Fitch advierte que estrategia chilena del litio no impulsará la industria

La calificadora Fitch cree que la estrategia sobre el litio del Gobierno chileno, basada en alianzas público-privadas, no impulsará la industria, debido a que es poco probable que las empresas privadas inviertan un capital significativo en proyectos que serán controlados por el Estado.
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Para revertir este pronóstico, sería clave “incentivar la participación de los inversionistas [privados] a través de una mayor seguridad jurídica y criterios de rentabilidad ajustada al riesgo”, comentó a BNamericas, la analista sénior y directora de Fitch Chile, Alejandra Fernández.  

Sin estos elementos, “los inversionistas moverán su decisión hacia lugares de menores riesgos, como Australia o a lugares que, si bien posee un entorno de alto riesgo, como Argentina, probablemente el retorno sea mayor", añadió Fernández. 

A la fecha las dos únicas productoras de litio en Chile son la local SQM y la estadounidense Albemarle, gracias a los contratos de arrendamiento de propiedades en el salar de Atacama, en el norte del país, que gestiona la agencia estatal Corfo. 

“Los excepcionales altos precios del litio, han hecho que este tipo de arrendamientos hayan sido muy rentables para el Estado, sin necesidad de haberse realizado gastos de inversión o de considerarse los riesgos operativos”, indicó Fitch en un comunicado.  

Los contratos toman como base los ingresos que perciben las compañías, aplicando una tasa marginal progresiva sobre el precio del litio que puede llegar hasta el 40% en un tramo donde el precio del carbonato de litio supere los US$10.000/t, explicó la agencia de calificación crediticia.

El año pasado SQM aportó US$5.000 millones al erario chileno, incluyéndose impuestos, cuando el precio spot del carbonato de litio llegó a US$71.200/t. El monto representó 1,3 veces la utilidad neta de SQM y fue el doble de lo aportado por la cuprera estatal Codelco.

Por este motivo, Fernández considera que el mayor control estatal sobre inversiones privadas significativas, sin aportar recursos financieros públicos, "debe al menos ofrecer una interesante rentabilidad". Sin ello, será complejo impulsar la industria del litio, como se ha previsto.   

El contrato de SQM expirará en 2030, y el de Albemarle en 2043, y Codelco ha sido mandatada como la responsable estatal para liderar las negociaciones que permitirán extender las respectivas operaciones más allá de los plazos. En este sentido, Fitch ve un escenario de neutral a positivo para las productoras de litio.  

Tanto SQM como Albemarle poseen perfiles de bajo riesgo de incumplimiento ante compromisos financieros, pero mientras SQM posee una calificación AA/estable que denota una fuerte capacidad de pago; Albemarle tiene un perfil BBB/estable, cuya capacidad de pago puede verse afectada por condiciones comerciales o económicas adversas, agregó el comunicado de Fitch. 

La agencia confía en que SQM será capaz de asegurar una producción a un costo competitivo más allá de 2030, como paliativo para compensar los eventuales efectos negativos de la participación estatal en sus operaciones. Albemarle, por su parte, gracias a su cartera diversificada "tendría una cierta flexibilidad en las futuras conversaciones con Codelco", expresó la calificadora.

En Chile está instalada la urgencia por acelerar la estrategia de litio para capitalizar las condiciones del mercado antes de que acabe la oportunidad, aunque “los precios podrían verse más presionados por la entrada en operación de nuevos proyectos a nivel global, además de los esfuerzos por encontrar sustitutos al litio y el aumento del reciclaje”, agregó Fitch.

Fuente: bnamericas.com

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