McKinsey: América Latina puede ser una potencia en sustentabilidad

La consultora analiza si las instituciones financieras están listas para la transición; qué países pueden recibir mayor financiamiento climático y la potencialidad de la región
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ANAHÍ ABELEDO

Brasil y México concentran más de la mitad de las chances de inversión climática en Latinoamérica. Mientras Brasil concentra un 34% de las oportunidades de financiamiento, México abarca el19%. Le siguen Argentina,Colombia y Chile, de acuerdo a una nueva encuesta de McKinsey & Company. Los reguladores financieros y de mercado en América Latina están dirigiendo su atención a los riesgos y oportunidades ambientales. Aunque la región es más vulnerable que otras a los efectos adversos del cambio climático también podría convertirse en una potencia de sustentabilidad por sus características naturales favorables. 

Lograr los objetivos climáticos va a suponer para Latinoamérica realizar inversiones en activos físicos relacionados con la transición energética equivalentes al 9,4% del PIB regional o alrededor de US$ 20 billones.

Un estudio reciente de la consultora: "McKinsey&company: ¿Están preparadas las instituciones financieras latinoamericanas para la sostenibilidad?", analiza cuatro tendencias significativas para empresas de América Latina.

McKinsey destaca que “las instituciones financieras pueden ayudar a satisfacer la demanda mediante el desarrollo de su capacidad para identificar, medir y gestionar los impactos de los riesgos relacionados con el clima”.

Alrededor de 50 % de los activos bancarios de América Latina pertenecen a instituciones que se han unido a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA).

El camino hacia la transición energética va a implicar un gasto anual en activos físicos para energía y sistemas de uso de la tierra que aumentará en alrededor de US$700.000 millones sobre la línea de base.

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Así como la vulnerabilidad de la región al cambio climático probablemente aumentará los riesgos físicos, podría conducir hacia una transición de las instituciones financieras, a medida que aumentan los flujos de capital orientados a la sostenibilidad.

“A medida que la inversión pública en conservación y resiliencia climática contribuye a ampliar la gama de oportunidades para la inversión privada complementaria, las instituciones financieras pueden ayudar a satisfacerla demanda mediante el desarrollo de su capacidad para identificar, medir y gestionar los impactos de los riesgos relacionados con el clima”, señaló.

Estas inversiones están en línea con los objetivos planteados por las economías  regionales de cara la transición energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) bajo el Acuerdo Climático de París.

LOS PAÍSES QUE MÁS POSIBILIDADES TIENEN

McKinsey recuerda que a finales del 2022 un 80% de los países de la región habían actualizado sus contribuciones determinadas a nivel nacional.

Por la misma vía, Brasil ahora es más ambicioso en sus metas climáticas, ya que ahora espera reducir las emisiones un 37% desde los niveles de 2005 para 2025 y en 50% para 2030. Ya para el 2050 se plantea lograr la neutralidad climática.

“Al ampliar su compromiso más allá del clima, varios países latinoamericanos se han unido a la iniciativa 30x30 de HighAmbition Coalition, que trabaja para proteger al menos 30 % de las áreas terrestres y marinas del mundo para 2030″, indicó.

Sobre las oportunidades de financiamiento climático, precisamente Brasil y México concentran más de la mitad de las necesidades de inversión en Latinoamérica.

Mientras Brasil concentra un 34% de las oportunidades de financiamiento climático, México abarca el19%.

Le siguen Argentina (11%),Colombia (5%),Chile (5%), Perú (5%), Ecuador (3%), Panamá (1%) y Costa Rica (1%).

Los autores del informe destacan que más allá de la transformación de sus economías nacionales, “los países latinoamericanos cuentan con ricas dotaciones y recursos naturales que serán fundamentales para la transición energética global”.

La oportunidad de Latinoamérica de aprovechar el potencial de la transición energética se traduce en la cantidad de recursos minerales y las fuentes de energía renovable de las que dispone, así como la capacidad para compensarlas emisiones de carbono a través de la reforestación y la forestación.

