Qué le espera a la economía de Chile tras "Rechazo"

El Banco Central proyecta que 2022 cerrará con la inflación más alta en 29 años y ve una mayor caída del PBI en 2023
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La inflación ha sido la variable que más le ha costado calibrar al Banco Central. De hecho, la ha tenido que ajustar en cada uno de los Informes de Política Monetaria que ha presentado este año. Esta vez, en el reporte de septiembre, pasó de 9,9% a 12% para el cierre de este año.

De concretarse esta previsión será el nivel más alto desde 1993, es decir, 29 años. “Las sorpresas acumuladas en los precios volátiles y la depreciación reciente del peso explican buena parte de esta corrección”, dice el informe.

El BC explica lo que ha pasado con esta variable que hoy se ubica en alcanzando el 13,1% anual en julio. “En los últimos meses continuaron destacando los aumentos de los precios de los alimentos —volátiles y no volátiles—, que explicaron casi un tercio de la inflación anual a julio. La inflación subyacente —IPC sin volátiles— subió hasta 10% anual, donde resaltó la mayor contribución de los servicios y los alimentos no volátiles. El alza de la inflación total nuevamente superó lo previsto. Tal como en junio, la sorpresa se concentró en los precios volátiles y los alimentos no volátiles”, según explicó Carlos Alonso en La Tercera. 

Para el BC, el alza del IPC se da en un contexto en que las expectativas de inflación han aumentado. “Distintas fuentes de información muestran que la inflación esperada a corto plazo ha subido de forma importante. A dos años plazo, las encuestas, tanto a expertos como a empresas, continúan previendo que la inflación se ubique por sobre 3% anual a ese horizonte, con valores que también han aumentado en los últimos meses. Esto también ha incidido en cambios más frecuentes de precios por parte de las empresas, en respuesta al alza de la demanda y los costos en los últimos dos años”.

Y puntualiza que en el escenario central se estima que la inflación total está cercana a alcanzar su nivel máximo en este ciclo, lo que se sigue previendo ocurrirá en el tercer trimestre de este año. “En lo venidero, los precios comenzarán a mostrar ritmos de aumentos menores a los de los meses previos, con lo que la inflación anual comenzará a reducirse paulatinamente”.

Para 2023, en promedio, la inflación proyectada es de cerca de 1 punto porcentual (pp) más alta que en junio y se espera que finalice el año en 3,3%, por sobre la última estimación de 2,7% que realizó en junio.

Detrás de esta alza en la previsión están los efectos del mayor precio del dólar y, al mismo tiempo, la proyección considera mayores efectos de segunda vuelta e indexación, reflejo de la mayor persistencia inflacionaria.

“Los niveles actuales y la evolución anticipada del tipo de cambio son factores importantes detrás de la corrección de las proyecciones de inflación en el horizonte de política, que más que compensa la reducción de precios internacionales de combustibles, alimentos y otras materias primas”, resalta el informe. Y ya hacia 2024 recién la ve llegando a la meta del ente rector de 3%.

La inflación subyacente, en tanto, tendrá una convergencia más lenta hacia 3%, producto de la fuerte persistencia y un tipo de cambio real más alto. “Esta mayor persistencia inflacionaria requiere de una política monetaria más contractiva —en términos nominales y reales— que la anticipada en el IPoM anterior, como se resume en el nuevo corredor de la TPM del presente informe”.

Para el BC, en gran medida la convergencia de la inflación a la meta de 3% en dos años se basa en el supuesto de que la economía continuará ajustando los significativos desequilibrios que acumuló en 2021.

Pero como ha sido la tónica este año, los economistas no suscriben del todo la proyección para la inflación que tiene el ente rector.

“Nuestra estimación indica que la convergencia de la inflación al objetivo de 3% será mucho más lenta. Para 2023 estimamos una inflación a diciembre de 5,5% y de 4,4% para 2024″, sostiene la economista de Euroamerica, Martina Ogaz.

