos, Centenario, Ratones, Diablillos (Salta) y Hombre Muerto (Salta y Catamarca). Los salares secos, ubicados al occidente, se localizan en un ambiente con valores de precipitaciones menor a 50 mm/año, entre ellos se puede citar al Salar de Jana (Jujuy), Rincón, Pocitos, Tolillar, Arizaro, Incahuasi, Llullaillaco y Río Grande (Salta) y Antofalla (Salta y Catamarca)

Los salares chilenos que forman parte del triángulo del litio están ubicados sobre las regiones de Antofagasta y Atacama. En la comuna de San Pedro de Atacama, en la región de Antofagasta se encuentra uno de los salares más grandes del mundo, el Salar de Atacama. En la región de Atacama se encuentra ubicado tanto el Salar de Maricunga como el Salar de Pedernales.

El salar de Uyuni, ubicado a 3.650 m.s.n.m. en el suroeste de Bolivia en la Región altiplánica de la cordillera de los Andes, es el más grande del mundo con una extensión de 10.582km2 (Britannica, s/f). El régimen hidrológico del salar de Uyuni está caracterizado por el régimen hidrológico de la cordillera altiplánica. En ella, existen cuatro regímenes hidrológicos diferenciados según los antecedentes geológicos, geomorfológicos y climáticos (Wolf, 1988), siendo dos de ellos el salar de Coipasa (con una superficie de 2.500km2) y el proprio salar de Uyuni, el cual tiene una sola afluencia superficial permanente: el río Grande de Lípez en el sur. 

Fuente: MINING PRESS/ENERNEWS

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