Ernesto Calvo: “Ningún gobierno espantó a las mineras de litio. A las empresas les preocupa mucho más la falta de rutas”

¿Por qué la Argentina tiene más litio que Chile pero Chile es líder en producción de litio y la Argentina no? China, ¿es posible competirle a la hegemonía del litio? El fundador de Litiar hizo su análisis.
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“Chile exporta 200 mil toneladas de litio al año y Argentina sólo 60 mil aunque tiene más litio”. “Las mayores reservas de litio en el mundo están en Bolivia. La Argentina está segunda en el mundo por sus reservas pero cuarta en producción mientras que Chile está segundo como productor”, compara. “¿De qué se quejan los empresarios mineros internacionales del litio en la Argentina? De la falta de infraestructura: de los caminos; no hay líneas eléctricas”, alerta. “Si no hay caminos, a la empresa le sale todo mucho más caro, hay más accidentes y se hace todo mucho más lento. Ese es uno de los handicaps que tiene la Argentina hoy”, advierte. “Uno de cada veinte trabajadores de Europa trabaja en la industria automotriz en general, y ahora vienen los autos eléctricos”, plantea y agrega. “Si Europa compra todos sus autos en China, habrá un montón de trabajadores que se quedarán sin trabajo porque estarán importando trabajo chino”.

“El 85 por ciento de todo lo que se refina de minerales críticos se hace en China. El cobre de Chile se refina en Chile, describe. “Todo el mundo busca posicionarse para ser independiente en el litio y ver de dónde lo va a sacar”, dice. “Económicamente, para la Argentina el litio representa una pequeña fracción de la soja”, sostiene. “Los políticos se equivocan pensando que el litio nos va a salvar”, afirma. “Un científico hoy busca que su trabajo tenga una aplicación con alguna validez social. Nosotros fundamos Litiar porque llegamos a la conclusión de que necesitábamos tener una empresa en el sector del litio para hablar con las grandes empresas”, cuenta sobre su propia empresa, y desarrolla: “Mis amigos en Inglaterra, en Alemania y en Estados Unidos son profesores y tienen sus empresas”. “Nuestro objetivo no es extraer el litio sino buscar empresas de gran capacidad de ingeniería como Schlumberger, Tecpetrol, Toyota Tsusho o Vista. Contamos con la tecnología para que ellos extraigan a gran escala”, dice. “Los proyectos de litio funcionaron en los últimos gobiernos desde 2010 hacia adelante. Hay continuidad. Ninguno de los gobiernos los ha espantado. Las empresas sí miran mucho más el tema de la infraestructura”, señala y sigue: “Es más importante que el tema regalías: pagar regalías es parte del costo. La Argentina tiene que reevaluar la obra pública. Porque es lo que piden las empresas. Quieren tener electricidad, quieren tener buenos caminos, quieren tener salida a puerto”, advierte. “Si no hay caminos, a la empresa le sale todo mucho más caro, hay más accidentes y se hace todo mucho más lento. Ese es uno de los handicaps que tiene la Argentina hoy”, concluye.

El especialista en electroquímica Ernesto Calvo estuvo en La Repregunta. Calvo es doctor en Química por la Universidad de La Plata. Hizo su posdoctorado en el Imperial College of Science and Technology, Chemistry and Material Science de Londres. Es investigador superior del Conicet y profesor titular consulto de la UBA. Dirigió el Instituto de Química Física de los Materias, Medioambiente y Energía (INQUIMAE). En 2017, ganó el premio Bright Minds Challenge en Holanda por un desarrollo para la extracción de litio de manera eficiente y sostenible. Es fundador y presidente de Litiar, una empresa latinoamericana dedicada al desarrollo de métodos de extracción de litio.

Litio vs. soja, ¿por dónde pasa la matriz productiva argentina? China, ¿es posible competirle a la hegemonía del litio? Europa y la soberanía en litio. ¿Por qué la Argentina tiene más litio que Chile pero Chile es líder en producción de litio y Argentina no? Litio argentino y restricciones, ¿por dónde pasan? ¿Política, macro o rutas? ¿Qué le preocupa a los empresarios globales del litio que llegan a la Argentina? Ciencia made in Argentina, ¿algo que aportar al sector del litio? Caso Litiar y el salto de la academia al sector privado. Calvo hizo su análisis.

