La singularidad geológica de la Puna

Salta 21/02/2023 Por Minería Sustentable
La Puna es un territorio geológico y geográfico singular. En sí misma constituye una paradoja en su origen y evolución.
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Se sabe que fue elevada como un pistón hasta alcanzar sus 4 km de altura sobre el nivel del mar. Y que quedó enmarcada por dos cordilleras, una volcánica a occidente y otra tectónica al oriente, las que alcanzan y superan los 6 km sobre el nivel del mar.

Se han esbozado muchas teorías sobre los mecanismos de empuje que la elevaron y sobre cuál fue la participación del volcanismo, el tectonismo y el clima. Carecemos de un choque continental de placas como el que ocurrió con la colisión de la India con Asia y que dio lugar a los montes Himalaya y el Tíbet. La Puna ha sido definida como el Tíbet de la América del Sur. Y aun cuando el resultado sea parecido en términos fisiográficos, los marcos geodinámicos fueron completamente diferentes. La colisión de India con Asia produjo el cierre de salida de los magmas y no existe allí ningún arco volcánico; al contrario de la Puna, donde no solamente hay un magnífico arco volcánico continental, sino que además contiene a los volcanes más altos del mundo, tales como el Ojos del Salado y el Llullaillaco, entre muchos otros. Volcanes que son responsables con sus fluidos de la mayoría de los yacimientos minerales de la Puna; desde las vetas metalíferas en la anatomía interna de montañas y volcanes, a las sales y salmueras con litio de los salares.

Las placas gigantescas

A partir de la revolución de la Tectónica de placas quedó en claro que la Puna, como parte integral de los Andes Centrales, era el resultado del hundimiento o subducción de la placa oceánica del Pacífico o placa de Nazca por debajo de la placa sudamericana. Los hipocentros de los sismos, o sea los focos profundos donde estos se producen, marcaban la geometría de esa subducción. Los focos poco profundos a orillas del Pacífico versus los focos superprofundos en la llanura chaqueña oriental mostraban que la placa se hundía por debajo de la Puna con unos 30 grados de inclinación al este. Esa inclinación es crucial, ya que logra que la placa alcance temperaturas de ignición al intersectar la isoterma de 1.200 grados centígrados. Ello produce la fusión de la corteza y la generación de los magmas que suben a la superficie a través de un extraordinario canal magmático, una pared de fuego que estalló como barriles de pólvora en cientos de volcanes en la cresta del eje andino, desde Perú hasta Catamarca. Principalmente estratovolcanes formados por lavas y cenizas que dieron lugar a esos espectaculares y vistosos edificios cónicos gigantes. Algunos todavía activos como el Láscar. O gigantescas calderas como el Galán o La Pacana, rodeadas de cientos de kilómetros cuadrados de lavas ignimbríticas. La corteza caliente por debajo de la Puna ayudó a que se levantara el borde oriental para formar la Cordillera Oriental.

Las cadenas montañosas orientales y sus profundos valles fueron en parte canibalizados debajo de la Puna por acortamiento de la corteza. Se han medido cientos de kilómetros de acortamiento horizontal. Muchas escamas de montaña están hundidas debajo del borde oriental de la Puna y por eso dicho borde se levanta como una cuña orogénica hasta alcanzar y superar los 6 km sobre el nivel del mar. Es impactante ver que las capas de calizas depositadas en un mar de la época de los dinosaurios y que cubren gran parte de los Andes Centrales están hoy rotas y elevadas a distintas alturas. Esas capas calcáreas formadas 66 millones de años atrás al nivel del mar y pertenecientes a la Formación Yacoraite, yacen fragmentadas en la Puna, caso de Huaytiquina, Coranzulí o el Acay, y hundidas a gran profundidad en las Sierras Subandinas o en la llanura chaqueña. Esas rocas elevadas hoy a 4 km en la Puna y hundidas a 6 km de profundidad en la llanura marcan una rotura de 10 km en la vertical, producto del arrugamiento andino. Sin ir más lejos, hace solo 40 millones de años la Puna todavía estaba a una baja altura sobre el nivel del mar, tenía un clima tropical, se formaban suelos rojos, había grandes ríos que fluían hacia el Atlántico y en su fauna destacaban cocodrilos, tortugas y mamíferos marsupiales.

