La minería aportó USD 65.000 millones al balance cambiario en dos décadas y proyecta un salto histórico hasta 2035



La minería argentina sostuvo un desempeño cambiario positivo durante 21 años consecutivos, con un superávit acumulado de USD 64.946 millones solo entre 2003 y 2024. El dato surge del informe elaborado por la Dirección Nacional de Promoción y Economía Minera, que analizó el resultado del sector sobre el balance cambiario, su comparación con otras actividades y las proyecciones para la próxima década.
Según el documento, al que accedió Minería Sustentable, la minería fue el único sector que mantuvo **todos los meses del período** con ingresos netos de divisas superiores a sus egresos. Ese desempeño estuvo explicado fundamentalmente por un balance comercial de bienes también superavitario: USD 51.744 millones en el acumulado.
Un sector exportador por naturaleza
El informe muestra que la canasta exportadora estuvo históricamente dominada por el oro, la plata y el cobre hasta 2018, cuando finalizó la producción de Bajo La Alumbrera. A partir de entonces, el oro y la plata mantuvieron el peso central, pero el litio comenzó a transformarse en un eje creciente de las exportaciones, especialmente a partir de 2022 debido a los altos precios internacionales y a la entrada en producción de nuevos proyectos.
En 2012, en pleno auge global de los commodities, las exportaciones mineras alcanzaron uno de sus picos, situación reflejada también en los máximos históricos del balance cambiario mensual. Tras un estancamiento entre 2014 y 2021, el sector volvió a crecer desde 2022 impulsado por el litio.
Un rol financiero clave para la economía
El análisis también detalla que la minería registró fuertes ingresos de inversión extranjera directa (USD 7.817 millones) y préstamos financieros (USD 8.820 millones) durante el período. En contrapartida, tuvo egresos relativamente bajos por intereses (USD 957 millones) y por utilidades y dividendos (USD 832 millones).
En la comparación intersectorial, la minería fue el segundo sector con mayor aporte neto de divisas, por detrás de los complejos agroindustriales. Además, ocupó el primer lugar como receptor de IED en el período y el tercero en ingresos por préstamos financieros.
Qué habría ocurrido sin minería: un déficit estructural mayor
El informe plantea un escenario hipotético en el que se descuenta el resultado cambiario minero del balance general del país. En ese ejercicio, Argentina habría registrado un déficit estructural de divisas notablemente más profundo, lo que refuerza el carácter estratégico del sector como generador de dólares.
Lo que viene: un salto exportador hacia 2030 y 2035
Las proyecciones para la próxima década muestran un crecimiento extraordinario. Las exportaciones mineras, que alcanzaron USD 4.674 millones en 2024, podrían trepar a USD 15.724 millones en 2030 y a USD 25.661 millones en 2035 si se concretan los proyectos en pipeline.
El litio aparece como uno de los motores principales: podría pasar de USD 645 millones en 2024 a más de USD 5.800 millones en 2030 y superar los USD 10.700 millones en 2035. El cobre, prácticamente sin exportaciones relevantes desde 2018, tendría un salto brusco desde 2029, con estimaciones que superan los USD 12.200 millones en 2035.
El oro y la plata, en cambio, muestran una tendencia estable o a la baja debido al agotamiento de proyectos maduros, aunque parte de su producción futura se vinculará a los subproductos de los proyectos cupríferos.
Inversiones por más de USD 30.000 millones
Para sostener ese crecimiento, las empresas deberían movilizar gastos de capital por más de USD 22.000 millones en proyectos de cobre y USD 9.000 millones para litio entre 2025 y 2033. El cobre concentra el 67,6% del total de la inversión proyectada, reflejando la escala de los proyectos que podrían entrar en operación.
Proyecciones
Si los proyectos efectivos y planificados avanzan según lo previsto, la minería podría convertirse en la principal fuente de divisas del país hacia principios de la próxima década, especialmente por el impulso del litio y la reactivación del cobre como producto de exportación.




