Litio y cambio tecnológico. ¿Por dónde crecerá la demanda?

-El tema litio vuelve a la discusión en la Argentina en nuestro nuevo contexto geopolítico global: China vs Estado Estados Unidos y un mundo dividido en zonas de influencia, con cada una de estas superpotencias tallando fuerte. ¿Cuáles son los términos del debate en torno al litio, ese mineral tan estratégico hoy? ¿Cuáles son las variables que pueden dar cuenta de esa discusión?

-El litio es muy importante para el almacenamiento de energía. Es el metal más liviano y más electropositivo y se usa para hacer baterías. Lo vemos en los celulares desde 1991, cuando Sony comenzó a comercializarlos, y ahora en los autos eléctricos. El litio desempeña un papel muy importante en el almacenamiento de energía durante la transición energética. Es uno de los minerales críticos en toda esta discusión global.

-El mercado de los autos eléctricos está en auge. China es muy dominante en ese sector. ¿Cómo es la comparación entre ese mercado y el de los celulares en términos del uso intensivo del litio?

-Un celular tiene aproximadamente medio gramo de litio mientras que un auto eléctrico, un Tesla, por ejemplo, tiene 6 kg de litio.

  
Vista aérea de las Salinas Grandes, en JujuyLUIS ROBAYO - AFP
-¿Un auto chino eléctrico también demanda 6 kg de litio o es más eficiente?

-Sí, es más o menos lo mismo porque la masa de litio es proporcional. Es como si fuera el tamaño del tanque de nafta. Una batería con mayor capacidad puede dar mayor autonomía. Un auto eléctrico equivale a unos 15 mil o 17 mil celulares en términos del litio que demanda. Esto da la pauta del salto en la demanda de litio. El precio de la tonelada de litio cayó. Ahora ronda los 10 mil dólares. Cuando comenzó la guerra de Ucrania, llegó a 84 mil dólares la tonelada, pero era muy especulativo. Se ha proyectado que para 2030 estará en torno a 23 mil o 25 mil dólares la tonelada de litio.

Litio, IA y energía nuclear. ¿Un cruce cada vez más cercano?
-Me interesa profundizar en el tema de la demanda. En la visión que tiene el Gobierno de Javier Milei, la Argentina se sitúa en el cruce de sectores muy críticos a nivel global. Uno es el de los minerales raros o críticos como el litio; otro es el sector nuclear y otro, el sector de la Inteligencia Artificial (IA). Todo eso confluye en una demanda creciente de energía. ¿Cómo cambia esta discusión global sobre el litio a partir de la irrupción decidida y creciente de la IA, que implica una demanda de energía en escalada exponencial que, según muchos dicen, es muy difícil de sostener?

-Sí, como decís, hay una enorme demanda. A veces en la Argentina tenemos una visión un poco distorsionada. Estuve hace dos semanas en Europa. Allá la discusión se centra en los métodos de extracción directa de litio porque en la cuenca alta del Río Rin hay mucha energía geotérmica. En Europa tratan de extraer litio de esas aguas geotermales, aunque tengan menor concentración. En marzo estuve en Inglaterra, en Wilton Park, un think tank del Foreign Office, invitado junto a otros argentinos y chilenos. Surgió el tema de los minerales críticos, la guerra geopolítica, cómo hace Europa para posicionarse. Uno de cada veinte trabajadores de Europa trabaja en la industria automotriz en general, y ahora vienen los autos eléctricos. Si Europa compra todos sus autos en China, habrá un montón de trabajadores que se quedarán sin trabajo porque estarán importando trabajo chino.

-Es decir que para Europa, el sector de los autos eléctricos es un sector estratégico en términos de empleabilidad, pero está muy estancado.