La Puna no es un altiplano

La Puna forma parte hoy de un orógeno no colisional, o sea una estructura montañosa generada por subducción antes que por colisión continental. Los volcanes y salares forman los mayores elementos del paisaje. A ellos se suman sierras interiores integradas por rocas de distintas edades, desde pizarras paleozoicas hasta sedimentos rojos terciarios que dan lugar a los paisajes marcianos.

Se dice en manuales escolares que es una meseta altiplánica, lo cual es válido para Bolivia, pero no para la Puna argentina, que se encuentra fragmentada en serranías interiores que dividen cuencas endorreicas en las cuales se instalan los salares. Salares que acompañando las glaciaciones y desglaciaciones del último millón de años se convirtieron ora en lagos y luego se desecaron para dar las resecas planicies de sal gema, las cuales se hallan acartonadas y con costras y superficies poligonales características. Debajo de ellas se encuentra toda clase de minerales evaporíticos como travertinos (calcita, aragonita), sulfato de calcio (yeso), sulfato de sodio (mirabilita, thenardita), boratos de sodio (tincal), boratos de sodio y calcio (ulexita), entre otros. Y las salmueras que embeben esas sales contienen elementos químicos como litio, potasio, magnesio, boro, cesio, rubidio, estroncio, etcétera. Los elementos químicos que formaron las sales y las salmueras son mayormente de origen volcánico. Provenientes de fluidos magmáticos, esto es líquidos y gases ricos en cloro, boro, azufre, dióxido de carbono, etcétera. Los que se van a unir al calcio y sodio para dar los distintos minerales. Los ciclos húmedos y secos de La Niña y El Niño se hacen sentir en la Puna y quedan registrados y visibles en los panes de sal como capas blancas y marrones.

La sal se explota desde hace milenios y es la actividad minera más continua y longeva de la Puna. Valga entonces recordar que los extensos salares no tienen nada que ver con el mar o restos de mares desecados según algunas licencias poéticas. El agua proveniente de las precipitaciones pluviales y nivales se infiltra rápidamente en los amplios campos arenosos que limitan los salares y luego surgen en vegas y manantiales. La Puna contiene decenas de tipos de aguas dulces, salobres, saladas, salmueras; ácidas, alcalinas; termales, atermales, juveniles; presentes en acuíferos libres, confinados, fósiles, entre otras.

La Puna es seca por fuera y húmeda por dentro.

Un desierto tropical

La Puna está cruzada por el trópico de Capricornio, con lo cual es un desierto seco tropical de altura.

En ella los fenómenos atmosféricos se magnifican. Las amplitudes térmicas diurnas y nocturnas son una molienda natural de rocas que van degradando los relieves. Los vientos alcanzan y superan los 100 km por hora. Las tormentas de arena y el viento blanco son fenómenos notables. La radiación solar, la heliofanía, la hipoxia y la hipobaria se hacen sentir en las personas y en los motores. El soroche o mal de altura y el surumpio que quema la vista por la reflectancia de los salares son parte de esa naturaleza agreste. Al igual que los rayos ultravioletas, la transpiración y la evapotranspiración que queman y resecan la piel.

La flora y la fauna se adaptan a esas condiciones extremas.

La tola entre las plantas y la vicuña entre los animales son los organismos emblemáticos de la región. En la Puna de Jujuy hay además cardones, arbustos y árboles, como el churqui y la queñoa, este último el árbol con anillos de crecimiento que crece a mayor altura en el mundo. Otro vegetal emblemático es la yareta, con ejemplares que llegan hasta 3.000 años de antigüedad.

Por su altura sobre el nivel del mar el agua hierve a menor temperatura y sus procesos de congelamiento y descongelamiento diarios inciden en los fenómenos de destrucción de las rocas. Igual que la sal y sus efectos corrosivos. Estos y otros temas fueron abordados el jueves 9 de febrero de 2023 en una conferencia del suscripto en el Colegio de Escribanos de Salta, en el marco de la presentación del libro del autor titulado "Historias de la Puna" (Mundo Gráfico, 2022).

Dicha conferencia contó con una presentación preliminar del académico Gregorio Caro Figueroa y una actualización de la Puna como pujante territorio minero por parte de Diego Pestaña, presidente de la Cámara de Proveedores Mineros de Salta.

Fuente: El Tribuno / Ricardo Alonso

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