Mujeres en la minería: una brecha que se acorta con nuevos roles

Cada vez más mujeres se animan al trabajo de campo y hay desde operarias de máquinas pesadas hasta brigadistas.
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Qué hacen las mujeres en una industria para quienes el desafío actual es la conciliación familiar y la visibilidad laboral.

Ángeles Irusta

Conductoras de camiones fuera de ruta, operarias de maquinaria pesada, técnicas y ayudantes de exploración y prospección, geólogas, ingenieras en el área de operaciones, traductoras, sociólogas y asistentes sociales en las comunidades y la lista sigue entre los ejemplos de la presencia femenina en una industria minera que se aggiorna cada vez más desde perspectiva de género.

Si quince años atrás el desafío era lograr un lugar dentro de la actividad, hoy la meta es conquistar cada vez más espacios que, hasta hace poco, solo eran liderados por hombres. La tecnología de las nuevas maquinarias y el cambio cultural en cuanto a la incorporación de mujeres en diferentes ámbitos de trabajo, impulsaron esta nueva realidad.

Según la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y desde datos arrojados desde la Secretaría de Minería de la Nación, el sector ha logrado una cifra cercana al 16% de presencia femenina, un porcentaje mayor al de Chile (12,2%) y Perú (7%) y apenas por debajo de Australia (18,6%)  y Canadá (17%), referentes de la minería a nivel mundial.

“Históricamente la mujer en la minería se ha desempeñado en roles administrativos y secretarías, pero últimamente está tomando un rol protagónico en las operaciones de mina, medio ambiente y cada hay vez más participación como operarias de maquinaria pesada, por lo que hoy no es raro ver a una mujer frente al volante de un camión articulado o una retro excavadora”, dijo Marita Ahumada, directora del comité asesor de Women in Mining Argentina (WIM), la organización comprometida con el avance de las mujeres en el sector minero.

De a poco, se eliminan prejuicios en la industria minera.

Licenciada en Ciencias Geológicas y con una maestría en Gestión Ambiental de los Recursos Minerales de la Universidad Internacional de Andalucía, entre otros avales académicos, Marita es de Mendoza y cuando inició su etapa laboral debió partir de su provincia para insertarse en la minería. “El desarraigo es un frente con el que las mujeres mineras deben lidiar, pero hoy no es imposible, mi esposo hizo de papá y mamá en su momento para que yo pudiese crecer, creo que ese cambio cultural en cuanto a los roles en el propio seno familiar es el que también está impulsando a estas mujeres que encuentran en la minería una fuente de sustento”, explicó Marita.

La conciliación familiar es precisamente uno de los desafíos a abordar este año desde WIM, con acciones tendientes a que las mujeres se animen a incorporarse en la minería.  “Queremos que comprendan que hoy los grupos mixtos de trabajo son mejores porque desde el género se puede aportar más talento, diversidad y nuevas miradas, porque la mirada de la mujer humaniza la industria, se da valor al trabajo en comunidades, y el trabajo en conjunto entre hombres y mujeres da mejores resultados”, explicó Mercedes Rodríguez, directora de Relaciones Institucionales de WIM. Sucede que gran parte de las mujeres mineras son madres, tienen a cargo el cuidado de algún familiar o son sostén de familia; lo que en ocasiones lleva a que algunas finalmente dejen la actividad por propia voluntad. Lo mismo ocurre con muchas que no finalizan carreras vinculadas a la industria (ciencias duras que por lo general suelen ser más pesadas) o retrasan su egreso y por tanto, su inserción laboral. Este contexto lleva a que muchas veces, las féminas no vean en la minería una oportunidad a la que hoy pueden adaptarse dados los actuales cambios culturales.

Es así que la visibilidad laboral de las experiencias que son exitosas en la minería, es otro de los frentes con los que se trabajará en 2022. Ya hay algunas experiencias como por ejemplo los ciclos de charlas organizados en conjunto con la carrera de Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), en donde las ingenieras y estudiantes avanzadas de la carrera cuentan sus historias de vida vinculadas a la industria. “Es una manera de que muchas chicas lo vean como opción y se sientan identificadas, también estamos haciendo lo mismo a través de nuestro boletín mensual, donde contamos la historias de operarias o mujeres de cualquier rubro que hoy brinda un servicio, pero que tienen en la minería su fuente laboral”, cerró Rodríguez.

Un cambio de concepción

Aunque el avance ha sido lento, implica cambios relevantes en la superación de los cánones tradicionales que han caracterizado históricamente al sector. Las políticas de incorporación femenina en las empresas mineras tienen que ver también con estos cambios.

Este es el caso de mina Veladero en San Juan, en donde Barrick concretó el ingreso de 21 jóvenes de distintas carreras universitarias para su plan de formación de nuevos líderes y colaboradores para el equipo de la mina. Esta nueva camada, se suma a los ingresos de 2020 y 21, llevando el Programa de Jóvenes Profesionales a 53 integrantes y tiene una fuerte impronta en el balance de género con 38 mujeres. Es así que el programa quedó conformado con una mayoría que es oriundo de San Juan y de mujeres, pero que además fortaleció la diversidad entre los perfiles de formación que se distribuyen en: -16 Ciencias Geológicas - 9 Ingeniería en Minas - 7 Ingeniería Química - 5 Ingeniería Industrial - 5 Ingeniería Mecánica - 2 Ingeniería Civil - 2 Ingeniería Electrónica - 2 Ingeniería Electromecánica - 1 Ingeniería Eléctrica - 2 Recursos Humanos - 1 Ciencias Económicas - 1 Administración de Empresas.

