La realidad del cobre en Argentina
Según los datos que encontré en la web, la minería de cobre aporta a la Argentina en inversiones de la siguiente manera:
En 2022, el sector invirtió más de US$ 370 millones en exploración de cobre, un 62% por encima del año anterior y se alcanzó el nivel más alto desde el cierre del proyecto Bajo de la Alumbrera en Catamarca.
La Argentina tiene ocho megaproyectos para la producción de cobre distribuidos en cinco provincias, cuya construcción en los próximos años demandará inversiones por más de US$ 22.000 millones.
Los proyectos de cobre y litio concentran la mayor parte de las inversiones futuras anunciadas en el sector minero, siendo US$ 4.608,4 millones para el cobre y US$ 3.382,5 millones para el litio.
La producción actual de cobre en Argentina es muy baja, ya que el país no cuenta con ninguna mina de cobre en operación desde el cierre del proyecto Bajo de la Alumbrera en 2018. Según los datos de la Secretaría de Minería de la Nación, la producción de cobre en 2018 fue de 181.000 toneladas, lo que representó el 0,9% de la producción mundial. En 2019, la producción se redujo a 36.000 toneladas, y en 2020 se estima que fue de solo 8.000 toneladas3.
Sin embargo, la Argentina tiene un gran potencial para aumentar su producción de cobre en el futuro, ya que cuenta con ocho megaproyectos en diferentes etapas de desarrollo, distribuidos en cinco provincias.
Estos proyectos son: Los Azules, El Pachón, Josemaría, El Altar y Filo del Sol en San Juan; Taca Taca en Salta; MARA en Catamarca; y San Jorge en Mendoza. Estos proyectos tienen una inversión estimada de más de 22.000 millones de dólares y podrían generar exportaciones por más de 11.000 millones de dólares anuales a partir de la próxima década.
El primer proyecto que podría entrar en producción es MARA, que integra Agua Rica con Bajo La Alumbrera, y se espera que esté operativo en 2026. Los otros proyectos podrían iniciar su producción entre 2027 y 2031, según sus respectivos estudios de factibilidad. Con los ocho proyectos en funcionamiento, la Argentina podría producir más de 1,2 millones de toneladas de cobre por año, lo que la ubicaría entre los diez principales productores del mundo
EL COBRE Y LA TRANSICIÓN
Argentina no debe dejar pasar el tren. El cobre es importante para la transición energética porque es un metal que tiene excelentes propiedades de conductividad eléctrica y térmica, resistencia a la corrosión, ductilidad, maleabilidad y reciclabilidad. Estas propiedades hacen que el cobre sea un material clave para la generación, transmisión, distribución y uso de la energía renovable, así como para la electromovilidad y la eficiencia energética.
El cobre es un componente esencial de los sistemas de energía solar, hidroeléctrica, térmica y eólica, tanto en tierra como en el mar, que producen energía limpia y sustentable con bajas emisiones de carbono.
El cobre es un insumo fundamental para la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos, que consumen entre 4 y 5 veces más cobre que los vehículos convencionales, y para la infraestructura de carga y distribución de estos vehículos, que requieren de tecnologías basadas en cobre.
El cobre es un material que mejora la eficiencia energética de los edificios, las industrias y los hogares, al reducir las pérdidas de energía y optimizar el uso de la electricidad en el cableado, los generadores, los motores, los electrodomésticos, la calefacción y la iluminación.
En conclusión, el cobre es un metal estratégico para la transición energética y la descarbonización de la economía, ya que facilita el desarrollo de tecnologías verdes y sostenibles que permiten mitigar el cambio climático y mejorar la calidad de vida de las personas.
Fuente: Mining Press