También incide en su fortaleza la expansión de la producción de biocombustibles líquidos en mercados como Argentina, Brasil,Colombia y Guatemala, que permitirán hacer más limpia la movilidad de cara a las metas ambientales.

Además, sectores como los de agricultura, ganadería y pesca, que representan el grueso del sector primario de Latinoamérica, ofrecen “amplias oportunidades para invertir en agricultura, ganadería y pesca sustentables.

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LAS TENDENCIAS

Las cuatro tendencias observadas son:

+ 1 - Toda la región ha aumentado los flujos de capital orientados a la sostenibilidad

+ 2 - La vulnerabilidad de América Latina al cambio climático probablemente aumentará los riesgos físicos y de transición de las instituciones financieras

+ 3 - Los reguladores de mercado dirigen su atención a los riesgos y oportunidades ambientales

+ 4 - Las instituciones financieras más avanzadas están comprometidas con el objetivo de emisiones cero

OBJETIVOS CLIMÁTICOS

Las instituciones financieras latinoamericanas han sido generalmente más lentas para integrar la sostenibilidad en sus agendas estratégicas. Sin embargo, cuatro tendencias convergentes están reconfigurando rápidamente el enfoque del sector financiero regional hacia la protección ambiental y el cambio climático. Estas tendencias tienen potencial para hacer de 2023 un año significativo para las finanzas sustentables en América Latina.

A fines de 2022, alrededor de 80 % de los países de América Latina habían actualizado sus contribuciones determinadas a nivel nacional para reducir las emisiones.

México tenía originalmente como objetivo reducir las emisiones en 22 %en relación con la línea de base para 2030, pero en noviembre de 2022 actualizó sus objetivos al 35% por ciento. 

Brasil desde 2022 tiene como objetivo reducir sus emisiones de GEI en 37 % desde los niveles de 2005 para 2025 y en 50 % para 2030, antes de lograr la neutralidad climática en 2050. 

Varios países latinoamericanos se han unido a la iniciativa 30x30 de High Ambition Coalition, que trabaja para proteger al menos 30 % de las áreas terrestres y marinas del mundo para 2030.

AUMENTAN LOS FLUJOS DE CAPITAL. ¿UNA POTENCIA EN SOSTENIBILIDAD?

La transición a una economía más sustentable presenta oportunidades para que las instituciones financieras beneficien el bienestar general de la sociedad al permitir una serie compleja de nuevos flujos de capital y opciones de financiamiento. 

Lograr el net zero para 2050 impulsará el gasto total de América Latina en activos físicos relacionados con la transición a 9.4% del PIB regional, o alrededor de US$20 billones de dólares, con un gasto anual en activos físicos que aumentará en alrededor de US$700 mil millones de dólares sobre la línea de base. 

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Brasil —con su vasta y diversa geografía, gran economía y abundancia de capital ambiental crítico, incluida la selva amazónica, uno de los tres sumideros de carbono más grandes del mundo— representa más de un tercio de las oportunidades regionales de financiamiento climático.

Otros países de la región tienen una extensa biodiversidad y grandes bases industriales que ofrecen un considerable potencial de descarbonización, así como sectores extractivos (p. ej., cobre, litio) que podrían desempeñar un papel clave en la transición global hacia el net zero.

Más allá de la transformación de sus economías nacionales, los países latinoamericanos cuentan con ricas dotaciones y recursos naturales que serán fundamentales para la transición energética global :

+ 1 - Recursos minerales

+ 2 - Energía renovable

+ 3 - Biocombustible líquido

+ 4 - Bosques

+ 5 - Agricultura, ganadería y pesca

Mucho se conoce sobre los puntos 1; 2 y 3. 

En cuanto al punto 4: América Latina tiene una enorme capacidad para compensar las emisiones de carbono a través de la reforestación y la forestación (afforestation), incluido un estimado de 34 % del potencial de mitigación total del mundo a partir de la reforestación. 

Los créditos de carbono voluntarios pueden incentivar las inversiones en la protección y restauración de ecosistemas, incluido el uso de técnicas agrícolas y forestales climáticamente inteligentes para fortalecer la captura y el almacenamiento de carbono. Se prevé que el mercado voluntario de créditos de carbono de Brasil alcance US$15 mil millones de dólares en 2030 y US$35 mil millones en 2040.

