Avanza el proyecto de litio que soñó un salteño
Pablo Alurralde tuvo un sueño: desarrollar un proyecto de litio en Salta. Ese anhelo, que empezó a tomar forma hace 10 años, se está convirtiendo en una realidad que comparte con su familia, a la que sumó al emprendimiento. En 2017 creó la empresa Puna Mining con la que, con capitales australianos a través de la compañía Argosy Minerals, empezó a concretar su plan en el Salar del Rincón. En ese lugar del noroeste del departamento de Los Andes construye una planta piloto para fabricar carbonato de litio que ya tiene un 90% de avance y hacia fin de año empezará a producir.
Es uno de los proyectos litíferos más avanzados de Salta, aunque en una escala mucho menor a las otras tres plantas que se empezaron a construir en la provincia con las mineras Posco (de capitales surcoreanos), Eramet y Tsingshan (de fondos franceses y chinos, respectivamente) y Ganfeng Lithium (China). En rigor, a fines de 2020, Puna Mining fue la primera empresa que exportó carbonato de litio ciento por ciento salteño, con la producción de las instalaciones de prueba que tiene la firma en Campo Quijano.
Para contar la historia de este logro de una empresa familiar, hay que remontarse a la época cuando Pablo Alurralde estudiaba Ingeniería Química en la UNSa. En ese tiempo, a fines de los 70, formó parte de un proyecto de investigación del Conicet para la caracterización de las salmueras de los salares de la Puna, que fue uno de los trabajos pioneros sobre el litio (y otros minerales propios de las salmueras) en Argentina, cuando no existía la más remota noción del papel fundamental que hoy tiene ese metal en la transformación energética a la que se dirige el mundo.
Desde allí, todo lo que hizo el ingeniero parece confluir en un destino marcado. Trabajó en un proyecto para producir carbonato de litio que se frustró por la crisis económica de la presidencia de Alfonsín. Luego viajó a Inglaterra para un postgrado y volvió al país convocado por la empresa estadounidense FMC, hoy Livent, que en Catamarca fue la primera en producir litio a escala industrial en Argentina. Trabajó allí durante 15 años, donde se desempeñó como gerente de Ingeniería y Tecnología, hasta que en 2012 renunció para dedicarse de lleno a su proyecto.
“Con toda la experiencia que tenía en proyectos anteriores e investigador me sentí en condiciones de abandonar FMC para generar un proyecto, pensando en mi sueño que era producir carbonato de litio salteño”, contó Alurralde a El Tribuno.
“Primero encontramos un inversor, pero abandonaron el país por problemas económicos de ese momento; tuve que hacer otras actividades intermedias hasta que en 2017 logramos el apoyo de la empresa Argosy Minerals para financiar el proyecto y ahí arrancamos”, recordó el especialista.
Tres etapas
El proyecto Puna Mining cuenta con tres etapas. La primera consistió en construir una pequeña planta piloto en Campo Quijano para probar la tecnología que desarrolló Alurralde para convertir la salmuera del Salar del Rincón en carbonato de litio.
“Esas instalaciones siguen funcionando, con una capacidad de producción de 50 toneladas de carbonato de litio por año, y la utilizamos también para capacitar a los empleados que van a subir a la parte industrial en Rincón”, explicó el emprendedor. Allí, en 2018, fue el primer hito con la producción de carbonato de litio de una pureza promedio de 99,8%, lo cual lo convierte en el producto más puro del mercado.
“La segunda etapa consiste en construir una planta piloto de una capacidad de 2.000 toneladas de carbonato de litio por año, que es la que estamos próximos a terminar”, señaló Alurralde.
“Estamos llevando a mayor escala y a un proceso continuo lo que hacemos en Campo Quijano y una vez puesta en marcha la planta piloto del Salar del Rincón, vamos a encarar la tercer fase que es la expansión del proyecto a plena producción comercial, con 12 mil toneladas por año, pero eso lo vemos para el año que viene o más adelante”, resumió.
La empresa
“Toda mi familia participa de la empresa. Mi hijo Francisco y mi yerno Luis Sansot, ambos ingenieros industriales, son mi mano derecha y se ocupan de la ejecución del proyecto; mi hija María José trabaja en administración y en la parte de responsabilidad social empresaria está mi otra hija, Rosario. Mi otro yerno, Francisco Durand, es el abogado de la empresa. Toda la familia es educada en Salta”, describió con orgullo Pablo Alurralde.
La empresa cuenta en la actualidad con 50 empleados directos y cuando esté en marcha la etapa dos del proyecto, a fin de este año, serán alrededor de 150 trabajadores. En la fase tres, la mano de obra directa será de unas 400 personas.
Desde que se inició el proyecto Puna Mining, la compañía Argosy invirtió alrededor de 40 millones de dólares.
Fuente: El Tribuno / Pablo Ferrer