Baterías de litio: ¿realmente entendemos de que se que trata?
Por Mariana Godoy Goette
La electricidad ha carecido históricamente de un almacenamiento generalizado y rentable, lo que ha obligado a producir y consumir la energía casi simultáneamente.
Hasta la fecha, los esfuerzos globales por descarbonizar la red eléctrica se centraron principalmente en el despliegue de más energía eólica y solar, lo cual no es poco, pero la naturaleza “intermitente” de las energías renovables plantea importantes retos a la red eléctrica. A medida que las energías renovables aumentan su participación en el suministro eléctrico, la red se vuelve más dependiente de condiciones meteorológicas como la velocidad del viento y la irradiación solar. Por tanto, la red necesita cada vez más una generación flexible, despachable y a la carta para cubrir carencias. En la actualidad, en países donde la utilización de energías alternativas en de gran escala, la generación fósil desempeña este papel. Pero entonces es allí donde las baterías podrían ser un sustituto más limpio.
Las baterías a escala de red pueden cargarse cuando hay un exceso de energía renovable disponible y descargarse cuando más se necesita, reduciendo la necesidad de restringir la producción renovable y desplazando por completo a la electricidad generada con combustibles fósiles. Sin almacenamiento de energía, la red dependerá inevitablemente de los combustibles fósiles para el suministro de energía, independientemente del despliegue de la capacidad renovable.
Desafíos y oportunidades
Las baterías de iones de litio son inflamables y, si bien se suelen implementar medidas para reducir el riesgo de incendio, algunas comunidades se oponen a proyectos en sus patios traseros. La mayoría provienen de China, lo que las hace vulnerables a las disputas comerciales. Pero debido a que estos recursos de almacenamiento son tan nuevos, las reglas globalmente todavía no están claras.
A medida que las energías renovables aumentan su participación en el suministro eléctrico, la red se vuelve más dependiente de condiciones meteorológicas como la velocidad del viento y la irradiación solar
El almacenamiento de energía es crucial para lograr descarbonizar la red eléctrica, y las baterías se han convertido en una tecnología puntera para almacenar energía a escala comercial, pero ¿cuánto se habla de esto? ¿Existe una hoja de ruta sobre la planificación de la red eléctrica que abarca el largo y el ancho de argentina?
Lo cierto es que la extracción y purificación del litio es una de las industrias que ofrece más oportunidades al país en este 2024 debido a su altísima demanda global. Su producción local experimentó un crecimiento del 45% durante 2023, consolidándose como el cuarto mayor productor y el tercer exportador mundial, pero, y a diferencia de otros países, Argentina se lleva menos de un 2% de la riqueza que proviene de nuestras tierras.
En este sentido, sería importante poner sobre la mesa al sistema de electrificación nacional y sus innumerables puntos de saturación y colapso en los que se podría trabajar y además capturar valor. La utilización de baterías de litio, entre otros pilares, podría favorecer profundamente al mejoramiento de la red y la amplificación de la misma.
Asimismo, se podría pensar en un crecimiento de la industria de baterías en Latinoamérica, a hoy todo el agregado de valor del carbonato de litio se disputa entre China, Corea, Japón y USA por tanto no entraría en discusión competir con gigantes, pero tampoco éste sería un motivo para quedarnos en la vereda de enfrente y no continuar con el desarrollo tecnológico de baterías y la amplia gama de derivados provenientes de la química del litio.
¿Entonces quiénes son los protagonistas claves en la mesa de diálogo y toma de decisiones respecto a la planificación de la red eléctrica nacional y la producción de litio y derivados?
Sin almacenamiento de energía, la red dependerá inevitablemente de los combustibles fósiles para el suministro de energía, independientemente del despliegue de la capacidad renovable
El Estado local regula la actividad eléctrica y controla que las empresas del sector cumplan con las obligaciones establecidas en el marco regulatorio y en los contratos de concesión, a través del ENRE (ley 24065). El ENRE tiene la competencia en el área metropolitana de Buenos Aires respecto a la “distribución” mientras que, en el interior del país, la misma es regulada por los organismos provinciales y el rol de + 600 cooperativas de distribución eléctrica. Cammesa coordina las operaciones de despacho, establece los precios mayoristas y administra las transacciones económicas, que se realizan a través del Sistema Interconectado Nacional.
Queda claro entonces que las decisiones forman parte de un plan de ruta y agenda del estado, los ministerios a los cuales estas cuestiones competen y, por supuesto en consecuencia, de las empresas privadas, siendo el objetivo final lograr el equilibrio entre tres ejes fundamentales: cómo aumentar el volumen de producción de carbonato de litio, es decir “riqueza” a partir del mineral, como generar las condiciones propicias para que esa riqueza pueda ser capturada dentro del territorio nacional, sumando tecnología y una profunda mejora a la red, y por último la sustentabilidad del negocio, ya sea en la producción del mineral como en toda su cadena de valor posterior.
Para finalizar, es importante mencionar precisamente en este punto al tan mencionado RIGI incluido en el proyecto de la Ley de bases que actualmente se está debatiendo en el senado. El RIGI precisamente busca aumentar el volumen de producción, la riqueza, ofreciendo condiciones atractivas para que finalmente lleguen grandes proyectos de inversión a largo plazo pero lamentablemente aun no queda claro cómo a través del mismo se podrá garantizar los últimos dos de los tres pilares principales mencionados anteriormente: “las condiciones para que esa riqueza sea capturada dentro del territorio nacional” y “las que protejan la sustentabilidad y el cuidado medio ambiental y social”.
Ingeniera química y especialista en Energías Renovables y Medio ambiente
Fuente: Infobae