Respecto al punto 5: El gran sector primario de América Latina ofrece amplias oportunidades para invertir en agricultura, ganadería y pesca sustentables. La transformación de los clústeres de pesca costera y acuicultura en países como Chile, Ecuador y México puede crear una fuerte propuesta de valor de “economía azul” que presenta importantes oportunidades de negocios en sectores dependientes de la biodiversidad como el turismo y la investigación biomédica.

VULNERABILIDAD DE LA REGIÓN

En cuanto a la vulnerabilidad, la región alberga 13 de los 50 países más susceptibles a los choques relacionados con el clima, y las crisis climáticas podrían empujar de 2.4 millones a 5.8 millones de personas a la pobreza extrema en América Latina y el Caribe para 2030.

Un análisis del McKinsey Global Institute sobre el perfil de riesgo de América Latina bajo un escenario de altas emisiones (RCP 8.5) encontró que la región está más expuesta a las olas de calor, humedad, sequías y degradación de los ecosistemas.

Muchos de los sectores económicos clave de la región están bajo la amenaza directa de otras formas de daño ambiental. La pérdida de biodiversidad plantea un peligro inmediato para la agricultura, la silvicultura y la pesca. Estos sectores son fundamentales para los resultados económicos, la seguridad alimentaria y los medios de vida, por lo que protegerlos probablemente sea una prioridad principal para los actores políticos, las agencias de ayuda internacional y las instituciones multilaterales de desarrollo de América Latina dentro y fuera de la región.

LOS REGULADORES FINANCIEROS

En América Latina, varios bancos centrales y supervisores se han unido a la iniciativa global Red para un Sistema Financiero más Ecológico (Network for Greening the Financial System, o NGFS), que permite compartir las mejores prácticas internacionales para la gestión sistemática del riesgo climático y la prevención del “lavado verde” o greenwashing (es decir, prometer tomar, o afirmar haber tomado, medidas respetuosas con el medio ambiente, sin cumplir realmente las promesas).

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Aunque las autoridades latinoamericanas se han tardado más en implementar regulaciones financieras centradas en la sostenibilidad, Brasil, Chile, Colombia y México recientemente han tomado medidas concretas:

+ El Banco Central de Brasil y el Consejo Monetario Nacional emitieron nuevos requisitos de divulgación (informes GRSAC) y establecieron reglas que rigen cómo los bancos incorporan consideraciones de política ambiental, social y de gobernanza (ASG) (guía PRSAC) y análisis de riesgo climático. La Comisión de la Bolsa y Valores de Brasil está trabajando para alinear las divulgaciones de sostenibilidad nacionales con los estándares internacionales. 

+ La Comisión para el Mercado Financiero de Chile emitió un acuerdo de divulgación de finanzas sustentables que endurece los estándares para los informes de sostenibilidad entre las entidades supervisadas.

+ El regulador financiero de Colombia adoptó una “taxonomía verde” que proporciona un conjunto de clasificaciones estándar de actividades sustentables. Al definir claramente los términos y conceptos clave, la taxonomía verde tiene como objetivo fomentar el desarrollo de un mercado más expansivo y sofisticado para productos financieros sustentables.

+ En México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público lanzó recientemente una “taxonomía de finanzas sustentables”. Mientras tanto, el Banco de México está promoviendo metodologías de medición de riesgos ASG y oportunidades de movilización de capital, y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) está estableciendo requisitos de divulgación y adopción relacionados con criterios ASG.

Los pioneros se están comprometiendo con la transición net zero y otros objetivos de finanzas sustentables

Alrededor de 50 % de los activos bancarios de América Latina pertenecen a instituciones que se han unido a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA).

Estas instituciones han declarado un compromiso de cero emisiones netas para 2050 y han establecido objetivos de descarbonización considerables para 2030, con recortes de emisiones que normalmente oscilan entre 20 y 40 % en la mayoría de los sectores de la cartera.

Fuente: ENERNEWS

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