-Sí, tienen pocas gigafactories. Están lejos en la tecnología. Claramente, China ha superado a Occidente totalmente en tecnología. El 85 por ciento de todo lo que se refina de minerales críticos se hace en China. El cobre de Chile se refina en Chile.

-Generó mucha expectativa el proyecto anunciado por OpenAI y Sam Altman, en asociación con Sur Energy de Emiliano Kargieman, para instalarse en el sur de la Argentina y obtener provisión de energía para la IA, que también demanda semiconductores. ¿Cuánto juega el litio en esos sectores? ¿Es un componente importante?

-El litio sirve para almacenar energía.

-¿La energía nuclear tiene algo que ver?

-En relación a la energía nuclear, hay otro aspecto del litio que es el litio como combustible. Para la fusión nuclear, o sea, para hacer un sol artificial, algo que todavía no se alcanzó en forma comercial, pero está cada vez más cerca, se necesita tener tritio, que es el isótopo de hidrógeno. El tritio se obtiene por una reacción nuclear utilizando litio 6, el isótopo 6 de litio. Desde ese punto de vista, el litio es crítico: por ejemplo, yo no puedo comprar litio 6 en el mercado internacional porque van a pensar que se lo voy a vender a Corea. Ése es un uso nuclear del litio para hacer fusión nuclear, el sol artificial. Sacando eso, el litio se utiliza para cerámicos, vidrios y sobre todo, en los últimos años, el uso masivo del litio, en un 60 o 70 por ciento, se usa en baterías.

  
El litio es un mineral estratégico que puede extraerse de la zinnwalditaGetty Images
-El litio como pieza central de las baterías, que son un reservorio de energía. Y como combustible, es parte de una fusión nuclear en la que interviene también el litio. ¿Se está hablando de esa posiblidad, de producir energía vía fusión nuclear donde interviene también el litio con la energía nuclear para abastecer estas demandas exponenciales de la IA?

-Sí, sin dudas, pero estamos todavía lejos. Lo que ocurre es que cuando funcione con unos pocos gramos de tritio o unos pocos gramos de litio que produzcan tritio, que se produce en el momento, tendremos una energía infinita.

-¿Pero es una posiblidad remota, como lo es la fisión nuclear, o está más cerca?

-Los chinos han alcanzado 17 minutos de funcionamiento: es decir, produjeron un sol durante diecisiete minutos, pero es necesario que esa producción sea continua. Hay otras experiencias en Europa, en Estados Unidos.

-Por el momento es experimental.

-Es experimental pero es una posibilidad que está cada vez más cerca. Hace diez años era una utopía, estaba muy lejos. Ahora está más cerca.

El litio y la división del mapa mundial. De Chile y Argentina a China y Europa
-Volviendo al eje del litio y su aplicación clave en las baterías, usted planteaba el escenario en Europa, muy dependiente de China. Hay una gran discusión sobre dónde hay litio, dónde se lo extrae y dónde se lo refina. ¿Cómo se divide el mundo en términos de esos tres tramos?

-El sector del litio implica tres segmentos por analogía con el petróleo, el oil and gas: upstream, que es la extracción; el midstream, el tramo en el que se producen productos químicos, los materiales de las baterías; y el downstream, la producción de los autos y los celulares.

-La fabricación de cosas que usan las baterías de litio.

-En el upstream, el litio puede extraerse a partir de la roca, el espodumeno. Hay mucho en Australia. Hay acá también, en Córdoba y San Luis. Se ha usado mucho tiempo para la industria de la cerámica.

-Australia es un productor clave por la cantidad de litio que hay en la roca.

-Sí. En Australia, el litio se saca de roca. Es un proceso mucho más caro, tres veces más caro: unos 9 mil dólares la extracción de una tonelada porque hay que moler la roca, tratarla con ácido sulfúrico, lixiviarla y luego eso se manda a China. La alternativa son los salares de altura que están en el norte de China, en Nevada, en Arkansas y Texas en Estados Unidos. La mayor parte está en el sudoeste de Bolivia, en el noroeste de la Argentina y el norte de Chile. Es el triángulo del litio. Extraer litio de los salares es más económico y sustentable.