Para los próximos 2 o 3 años, según la especialidad, el programa propone a sus integrantes rotar por distintas áreas siempre con el seguimiento de un mentor y una evaluación de su progreso. De acuerdo con la formación de cada joven, son asignados a los principales departamentos de Veladero como Operaciones Mina, Mantenimiento, Proceso, Servicios Técnicos, Exploraciones, Recursos Minerales, Abastecimiento, Finanzas, el Centro Integrado de Operaciones, Tecnologías de la Información y Recursos Humanos. El proceso de selección de este año contó con 302 postulaciones y se realizaron 146 entrevistas hasta llegar a los 21 ingresantes.

En primera persona

Julieta Sánchez, una de las ingenieras.

Julieta Sánchez es sanjuanina. Desde siempre había querido dedicarse a la medicina y de hecho cuando ya tuvo que definir su opción universitaria, se inscribió para iniciar el cursillo de esta carrera en Mendoza. Antes de finalizar su secundario participó de la oferta educativa que organiza la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y en el stand de Ingeniería de Minas se sacó algunas dudas que definieron su futuro. “Fue un cambio rotundo a lo que yo siempre había querido ser, el tema de las maquinarias también siempre me había interesado, así que cuando fui a la oferta educativa saldé algunas dudas y terminé convencida que en vez de partir de la provincia, me quedaba a estudiar Ingeniería de Minas”, contó Julieta.

Su primera experiencia laboral fue en el sur del país, en el yacimiento Cerro Moro que pertenece a Yamana Gold donde en la actualidad se desempeña como ingeniera de planificación de corto plazo de mina subterránea. “La mujer hace un aporte más objetivo, tiene una mirada global de cualquier tarea que se realice, es más ordenada y organizada y eso ayuda a mejorar cualquier actividad. La mujer es más detallista y trata de estar en todo desde el compañerismo hasta el último detalle en su trabajo. Siempre decimos que la mujer puede hacer más de una cosa a la vez, aplica perfectamente en este caso”, explicó Julieta en cuanto el aporte de la mujer a la actividad.

¿Si tuvo dificultades para trabajar en un mundo de hombres?. Para ella las limitaciones son las que se pone uno mismo y no cuestión de género. “Hoy cualquier industria es competitiva independientemente de si se trata de hombre o mujer, tiene más que ver con lo cada quien quiere como profesional, capacitándose, especializándose y tratar de hacer lo mejor en lo que uno hace”, cerró Julieta.

Karen Fretes, en plena tarea.

“Las mujeres tenemos la misma capacidad para desarrollar un trabajo de hombres”

Oriunda de Laguna Blanca (Formosa), Karen Fretes es un ejemplo de superación y de entereza frente al desarraigo. Karen quería estudiar Medicina pero las posibilidades económicas de su familia dedicada al trabajo rural lo hicieron inalcanzable. Es así que a los 19 años (hoy tiene 31), sacó un boleto de colectivo rumbo al sur del país. Había escuchado una conversación entre paisanos sobre la actividad minera en esa región, el tema llamó su atención y un 5 de diciembre partió. “¿Para qué vas a ir para allá si en una mina no trabajan mujeres?, me dijeron. Pues aun así llegué a Gobernador Gregores en Santa Cruz a probar suerte. Empecé primero en un hotel donde trabajé tres meses, a los días llegó el resto de mi familia (unos seis en total entre sus padres y hermanos), hasta que un día mi papá escuchó por la radio una convocatoria para un curso sobre introducción a la minería y fui”, contó Karen. El curso era convocado por minera Triton que opera en el lugar, era de cuatro meses y sin goce de sueldo. Contó de una parte teórica y luego visita al yacimiento, el portal y la operación a cielo abierto. “Cuando estábamos allí llegó un fuera de ruta, no pude con mi curiosidad y en el mientras me acerqué a preguntar al conductor, esto me valió para que después fuera reclutada para realizar esta tarea”, recordó.

A más de una década de ese evento, hoy Karen es operadora de equipos múltiples, es decir, conduce camiones fuera de ruta, articulados, motos niveladoras, topadoras. bulldozer regador y retro excavadora. Actualmente trabaja en Minera Don Nicolás, de Cerrado Gold, donde además se convirtió en brigadista y a su vez es estudiante de Gestión de la Empresa Familiar. En su grupo de trabajo de una veintena de personas, es la única mujer. “Nunca tuve incidentes con mis compañeros, trabajamos de igual a igual, las mujeres tenemos la misma capacidad para desarrollar un trabajo de hombres”, expresó Karen.

Por su empuje y su historia, a fines del año pasado recibió la distinción de “Mujer Minera del Año”, por parte de Panorama Minero, una publicación de larga trayectoria especializada en la industria.

Fuente: Mdzol.com /Once Diario

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