Auspicioso informe de la CEPAL sobre el futuro del litio en la Argentina

En Argentina, el litio tiene gran importancia porque el territorio cuenta con una de las reservas naturales más grandes a nivel mundial.
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Con el correr de los años, la demanda de baterías de litio se expandió globalmente y el país se encuentra bien posicionado en lo que respecta a dichos requerimientos.

Es por eso que es primordial tener conocimiento de cómo es la industria del litio en nuestro país, de qué manera se comercializa y cómo es el vínculo con los demás países de Latinoamérica en los que también hay presencia del metal alcalino.

Recientemente se publicó el informe CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que aborda la cuestión en la región y ahonda en los principales puntos de interés. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe depende directamente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y promueve el desarrollo social y económico de la región desde 1948.

El litio es un elemento fundamental en la transición energética porque es un insumo, hasta ahora, insustituible para la producción de las baterías de iones de litio. La tecnología resulta crucial para la descarbonización del transporte y el almacenamiento de energía generada a partir de fuentes renovables, indicaron en la introducción del informe.

El litio en Argentina

En los países que cuentan con una reserva abundante de yacimientos naturales, el litio es un recurso muy valioso. En América Latina se destaca el denominado “triángulo del litio”, compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. A su vez, Brasil y México tienen posibilidades de desarrollar una importante producción en el futuro.

CEPAL afirma que la “naturaleza estratégica del metal alcalino radica en sus posibilidades de contribuir al desarrollo económico de los países” y agrega: “Este recurso puede tener un impacto positivo a partir de una mayor creación de valor, es decir, del aumento del producto, de las exportaciones, del empleo y de la recaudación fiscal”.

Pese a eso, algunos actores en los países de la región han considerado que su mayor potencial son las “oportunidades de desarrollar capacidades productivas y tecnológicas asociadas al litio, que puedan contribuir al proceso de cambio estructural de las economías dotadas de abundantes recursos”. Esto exige la creación de políticas y normas que actúen en pos de la creación de bienes públicos, el avance de capacidades e infraestructuras y el direccionamiento de los recursos pertinentes.

Localización del litio

Aunque América Latina y el Caribe tienen gran potencial para ser actores clave en la industria mundial del recurso, existen algunos impedimentos que provocan un desempeño actual que está debajo de su capacidad.

Las dificultades de la región para acompañar el acelerado crecimiento de la demanda de litio se explican por una combinación de factores, entre los que se destacan los de naturaleza técnica. “En el caso de los recursos en salares, el desarrollo de proyectos debe adaptarse a las características químicas de la salmuera y del ambiente del territorio donde se encuentran. En el caso de otros tipos de recursos, como las arcillas mexicanas, los procesos de producción aún se encuentran en etapa de gestación y no han alcanzado escala industrial”, señala el informe.

Existen tres grandes tipos de yacimientos económicos de litio:

Depósitos de salmuera en salares

Depósitos de pegmatitas

Depósitos de arcilla volcánica

En Latinoamérica se cuenta con depósito de litio de los tres tipos mencionados, aunque prevalecen los de salmuera en salares. El área que se extiende a través del suroeste de Bolivia y el norte de la Argentina y Chile cuenta con una geografía caracterizada por numerosas cuencas endorreicas desarrolladas en un ambiente que tiene una altura media de unos 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Esta región se conoce comúnmente como “triángulo del litio” y es la más importante del continente en cuanto a recursos de litio.

Los depósitos en pegmatitas, en Latinoamérica, pueden encontrarse en la Argentina, Brasil, México y Perú, pero solo en el Brasil son objeto de aprovechamiento. Con respecto a la arcilla volcánica, también focalizando en Latinoamérica, hay depósitos en etapas de exploración en México y Perú, pero aún no existen proyectos productivos.

El litio en cifras

La producción de litio a nivel global se concentra en cuatro países: Australia, Chile, China y Argentina. En 2021, correspondió a ellos más del 96% de la producción mundial. Australia cuenta con más del 52% de la producción en mina.

En la región, la tendencia ha estado marcada por el desempeño de la Argentina y Chile, informa el documento de CEPAL. Entre 2000 y 2008, la participación regional en la producción mundial de litio fue superior al 50%, con un máximo del 57% en 2005.

En 2016, América Latina y el Caribe contribuyeron con más de la mitad de la producción mundial, en parte sustentado por el incremento registrado en la Argentina tras la puesta en marcha de Salar de Olaroz, la segunda operación en el país.

No obstante, esta situación no perduró, dado que en 2017 se dio el mayor aumento en Australia.

Los precios de muchos minerales esenciales para la transición energética han aumentado rápidamente debido a una combinación de factores, como el pronunciado aumento de la demanda, la interrupción de las cadenas de suministro y las expectativas de escasez y cuellos de botella de la oferta.

En este contexto, “el litio ha sido el metal que registró el mayor aumento de precio, resistiendo incluso el descenso experimentado desde abril de 2022”. El litio multiplicó su precio casi diez veces: esto es, en parte, por el incremento de las ventas de vehículos eléctricos entre 2021 y 2022 y, por otro lado, por las expectativas en torno a la capacidad de respuesta de la oferta.

Reglamentaciones en Argentina

De acuerdo al informe, Argentina es el país que cuenta con más proyectos de desarrollo en materia de litio.

Sus vecinos del triángulo del litio, al igual que México, tienen regímenes jurídicos que asignan al litio un carácter estratégico e imponen restricciones a la inversión privada.

En la Argentina se encuentra en curso la ampliación de tres explotaciones que ya están operativas (Minera del Altiplano y Sales de Jujuy), la construcción de seis proyectos nuevos, dos proyectos que han superado la fase de análisis de factibilidad, tres en etapa de prefactibilidad, cinco con evaluación económica preliminar y 20 en fase de exploración avanzada, según la Secretaría de Minería de este país.

El marco normativo del Estado nacional argentino se apoya en tres pilares clave:

Constitución de la Nación: el artículo 124 establece que el dominio originario de los recursos naturales corresponde a las provincias.

Código de Minería: determina que las personas físicas o jurídicas pueden adquirir la propiedad de las minas de litio en virtud de concesiones legales otorgadas por la autoridad competente.

Ley de Inversiones Mineras: el gobierno implementa políticas y programas de fomento en la industria minera para atraer inversiones nacionales y extranjeras.

En la región, es fundamental destacar la cooperación, la coordinación y la integración entre países.

Las relaciones constituyen un elemento importante para reforzar las oportunidades que ofrece la industrialización de minerales estratégicos y el progreso de cadenas regionales de valor, en especial de tecnologías para la transición energética.

Una agenda regional de desarrollo productivo en torno al litio o los minerales estratégicos puede servir a este cometido para unir esfuerzos, complementar capacidades y buscar sinergias.

En el caso particular de las baterías de iones de litio, es una condición necesaria para la promoción de un mercado de la electromovilidad y las energías renovables de grandes dimensiones que contribuya a promover el desarrollo de capacidades industriales regionales para la producción de baterías y sus insumos, subraya CEPAL. 

Fuente: El Esquiú

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