-¿Más sustentable en términos económicos y de impacto en el medio ambiente?

-Sí, también por su impacto ambiental. En este momento hay un gran desarrollo de tecnologías para hacer extracción directa: en lugar de esperar dieciocho meses y evaporar mucha agua, se puede sacar directamente por un método químico. Hay varios métodos. Eso es lo que estamos desarrollando en Litiar.

-A principios de este año, la Unión Europea planteó sus objetivos estratégicos en relación a la producción de minerales raros y críticos. Buscan volverse más autosuficientes. Para 2030, fijaron llegar a un 10 por ciento de provisión de litio y otros minerales raros a partir de una explotación y producción exclusivamente europea. Los análisis indican que Europa, por su potencial de litio, podría abastecerse en un 50 por ciento con litio propio. Y sin embargo, Europa no apuntó a esa meta. En ese marco, hay otra discusión: ¿por qué Estados Unidos, que tiene un reservorio importante de litio, o Europa, no van a su máxima capacidad de explotación y sí lo hace China? ¿Tiene que ver con los costos medioambientales y con los costos sociales que puede afrontar China a diferencia de naciones más democráticas, con una agenda ciudadana más activa, donde es más difícil?

-Quizás sea eso, pero también está el hecho de que China logró un desarrollo tecnológico increíble. China superó totalmente a Estados Unidos y a Europa tecnológicamente. Ha puesto naves en el lado oscuro de la Luna. En el litio también lo vemos.

  
China, líder en la producción de baterías de litio, ahora está liderando la fabricación de baterías de sal (iones de sodio)Getty Images
-¿China los superó también en los métodos de extracción y de refinamiento de litio?

-Sí, en todo: en IA, en la extracción de litio, lo que se te ocurra. Son muchos, están muy organizados y sus dirigentes están altamente capacitados; son ingenieros. En Europa hay litio en rocas, por ejemplo, en Finlandia y también hay aguas geotérmicas que permiten generar electricidad. En la cuenca del Rin, sacan agua caliente del fondo de la Tierra; con eso, generan electricidad y luego, antes de reinyectar ese agua, le extraen el litio que contiene. No tiene tanto litio como el de los salares argentinos, pero con métodos modernos, es suficiente para extraer litio. El objetivo es tener autonomía tecnológica y de recursos: tener el litio, no depender de China, no depender de Estados Unidos o de Sudamérica. En Europa hay muchísimo dinero en proyectos de litio y algunos tienen que ver con nuestra región. Por ejemplo, hay proyectos conjuntos entre empresas, incluyendo la nuestra, con empresas europeas y con empresas europeas que tienen minas en la Argentina, Chile o Bolivia. Eso ya está ocurriendo y es muy interesante porque todo el mundo busca posicionarse para ser independiente en el litio y ver de dónde lo va a sacar. El litio no es gratis, no es accesible y tiene dueño.

-En Serbia, por ejemplo, hace veinte años que la minera Río Tinto intenta avanzar con un proyecto de extracción de litio, que está continuamente frenado por protestas sociales. También hay frenos en Portugal. El hecho de que en el triángulo del litio, Argentina, Bolivia y Chile, haya una amplitud de mirada en relación a las posibilidades de extracción, ¿es una oportunidad para este triángulo?

-Sí, pero hay que ser cuidadoso. Económicamente, para la Argentina el litio representa una pequeña fracción de la soja. Los políticos se equivocan pensando que el litio nos va a salvar.

El litio, ¿una nueva tabla de salvación para la Argentina? Obra pública, ¿el cuello de botella?
-Siempre está esa idea: ¿nos va a salvar Vaca Muerta? ¿Nos va a salvar el litio? ¿Cómo es esto?

-El monto exportado se lo queda la empresa, después de pagar impuestos. Todo ese dinero no queda en la Argentina. De todas formas, es una fracción pequeña de las exportaciones argentinas.

-En su mejor momento, la tonelada de soja estuvo en 600 dólares, a veces está en 200, 300 o 400 dólares mientras que la tonelada de litio ahora está en 10 mil o 12 mil dólares.