Felipe Ruiz, economista de Bci, añade que “hacia 2023 y en adelante, las expectativas de mercado aún reconocen una alta inflación. En Bci Estudios incorporamos un descenso inflacionario algo más gradual de lo que propone el Banco Central, pero que se iría acercando al objetivo del 3% hacia el 2024″.


PIB, CONSUMO E INVERSIÓN
En cuanto a las proyecciones de crecimiento, para este año la subió de 1,5% -2,25% a uno entre 1,75%-2,25%. Para los economistas, en eso no hay sorpresa, ya que está internalizado que pese a la caída que tendrá la actividad el segundo semestre, lo acumulado en la primera parte del año alcanza para lograr un PIB en torno a 2%.

Por ello, el análisis se centró en la proyección que entregó para el próximo año. Y ahí ajustó su estimación del PIB a la baja, acentuando la caída de la economía: pasó de -1% a 0%, a un rango entre -1,5 y -0,5% y para 2024 la mantuvo en el rango 2,25% y 3,25% en 2024. “Para este trienio, la proyección contempla una trayectoria del gasto fiscal coherente con lo reportado en el último Informe de Finanzas Públicas”.

En el desglose del informe, el BC afirma que el consumo privado siguió reduciéndose desde los elevados niveles que mostró en 2021. De hecho, resalta que, en el segundo trimestre, descontada la estacionalidad, el consumo privado tuvo una caída de 2,4% trimestre contra trimestre, algo mayor a la prevista.

En ese contexto, precisa que este retroceso se concentró en los bienes, especialmente durables, coincidiendo con la fuerte depreciación del tipo de cambio real (TCR) y una significativa acumulación de existencias.

“La trayectoria de ajuste del consumo se da en un contexto en que los salarios reales continúan contrayéndose, se ha ralentizado la creación de empleo y se ha ido agotando la liquidez remanente de las medidas de estímulo de 2021. Entre abril y julio el empleo a nivel agregado tuvo una escasa variación”, puntualiza. Así, ajustó la proyección de consumo total pasando de -3,7 a -4,6%, mientras que para el consumo privado la contracción aumentó desde -4,1% a -5,5%.

En cuanto al empleo, comenta que la demanda por trabajadores ha perdido fuerza respecto de inicios de año, en tanto que la oferta sigue por debajo de los niveles prepandemia.

La formación bruta de capital fijo (inversión) también continuó reduciéndose, en un escenario donde la incertidumbre es elevada y la confianza empresarial sigue deteriorándose. Así, según explica el BC, descontada la estacionalidad, la inversión retrocedió 1% (trimestre/trimestre) en el segundo trimestre -7% (trimestre/trimestre) en el primer trimestre. Por componentes, destacó la marcada caída de maquinaria y equipos.

A ello se suma que “la confianza empresarial ha continuado con la tendencia decreciente que presenta desde comienzos de año, en especial en el sector de la construcción. Esto coincide con niveles de incertidumbre económica que prosiguen altos en comparación histórica, condiciones de acceso al crédito más restrictivas y altos niveles de tasas de interés de largo plazo”. Para esta variable el recorte en la previsión fue de -2,2% a -4,7%.

Pese a la reducción del consumo y la debilidad de la inversión, el déficit de la cuenta corriente, acumulado en doce meses, aumentó en el segundo trimestre, reflejando aún la magnitud de los desequilibrios de 2021, a los que luego se unieron un deterioro de los términos de intercambio y altos costos de transporte.


TASA DE INTERÉS
Tras la decisión de la Reunión de Política Monetaria (RPM), la tasa de interés se ubica en torno al nivel máximo que considera el escenario central de este IPoM: esto es 10,75%, y por ello, el BC afirma que “los próximos movimientos de la tasa dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia de la inflación a la meta. El Consejo permanecerá especialmente atento a los riesgos al alza para la inflación, tanto por el elevado nivel que ésta ha alcanzado como por el hecho de que las expectativas de inflación a dos años plazo siguen por sobre 3%”.

