Por disposición de la Corona española los colonizadores debían preocuparse por la evangelización de los aborígenes, para tener mejor organización, control y cobro de los respectivos impuestos, los agrupaban y en cada uno de esos grupos debía existir una iglesia.

Cuando algún colono, encomendero o propietario de mercedes de tierras iniciaban trabajos de explotación de los minerales en una región disponían de aborígenes para realizarlas diferentes tareas, por lo tanto, era necesario construir una iglesia para los mineros, familiares y para todos los quisieran asistir. Por ejemplo las de Santa Catalina, Rinconada, San Francisco, Santo Domingo, Ajedrez, Rosario de Susques y San Juan de Oro son algunos de los testimonios de la relación iglesia y minería en la colonización.

Desde épocas remotas en Europa, la imagen de la virgen de Santa Bárbara ha sido considerada la patrona de los mineros por su relación con el martirio que había sufrido. En la región andina también se sabe y reconoce su patronazgo, sin embargo, no ha sido la patrona en todas las "iglesias mineras". En los grandes centros mineros como Potosí en Bolivia, la "patrona del cerro Rico de Potosí" es la virgen de la Merced, porque los sacerdotes que evangelizaban en la región eran de la orden Mercedarios. En Oruro también en Bolivia, la orden religiosa de los Agustinos llevó la virgen de la Candelaria para evangelizar, que después de algunas historias, terminó siendo la "virgen del Socavón", la patrona de los mineros de Oruro.

En Cochinoca de la Puna jujeña, existen tres iglesias, probablemente dos o una de ellas habrían comenzado a construirla a partir de la tercera fundación de Jujuy en 1593. Al respecto, los historiadores no tienen fecha precisa. Martín Monje fue el primer encomendero de la Puna jujeña, la encomienda ha sido otorgada por Francisco Pizarro. El hijo menor de Martín Monje, Lorenzo de Aldana, después de la tercera fundación de Jujuy, se instaló en la Puna haciéndose cargo de la encomienda del padre, ha trabajado en minas de la región, por lo tanto, sería el responsable de iniciar la construcción de la iglesia de la Candelaria, porque en 1559, Aldana era encomendero en la región de Oruro en Bolivia y allí realizo las gestiones para la llegada de los agustinos con la virgen de la Candelaria.Y la otra iglesia de Cochinoca con la virgen de Santa Bárbara probablemente también tenga relación con la actividad minera de la región.

En la Puna jujeña la mayoría de las localidades en donde se desarrolló la minería en la época colonial tiene el nombre de su patrona o patrono, por ejemplo, Santa Catalina la patrona es Santa Catalina de Alejandría; en San Juan de Oro, el patrono es San Juan Bautista; en Rosarios de Susques, en donde hubo grandes explotaciones de oro, la patrona es la virgen del Rosario. Del mismo modo podemos decir de las minas de oro en las localidades San Francisco o Santo Domingo tienen el nombre de los patronos, también el de San José en la localidad de Rinconada.

Existen algunas excepciones como la Virgen del Carmen en las explotaciones mineras de Antiguyoc y Ajedrez. Mina Aguilar y Mina Pirquitas, en este caso no son consideradas porque la explotación de los minerales se inició en la época republicana.

Muchas construcciones comenzaban como oratorios o capillas en el área de explotación de minerales, algunos continuaron con la construcción en el sector, en otros casos, con el transcurso del tiempo los habitantes se trasladaron a espacios más favorables, por ejemplo Timón Cruz, Oratorio, San Juan Oro, entre otros. Con el paso del tiempo muchas iglesias quedaron vinculadas a un pueblo de origen minero, aunque actualmente, en esos parajes no se desarrolla la minería.

Fuente: El Tribuno