-Sí, y va a alcanzar 25 o 30 mil dólares pero las cantidades que se comercializan son mucho más pequeñas.

-Es decir que lo que extraen hoy las distintas mineras privadas en la Argentina representa un volumen no tan significativo en términos de exportación comparado con la exportación del agro.

-Representa 600 millones de dólares por año, mil millones dólares como mucho.

-¿Eso es por una ineficiencia de la matriz productiva argentina en términos impositivos, de incentivos económicos a las grandes inversiones mineras? ¿O es por una ineficiencia de los métodos de extracción usados en la Argentina?

-No, es porque la Argentina es el cuarto productor. No está a la vanguardia en la producción, donde lideran Australia, Chile, algún país africano.

-Cuando usted dice productor de litio, ¿se refiere a la extracción?

-Sí. Es extraer litio, lo que tiene relativamente poco valor agregado respecto del uso final en una batería. Tuvimos una reunión con empresas mineras en la Embajada Británica en la Argentina. ¿De qué se quejan los empresarios mineros internacionales del litio? De la falta de infraestructura, de los caminos. Tienen que transportar veinticinco toneladas de ácido clorhídrico por Catamarca o por Salta y falta infraestructura.

-¿Tienen que llegar hasta el puerto de Buenos Aires?

-Para llegar desde Córdoba o desde Salta, Jujuy hasta la mina que está a 4 mil metros de altura, los caminos son muy malos, no hay líneas eléctricas.

-¿Y cómo lo sacan de la Argentina para exportarlo? ¿Tienen que llegar hasta el puerto de Buenos Aires?

-Pueden pasar por el Paso Jama a Chile y salir por Antofagasta o pueden salir por la hidrovía por el Paraná. La mayor parte sale por Jama. La minería de litio ocurre a 3600 o 4 mil metros de altura. ¿De qué se quejan las empresas? De la falta de inversión y de obra pública. Si no hay caminos, a la empresa le sale todo mucho más caro, hay más accidentes y se hace todo mucho más lento. Ese es uno de los handicaps que tiene la Argentina hoy.

-Sobre todo, rutas. ¿Otro tipo de infraestructura como conexión de internet?

-No, básicamente electricidad. Hay un esfuerzo de alguna empresa argentina por hacer tendidos en altura y llegar con electricidad hasta las explotaciones mineras, pero básicamente son problemas de obra pública.

-Interesante. Las rutas argentinas como un cuello de botella para que esa industria se vuelva más significativa en el PBI.

-Sí, así es.

Triángulo del litio. ¿Por qué Chile tiene menos litio pero es líder en producción de litio y Argentina no?
-La capacidad productiva del sector del litio en la Argentina, comparada con Australia o China, por supuesto, está muy rezagada. Pero también lo está en comparación con Chile. ¿A qué se debe que Chile tenga un desarrollo tan potente?

-Chile tiene una tradición minera que la Argentina no tiene quizás porque tenemos la pampa húmeda y durante mucho tiempo, no necesitamos del litio. En Chile, el litio se declaró estratégico. Lo controla el Estado chileno a través de un ente, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), que establece la cuota de litio que pueden sacar las empresas. Hay dos empresas muy grandes, SQM y Albemarle. Compiten entre ellas y se controlan mutuamente: miden el nivel de capa freática saber todo el tiempo cuánto saca la otra empresa porque están pinchando en el mismo Salar de Atacama. En la Argentina, los ingenieros mineros, los operadores de la extracción, son chilenos porque empezaron hace cuarenta años: tienen más experiencia. Chile es el segundo productor de litio después de Australia. Este liderazgo no se correlaciona con los recursos existentes en Chile. Las mayores reservas de litio en el mundo están en Bolivia; las segundas son de la Argentina pero el mayor extractor es Australia, el segundo Chile. Hay alguna extracción en África, que nos desplazó. La Argentina está en cuarto lugar en este momento.

-¿Cuánto litio exporta Chile por año?