Según el informe, la parte alta del corredor de TPM (es decir, la proyección más alta sobre la evolución de esa variable) refleja escenarios de sensibilidad donde el problema inflacionario mundial hace necesaria una reacción más agresiva de la política monetaria a nivel global, particularmente de la Fed llegando incluso a niveles cercanos a 12%.

“En un evento como este se observaría un fuerte deterioro de las condiciones financieras y del crecimiento mundial, con descensos marcados de los precios de las materias primas y una apreciación mayor del dólar”.

Además, menciona que “en un escenario donde la inflación interna y las expectativas permanecen elevadas, la depreciación adicional del peso haría necesaria una respuesta de la política monetaria más restrictiva que la del escenario central. Lo mismo ocurriría si, independiente de las presiones de costos del escenario externo, la dinámica inflacionaria local fuera más persistente producto de las elevadas expectativas inflacionarias de mediano plazo de hogares y empresas”.

En cambio, la parte baja del corredor de TPM da cuenta de escenarios donde las presiones inflacionarias se reducen más rápido. “Esto podría ocurrir si la contracción de la actividad y la demanda es más intensa, producto de un ajuste más rápido del consumo privado y/o una mayor debilidad de la inversión, lo que también afectaría negativamente el desempeño del mercado laboral. Tampoco puede descartarse que en el escenario externo”.

Priscila Robledo, economista jefe en Fintual, afirma que en su escenario base “no habrá más subidas de tasas si las condiciones lo permiten”. Sin embargo, precisa que “el banco dejó abierta la puerta para pequeños aumentos en el futuro si es que la inflación no cede o si las expectativas de inflación de mediano plazo siguen aumentando”.

Para Santander, la sorpresiva alza de la tasa de interés “sería la última del presente ciclo. Hacia delante se entregó un sesgo neutral, al señalarse que los próximos movimientos de la tasa dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia de la inflación hacia la meta”.

Un matiz de diferencia entrega el economista de Libertad y Desarrollo, Tomás Flores, quien sostiene que “no se puede descartar una nueva alza, sin perjuicio de que la mayoría de los precios internacionales parecen haber iniciado su corrección a la baja, lo cual ayudará a aliviar la inflación chilena”.


ECONOMÍA SE EXPANDIRÁ
La economía chilena se expandirá entre 1,75-2,25% este año, tras la sólida recuperación del año pasado después del impacto provocado por la pandemia de coronavirus, según el informe del Banco Central.

En su Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, el emisor había previsto una expansión de entre 1,5-2,25% este año. En el reporte de septiembre, por otra parte, pronosticó que la inflación promedio anual alcanzará un 11,4% este año, por encima del rango de tolerancia del organismo. La estimación previa era del 10,8%.

"La reducción de la inflación desde sus altos niveles actuales a 3% se basa en que la economía seguirá ajustando los desequilibrios acumulados el año pasado, lo que considera una disminución de la actividad y la demanda por varios trimestres", dijo el banco.

En tanto, el precio del cobre promediaría este año 4,00 dólares por libra, desde los 4,25 previstos anteriormente.


RIESGO PAÍS DE CHILE REFLEJA RESULTADO DEL PLEBISCITO Y CAE MÁS DE 7%
Pese al descenso, el país sigue ubicándose en la tercera posición entre los países de la región con mayor confianza respecto del cumplimiento de sus compromisos financieros, tras Uruguay y Perú.

Los mercados están dando muestras de una mayor confianza respecto a que Chile cumpla con sus compromisos financieros, tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional, según destacó Víctor Guillou en La Tercera. 

Así lo reflejan los Credit Default Swap de Chile (CDS) a cinco años, que anotaron una importante caída de 7,59%, hasta los 133,703 puntos en la jornada de este martes.

