Joseph Redhead y la Ilustración Escocesa



Por Ricardo Alonso
Acompañó a Belgrano en las batallas de Tucumán y Salta, y en la jura de la bandera a orillas de río Pasaje (hoy Juramento) y recuperó los documentos que le había secuestrado el general español Pío Tristán durante la batalla de Salta.
Publicó en 1819 el primer trabajo científico experimental del país sobre la dilatación del aire atmosférico; midió las alturas de las montañas por el camino real a Potosí; mantuvo correspondencia con Humboldt desde Salta, ayudó a Belgrano a traducir del inglés el discurso de despedida de George Washington, asistió a Belgrano en su regreso a Buenos Aires, estuvo en su lecho de muerte y certificó su defunción. Belgrano antes de morir le regaló su reloj de oro que estuvo en un museo del cual fue robado.
Joseph Redhead se involucró en el estudio de los meteoritos del Chaco santiagueño y de Atacama, y en la interpretación de los "gigantes antediluvianos" de Tarija, trabajó como médico en Salta hasta su fallecimiento en 1844. Vivió en casa de Macacha Güemes a quién le cedió por testamento todos sus bienes al fallecer soltero y octogenario. La enorme figura de Redhead ha pasado desapercibida al punto que solamente un estrecho pasaje de Salta lleva su nombre y para peor mal escrito: "Read Head".
Un sabio en Edimburgo
Hoy sabemos que Joseph Redhead fue un británico nacido en Saint John, Antigua, en las Antillas Menores del mar Caribe, donde su padre tenía una plantación de caña de azúcar. Samuel Redhead y Sarah Bullock, sus padres, lo enviaron de niño a estudiar en Escocia. Cursó medicina en la Universidad de Edimburgo donde se doctoró en junio de 1789. Luego pasó por Cambridge, Alemania, Italia, Rusia y Francia donde cayó preso en La Bastilla, todo ello antes de llegar a Buenos Aires en los primeros años del siglo XIX.
La vida y obra de Redhead ha sido ampliamente documentada en mi libro: Alonso, R.N., 2023. Historia de la ciencia. Joseph Redhead, un sabio británico en la Salta del siglo XIX. Prólogo de John Allan Hunter. Mundo Gráfico Editorial, 92 p., Salta. Asimismo, un valioso trabajo sobre Redhead y la ciencia humboldtiana fue publicado por Dr. Miguel de Asúa (Royal Society, 2023).
Lo que pasó desapercibido es que ese tiempo de Redhead en Edimburgo corresponde con lo que se ha dado en llamar la "Ilustración Escocesa", una de las explosiones de talento que se dieron a lo largo de la historia de la humanidad. La primera de ellas fue el "Milagro Griego" que resultó fundacional de la mayoría de las ciencias y humanidades. Baste mencionar a Sócrates, Platón y Aristóteles, entre los cientos de nombres de filósofos que dieron lugar a un "big-bang" del pensamiento.
Otra sería el Renacimiento con figuras como Leonardo, Miguel Ángel y Durero. En el siglo XVIII destaca Freiberg y sus sabios naturalistas con nombres como Werner, Goethe y Humboldt. Y ya en el siglo XX la famosa foto de la Conferencia Solvay de 1927 que juntó a 29 físicos, químicos y premios Nobel donde descollaron Einstein, Planck y Marie Curie, por mencionar a algunos de ellos. También podemos hablar de esas explosiones de talentos con el París de la "Enciclopedia", el proyecto Manhattan o Silicon Valley.
Un Big Bang del saber
Lo cierto es que el Edimburgo en que le tocó vivir a Redhead en la segunda mitad del siglo XVIII estaba en un verdadero esplendor científico y cultural. Baste mencionar que descollaban allí figuras como las del filósofo David Hume (1711-1776), el economista Adam Smith (1723-1790), el padre de la geología moderna James Hutton (1726-1787), el químico Joseph Black (1728-1799), el matemático John Playfair (1748-1819), el geólogo James Hall (1761-1832) y el ingeniero James Watt (1736–1819). A ellos se les sumaba Benjamin Franklin (1706-1790), gran amigo de Hume, que los visitaba asiduamente.
En una carta que Franklin le escribió a un amigo suyo le dijo: "Da la casualidad que en este momento se reúnen allí un grupo de hombres verdaderamente tan selecto, de profesores y de diversas ramas del conocimiento, como no se ha dado nunca en otra época o país". Y lo dice Benjamín Franklin quien fuera uno de los padres fundadores de los Estados Unidos.
Es más, la Ilustración Escocesa que iluminó a la humanidad en las ciencias y las humanidades, fue parte de una enorme transferencia de conocimientos prácticos a los Estados Unidos. Téngase presente que Redhead fue alumno de William Cullen (1710-1790) considerado como uno de los grandes médicos de Inglaterra y primer médico del rey en Escocia. Cullen, Black y Hutton eran además íntimos amigos. Lo que queremos mostrar es que Redhead vivió en esa pequeña ciudad de Escocia, en un tiempo en que florecieron grandes mentes. Edimburgo, una ciudad de 50.000 habitantes, sería conocido informalmente como la "Atenas del Norte".