-En este momento, debe estar en unas 200 mil toneladas.

-¿Y la Argentina?

-No estoy tan seguro porque ahora hay proyectos nuevos, pero no creo que pase de 60 mil toneladas al año, aunque puede ser un poquito más. Algunos proyectos como el de Eramet, los franceses, están en ramp up: ya está todo funcionando y lentamente van a llegar a estado estacionario y en unos dos años, van a alcanzar máxima producción.

-Chile tiene más capacidad productiva, pero no tiene un reservorio tan grande como el argentino. ¿Cuánto influye la regulación de royalties que pagan las empresas como incentivo a invertir y producir litio en Chile?

-Es una muy buena pregunta porque es un punto crítico. Hay una falsa concepción. En el gobierno de (Michelle) Bachelet, Chile introdujo una regla: a partir de 10 mil dólares, el precio de la tonelada de carbonato de litio equivalente, la regalía es proporcional. Llegó a 40 por ciento.

-Es decir, si el precio es menor a 10 mil dólares por tonelada, tiene una regalía mínima. ¿De cuánto es? ¿De un dígito?

-Es más de 10 por ciento. Llegó a 40 por ciento. En la Argentina es de 3 por ciento del valor la boca de mina.

-Quiero detenerme en el mecanismo chileno de royalties. Una vez que supera los 10 mil dólares por tonelada, ¿el aumento de royalties se aplica al margen que se supera o al total del precio?

-La regalía va siendo proporcionalmente mayor sobre el total. Llegó al 40 por ciento. Ahora está un poco más baja.

  
En el pueblo de volcán hay una celda para enchufar el tren para recargar las baterías de litio con energía del parque solar Caucharí.
-Es decir, lo saca de la mina, y ahí el precio es 10 mil dólares. En un momento llegó a tener 40 por ciento de retención.

-Y las empresas no se fueron de Chile porque está en sus cálculos. En algún momento, alguna provincia argentina bajó la regalía. Fue una tontería porque a la empresa no le hace diferencia. El 3 por ciento es mucho menos porque se aplica sobre agua salada y en realidad, lo que le interesa a un país, es cuánto vale lo que saca.

-¿Cómo se llama el producto que se obtiene al final de ese proceso?

-Hay tres commodities: cloruro de litio, hidróxido de litio y carbonato de litio. Sobre todo, carbonato e hidróxido de litio. Para darte una idea, la empresa japonesa Toyota saca el carbonato en grado comercial, no en grado batería. Lo lleva a Japón donde lo ultrapuifica y lo lleva a grado batería. No es el mejor negocio para la Argentina, porque lo que queremos es el mayor valor agregado.

-El mayor valor agregado sería la producción de un auto eléctrico con baterías argentinas y litio argentino. Pero la Argentina no tiene esa capacidad, por supuesto. ¿Tiene al menos la capacidad de entregar el material lo más refinado posible, o eso tampoco? ¿Está lejísimo?

-Sí, y por eso nosotros, desde la academia, pegamos el salto y creamos la empresa Litiar.

Litio argentino, de la ciencia a la actividad privada. ¿Cómo sumar valor agregado?
-Usted es un científico, un doctor en química muy respetado, expertisimo en este campo desde hace décadas, investigador superior del CONICET. Hay mucha resistencia de parte del mundo científico en relación a ese salto del mundo académico al mundo del sector privado, al patentamiento, casi como una cuestión moral y virtuosa, cuestionable desde mi punto de vista porque se pueden hacer las cosas muy bien y aprovechar el capital cognitivo de la ciencia argentina. Sin embargo, un científico de su calibre da ese salto y, junto con otros colegas, crea una empresa privada, Litiar, en ese sector. ¿A qué tramo específico del mundo del litio apunta y por qué?

-Litiar es una empresa, una sociedad anónima argentina. ¿Por qué la creamos? Porque desde el Conicet o desde la UBA ya no teníamos herramientas como para ir a discutir con las grandes empresas. ¿Cuál es nuestro objetivo? Nuestro objetivo no es sacar el litio sino buscar empresas de gran capacidad de ingeniería como Schlumberger, Tecpetrol, Toyota Tsusho…

-¿Podría ser YPF?

