Planteos que marcan los desafíos para el sector

La actividad enfrenta dificultades con su entorno.
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La minería enfrenta dificultades en su convivencia con el entorno donde se desarrolla, que suelen estar marcadas por diferentes variables.

Vulnerabilidad: es usual que varios lugares en los cuales se desarrolla la actividad minera tengan una economía poco diversificada.

Es decir, son muy dependientes del producto minero. Eso puede hacer que su economía sea muy volátil. Le irá fantástico cuando suban los precios internacionales, y tendrá problemas cuando caen fuertemente.

Lo ideal sería diversificar su economía, tarea que no resulta tan sencilla. Si no es posible, sería importante un buen manejo de sus finanzas públicas provinciales, ahorrando en los períodos de precios altos, para así contar con fondos suficientes para hacer frente a aquellos tiempos de "vacas flacas".

Impacto negativo en otros sectores: dada la magnitud económica de la minería, es probable que se eleven los costos salariales y de los servicios (alquileres, entre otros) en la región. Eso impactaría en mayores costos en otras actividades (por ej., el agro en San Juan); similar al impacto del petróleo sobre la fruticultura en Neuquén.

Un elemento a tener muy en cuenta es si la actividad minera será transitoria o permanente. En el primer caso es un problema serio, porque en un primer período puede hacer desaparecer (o reducir a un mínimo) otras actividades, pero cuando finalice el proyecto la región quedará con una matriz productiva vaciada.

En cambio, si la actividad minera fuera permanente estará el problema del achicamiento de actividades, que se perjudican por la suba de costos y no son complementarias. De todos modos, la región podrá mantenerse económicamente.

Resistencia en contra: la minería es una actividad muy resistida por varios grupos, en especial los ambientalistas. En este sentido, surgen dos planteos. Uno es que mientras mayor sea la población en una región, y mientras más alternativas económicas ofrezca, mayor será la resistencia antiminera. Por ej., acorde a los informes Fraser, se detecta que California, una región que cuenta con muchísimas alternativas económicas (Hollywood, Napa Valley, Silicon Valley, etc.) es uno de los estados que más obstáculos legales pone para el desarrollo de la actividad minera. No es así en el caso de Nevada, con menos opciones. En Argentina, ocurre algo parecido. En Mendoza, la zona del Valle de Uco, con excelentes viñedos y vinos, la oposición minera es muy fuerte, no así en Malargüe, que no cuenta con esa ventaja.

El otro planteo está referido a las dudas sobre los controles. Usualmente se hablan de tres tipos de controles. El comunitario está a cargo de la población que vive cercana a los yacimientos mineros. Otro es el realizado por organismos estatales, y generalmente hay bastante desconfianza en ese sentido, al contar con menos recursos para supervisar zonas extensas y muy alejadas de la urbe.

El tercer control es el financiero. Las empresas mineras requieren gran volumen de fondos (trabaja con mucho equipo especializado y con personal altamente capacitado), y quienes invierten en esas empresas están muy atentos a las noticias ambientales. Un accidente en esta dimensión implica pérdida de financiamiento para esas empresas, por lo que en cierto modo están obligadas a ser cuidadosas.

En general las empresas extractivas de minerales metalíferos tienden a ser grandes firmas, siendo difícil escalar en el caso de las pymes, por la falta de acceso al fondeo.

Resumiendo, las oportunidades para las regiones están, los riesgos también.

Fuente: El Tribuno

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