El indicador, la referencia del Ministerio de Hacienda, mide la prima por riesgo de los países, es decir, el sobreprecio que paga un Estado para financiarse en los mercados, en comparación con otro país.

Los analistas apuntaban a que el mercado reflejaría el resultado del plebiscito de manera más clara este martes, dado el feriado en Norteamérica que mantuvo las operaciones en un nivel mínimo.

Para el gerente de Estudios de EuroAmerica, Felipe Alarcón, la clave será “la rapidez y solidez con que el mundo político defina el camino hacia adelante, para evitar que el país permanezca en esta suerte de ‘tierra de nadie’ constitucional y así acotar la incertidumbre, la que si bien disminuye después del plebiscito (evita el peor escenario), puede permanecer en niveles altos por un tiempo prolongado”.

Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, remarca que “hoy se ve con mayor claridad la lectura de los mercados”. El lunes adelantaba “una revalorización de los activos chilenos” por el resultado del plebiscito. En su visión, “la evolución para lo que viene estará condicionada a cómo se van construyendo los acuerdos para reformas y el proceso constituyente”.

Para Tomás Flores, economista senior de Libertad y Desarrollo, los niveles del riesgo crediticio dependerán “del nuevo gabinete y de la hoja de ruta contenida en la conformación del nuevo equipo” de Gabriel Boric. “Es muy relevante transmitir al mercado que las reformas serán analizadas con reflexión y tranquilidad”, remarcó.


FITCH RATINGS: "RECHAZO" PROLONGARÁ LA INCERTIDUMBRE EN EL PAÍS
La agencia de calificación Fitch se refirió nuevamente al proceso constituyente de nuestro país. Así como meses atrás la entidad aseguró que la incertidumbre en Chile seguirá, independiente del resultado del plebiscito, afirmó que el triunfo del Rechazo prolongaría las incertidumbres más que resolverlas, “aunque aliviaría las preocupaciones en el sector corporativo en torno a las posibles futuras propuestas”, según informó Catalina Marconi en La Tercera. 

Fitch Ratings aseguró en un informe que la incertidumbre seguirá pesando sobre la inversión en sectores clave y, por tanto, sobre el crecimiento económico. Esto ya que “es probable que el gasto social aumente independientemente del resultado del referéndum”.

De acuerdo con la entidad, la propuesta de nueva Constitución planteaba importantes interrogantes sobre el rol de los pueblos indígenas en la aprobación de grandes proyectos en sectores como la minería, la electricidad y la silvicultura; los derechos de agua en el marco de un sistema nuevo de permisos temporales y revocables; la indemnización a los propietarios de bienes expropiados; el papel del sector privado en la provisión de seguros de salud y pensiones, y la composición y las competencias de la Cámara Alta del Congreso.

“El hecho de que se rechazara la nueva Constitución podría impulsar el sentimiento del mercado y elimina la causa más inmediata que ha impactado las decisiones de inversión de los corporativos”, aseguró Fitch.

Sin embargo, dice la firma, la incertidumbre persistirá sobre la nueva Constitución y las implicancias para el modelo económico, la gobernanza y la formulación de políticas.

“El hecho de que el Rechazo haya sido más contundente de lo previsto sugiere que una propuesta revisada contendría propuestas menos radicales”, dijo la agencia calificadora, sin perjuicio de que ello podría depender de cómo se prepare, incluyendo si el Congreso toma un papel más activo o si se convoca a otra Asamblea Constituyente, así como de su composición.

Finalmente, Fitch también estimó que la incertidumbre política no está relacionada únicamente con la reforma constitucional. “El gobierno también debe presentar este mes un paquete amplio de reformas de las pensiones que tratará de aumentar el papel del sector público en el sistema de pensiones. No está claro si el respaldo del Presidente Boric a la Constitución rechazada debilitará la capacidad de su administración para implementar su programa político”, concluyó.

Fuente: Diarios / Mining Press

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