-Sí, podría ser Y-Tec o YPF o Vista. Hemos hablado con todos.

-Privadas, semiprivadas, semipúblicas, no importa.

-Nosotros contamos con la tecnología para que ellos extraigan a gran escala. Tenemos lo que se llama un MVP, minimum value product: un reactor de laboratorio totalmente exitoso. Son dos esponjas que sacan selectivamente el litio de la salmuera y luego lo ponen en otra solución de altísima concentración y pureza de litio grado batería.

-¿Y cuál es la ventaja competitiva que tiene ese método comparado con el método actual de las salmueras que dejan el agua expuesta durante un año y casi dieciocho meses?

-Hoy el método de evaporación lleva de doce a dieciocho meses; implica pérdida de gran cantidad de agua; deja residuos, aunque no son tóxicos, pero no son agradables porque hay comunidades. Litiar ofrece métodos electroquímicos de extracción directa. En pocas horas, se puede extraer el mismo litio sin consumir agua, sin agregar sustancias químicas porque usamos electrones en grandes volúmenes. Lo nuestro ha sido muy exitoso.

-¿En dónde lo probaron?

-Lo probamos en el laboratorio. Ahora estamos haciendo una planta piloto. La cuestión es cómo llegar a 20 mil o 40 mil toneladas por año. Son números muy grandes y a veces los científicos no se dan cuenta. Son volúmenes muy grandes de producción de litio, de lo que se llama carbonato de litio equivalente. En relación a la gente de Conicet y de las universidades, tu descripción es un poco antigua. La gente está mucho más aggiornada, más abierta a trabajar en el mundo empresarial y a que sus investigaciones sean prácticas. En la cabeza de un científico está la curiosidad, como decía (César) Milstein; está publicar papers y que te reconozcan intelectualmente, pero por otro lado, también hay interés en que tu trabajo tenga una aplicación con alguna validez social. Nosotros llegamos a la conclusión de que necesitábamos tener una empresa para hablar con las otras empresas.

-¿Por qué no se pudo hacer eso desde el Conicet o desde el sector de investigación del mundo universitario? ¿Hay restricciones en el modo en que se manejan las patentes o las negociaciones? ¿O se trata de limitaciones propias derivadas de la naturaleza de la investigación académica?

-No, nosotros tenemos patentes cuyo dueño es Conicet. Eventualmente, Litiar pagará las regalías necesarias. Pero además estamos desarrollando nuevas patentes y seguimos haciendo desarrollos. El problema es de lenguaje y de intereses.

-De misión.

-Sí, de misión porque Conicet tiene la misión de formar doctores en distintas disciplinas.

-Pero también de producir ciencia.

-Sí, también tiene la misión de producir ciencia. El doctorado es algo artesanal. Tenés que trabajar durante tres o cuatro años y llegar a conclusiones propias, y cuando terminaste, conocés el método científico y podés abordar cualquier tema aunque no lo conozcas porque sabés investigar. Ése es el entrenamiento de los doctores. Hacer eso produce ciencia, publicaciones, patentes. Hay oficinas de patentes en el Conicet, en la Universidad de Buenos Aires y en el resto de las universidades. Pero cuando hay que hablar con Tecpetrol, Schlumberger, Vista o Toyota Tsusho, tengo que hablar como empresa porque no solo es otro lenguaje sino que los intereses, las misiones, la visión son distintos. Y esto ocurre en todo el mundo. Mis amigos en Inglaterra, en Alemania y en Estados Unidos son profesores y tienen sus empresas. Como yo me jubilé y ahora soy profesor consulto, me puedo dedicar mucho más a las empresas. ¿Qué hace nuestra empresa? Nuestra empresa da consultoría a empresas mineras sobre estos métodos nuevos, entra en licitaciones internacionales. Ahora este hemos presentado un proyecto con empresas europeas.

Vanguardia en litio. ¿Argentina puede innovar en tecnología del litio?