Y en esas calles caminaba y estudiaba el joven Redhead quien más tarde se radicaría definitivamente en Salta. Señalamos y especulamos con que Redhead pudo haber conocido personalmente a grandes figuras de la Ilustración Escocesa en su paso por Edimburgo. Como dijimos desarrollaron su vida allí muchísimos filósofos, médicos, economistas, geólogos, químicos, escritores, historiadores, matemáticos, ingenieros y otras figuras de relevancia mundial.
David Hume y Adam Smith
Dos de ellos fueron sin dudas David Hume y Adam Smith. Hume dejó para la posteridad su "Tratado de la naturaleza humana" entre muchas otras obras y Smith sus famosas "Riqueza de las naciones" y "Teoría de los sentimientos morales", las dos únicas obras que publicó en vida y de la cual una de ellas se considera la biblia del capitalismo. Hume aprovechó su trabajo de bibliotecario y escribió una controvertida y admirable "Historia de Inglaterra", en seis amplios tomos, aplaudida por Voltaire, Johnson y Gibbon. Ambos filósofos, solterones, fueron muy amigos y mantuvieron su amistad hasta la muerte a pesar de sus diferencias intelectuales, especialmente en torno a la religión. No era fácil exponer sus pensamientos religiosos en un mundo escocés creyente y mojigato.
A propósito, conviene leer la deliciosa obra de Dennis C. Rasmussen titulada "El infiel y el profesor. David Hume y Adam Smith. La amistad que forjó el pensamiento moderno" (Arpa Editores, Barcelona, 2018, 382 p.). Hume fue escéptico y nada favorable a la iglesia y sus cofradías. Llegó a decir que no aceptaba como milagro que una ballena se haya tragado a Jonás. Para él el milagro hubiese sido que Jonás se tragara una ballena. Hume influyó fuertemente en la obra de Smith, pero se negó a publicar el último manuscrito que le dejó antes de morir. Así y todo, en su memoria póstuma dijo de su amigo que siempre lo había tenido por «una persona cuya erudición y virtud se acercaban tanto a la perfección como tal vez permita la fragilidad humana».
La lista de grandes hombres de la Ilustración Escocesa es muy larga. Sin embargo, por deformación profesional me quiero detener en James Hutton el padre fundador de la moderna geología.
El nacimiento de la geología
Este escocés, reconocido internacionalmente por su obra y del cual nos hemos ocupado en oportunidades anteriores, dio sus dos primeras conferencias sobre geología en la Royal Society de Edimburgo en marzo y abril de 1785. En verdad en la de marzo estuvo enfermo y la leyó su amigo el químico Joseph Black, descubridor del dióxido de carbono, quién fue el que lo animó a presentar su Teoría de la Tierra ("Una investigación de las leyes observables en la composición, disolución y restauración de la tierra sobre el Globo"). Redhead estaba cursando su último año de medicina en Edimburgo y bien pudo haber estado presente en esa famosa conferencia.
La afición temprana de Redhead a la geología, tal como lo demuestra en sus escritos americanos, pudo haber estado claramente influenciada por Hutton y sus conferencias. Téngase presente que allí Hutton comenzaba a recorrer el camino que llevaría a entender el "tiempo profundo" el abismo del tiempo que rompía para siempre con ese tiempo bíblico y mosaico que había ceñido la mente de la humanidad. Allí mismo, en Escocia, en Siccar Point, descubrió una discordancia entre rocas de dos mundos distintos, separados por un plano virtual de tiempo, que le permitió comprender los largos procesos geológicos que representaban decenas o centenas de millones de años contra los ajustados tiempos bíblicos que marcaba la ortodoxia.
Hutton le abrió camino a Charles Lyell y este a Charles Darwin y al final pudimos salir de las tinieblas del oscurantismo para entender cómo funciona el planeta y la evolución de la vida.
Siempre me imagino esas reuniones intelectuales en el Poker Club, Oyster Club o la Royal Society de Edimburgo donde Hume hablaba de filosofía, Adam Smith de la economía de la naturaleza, Black. de la física del calor, el ingeniero James Watt, de la máquina de vapor, Hutton, del planeta Tierra como sistema aprovechando todas esas ideas; Playfair, que lo traducía en un idioma accesible y entendible y por qué no a Redhead escuchando y participando. Todos estos amigos y colegas, muchos de ellos masones y ateos, debatiendo amablemente con el propio Benjamin Franklin. La cadena causal y casual que une a todos esos hombres a través de Humboldt, Redhead y Salta es un tema del mayor interés para la historia de la ciencia.
Fuente: El Tribuno