-En relación a este método de extracción que ustedes están desarrollando, más eficiente en términos del impacto medioambiental y sobre todo, de tiempo, ¿en cuánto se puede obtener el litio? ¿En días?

-No, en horas.

-¿Por qué las grandes empresas que tienen capacidad de inversión en investigación y desarrollo no han puesto el foco en esas vías de extracción?

-Las grandes empresas tienen su propia agenda. Invierten en universidades o en startups como la nuestra, en todo el mundo, porque no pueden invertir en todos los temas al mismo tiempo. Ponen algo de dinero en una universidad en IA; otra, en extracción de litio o en otro tipo de problemas.

-¿Estas empresas que pueden ser inversores potenciales le ven chances a la fase experimental de la extracción de litio que ustedes han planteado?

-Sí, porque si entran en esta etapa, para ellos es muy barato. Es lo que se llama venture capital, capital de riesgo. En Australia, Vista, junto con otras grandes empresas como Río Tinto, han puesto plata en una empresa que extrae litio con membranas. Y en Estados Unidos, un spin-off de MIT, Litios, se capitalizó en 27 millones de dólares. Esos son los números y ahí apuntamos.

-¿Cuál es el número que ustedes necesitan para poder desarrollar esto en la vida real?

-Lo más grande posible. El tema es así. Yo tengo el ciento por ciento de una idea. Viene alguien y dice: “Yo quiero participar y quedarme con el 20 por ciento de la empresa”. Y ponés 5 millones de dólares. La empresa ahora vale mucho más. Viene otro y pone más dinero. Yo voy perdiendo porcentaje como dueño de la empresa, pero ganando en capital. ¿Y el capital en qué se usa? Tengo que hacer una planta piloto para 20 toneladas por año. Tengo que contratar diez ingenieros, tengo que tener una buena página web. Ése es el tipo de dinámica de la empresa.

Argentina vs. Chile. ¿A qué le temen los inversores? ¿Política, macro, regalías, infraestructura?

-En la comparación con Chile, usted planteaba una restricción argentina, la infraestructura. Se da la paradoja de que aunque la Argentina le impone regalías bajísimas, la productividad de Chile en ese sector del litio es altísima aún con regalías mucho más altas. ¿Puede haber otro tipo de restricción que no esté pesando en Chile y sí en la Argentina? Me refiero al riesgo de discontinuidad de los proyectos: en Chile no importa la alternancia ideológica en el gobierno. ¿En Chile, el inversor tiene la certeza de la continuidad de los proyectos pero no la tiene en la Argentina? ¿El inversor en Chile está dispuesto a pagar mayor regalía porque puede pensar en una rentabilidad de larguísimo plazo y en la Argentina, no?

-Chile tiene una mayor tradición minera, eso lo ayuda mucho. ¿Pero qué ve el inversor? Mira corrupción, estabilidad política, estabilidad económica. Las grandes empresas no quieren comprar un problema futuro, cosas como corrupción, porque pueden tener problemas.

-Y la alternancia ideológica en Argentina a veces discontinúa proyectos críticos.

-Pero los proyectos de litio funcionaron en los últimos gobiernos desde 2010 hacia adelante. En ese sentido hay continuidad. Ninguno de los Gobiernos los ha espantado.

-Pero si en la Argentina, con las restricciones de infraestructura, impone regalías del 40 por ciento como en Chile, que ofrece otras ventajas, serían excesivas.

-Las empresas van a mirar mucho más esto de la infraestructura. Lo dijeron las empresas en esta reunión de benchmark internacional. Para ellos, es más importante eso que pagar regalías. Pagar regalías es parte del costo.

-Sí, puede ser una ventaja que en la Argentina sean menores comparado con Chile donde se paga más, pero como hay otras desventajas argentinas, Chile sigue siendo más tentador.

-Sí, la Argentina tiene que reevaluar la obra pública. Porque es lo que piden las empresas. Quieren tener electricidad, quieren tener buenos caminos, quieren tener salida a puerto.

Fuente: La Nación

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