Casarín sobre "la catástrofe" del Oro y la Plata: "La SECMIN es el desprestigio y la falta de conocimiento" en la industria

El abogado y geólogo se refirió a la actualidad de las metalíferas.
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Sentenció que se venía advirtiendo este colapso de las extractivas y aseguró que la Secretaria de Minería de Nación posee “Una suerte de delivery fallido, donde el repartidor no tiene GPS y siempre llega tarde y con la comida podrida”

En la última edición de la revista Prensa GeoMinera, de marzo 2023, el periodista Claudio Gutiérrez puso de relieve un tema que desde hace años la editorial plantea en sus columnas de opinión.  Tanto el editor, como el abogado y geólogo Favio Casarín, se han referido en reiteradas oportunidades, a la declinación de la minería metalífera de oro y plata. Ambos coincidían en sus artículos que la ausencia de nuevos proyectos y la carencia absoluta de gestión desde los organismos del Estado, especialmente quienes se desempeñaron en la Secretaría de Minería de la Nación, fueron y son, en gran medida, los responsables del presente adverso de quienes sostuvieron a la industria metalífera en los últimos veinte años.

Ante el comunicado de la CAEM pos PDAC desde donde plantearon el tema que atraviesan las mineras metalíferas ante las adversidades que obligan los problemas macroeconómicos y la falta de gestión gubernamental,  como así también,  el artículo sobre la crisis de las mineras productoras de “Oro y Plata” publicado en Prensa GeoMinera, provocaron una reacción desde la SECMIN por intermedio de la agencia oficial de noticias, en principio, de contenido inocente y auto lavable de culpa.

Fernanda Ávila, titular del área, hizo saber en un cable de Télam los números (¿falaces?) de la mirada oficial en un ensayo de respuesta a los empresarios. Toda su respuesta estuvo relacionada con la realidad adversa que planteaba Claudio Gutiérrez en su artículo reciente, así como también del comunicado de los empresarios mineros. Ante estos temas de fondo de la industria, “Once Diario” consultó al letrado Favio Casarin para profundizar y entender más esta realidad adversa de las principales exportadoras mineras del país. Al respecto, Casarín señaló que “Lo hemos dicho, y está escrito,  pero con menos estridencias para que no suene fuerte, lo que se murmura en todos los pasillos donde se comenta algo de minería” sobre esta realidad que se le acredita a la falta de gestión de los funcionarios nacionales. “Como dice Gutiérrez en su nota, el Proyecto Lindero en Salta comenzó a producir en el año 2020, y fue el último de extracción de oro que se puso en marcha en el país. También es importante recalcar que el yacimiento se descubrió hace más de 20 años, allá por la década del 90, en el siglo pasado, y que se factibilizó hace unos años. Esto lo digo para dar una idea del tiempo que lleva un descubrimiento, su exploración y la puesta en producción de un proyecto de esa naturaleza”.

Explicó el experto y asesor en temas mineros y petroleros que “Sin entrar en disquisiciones políticas sobre la década del 90, es necesario resaltar - y lo he puesto en diversos artículos publicados - que por esos años, guste o no, el país tuvo una política minera que posibilitó el desarrollo de proyectos de oro y plata en las dos décadas” siguientes. Agregando que en esos tiempos “No había tantos viajes turísticos de funcionarios y anuncios de inversiones sin sustento, pero sí llenos de conocimiento en la materia y ejecutividad”, resaltó.

“Por aquellos años, también hubo problemas inflacionarios, cambiarios, devaluaciones, escasez de dólares, dólar paralelo y hasta la confiscación de dólares a los ahorristas. El escenario, no es muy distinto al actual. Los matices pueden ser distintos, pero los problemas económicos financieros de la Argentina son crónicos y trascienden a cualquier época y grieta política”.  Indicó este análisis a los efectos de entender lo cíclico de la economía nacional en diferentes y recientes épocas. Seguidamente sentenció que ese análisis es “porque atribuir la razón del colapso de la minería del oro únicamente a este motivo, es no conocer la historia del país, y mucho menos la minera. Con escenarios similares, pero con una política minera que apuntaba hacia algo, la minería del oro, plata y cobre se abrió camino. Diría, sin temor a equivocarme, que el principal problema de la debacle actual, es la falta de un plan minero, y no de un plan económico” afirmó con un claro tono crítico a la actual gestión gubernamental.

En el mismo artículo de Gutiérrez, expresa Casarín “el mismo cuestiona -y se sorprende-, ante la gravedad de esta situación, del silencio de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros –CAEM-“, sobre el tema. Apuntalando que “Silencio que fue interrumpido por la CAEM desde Toronto (Canadá), al cerrar la Feria Minera PDAC, lo que seguramente puede calificarse como el mayor logro obtenido por toda la delegación argentina durante ese paseo”.  Allí, para Casarín, el comunicado de CAEM “es rigurosamente acertado en cuanto a las consecuencias, ya que al no tener Argentina ningún proyecto de oro en construcción, pasará un mínimo de 10 años para volver a tener uno, siendo generosos”.

También acierta CAEM en decir que “que las exportaciones de oro y plata representan el 80 % de las exportaciones mineras. Y hace bien en recalcarlo, porque pareciera cuando se escucha a los funcionarios nacionales, que reducen toda la minería al litio. Habría que avisarles, que solo la Tabla Periódica de Mendeléyev tiene 118 elementos, y que nuestro propio país tiene una historia minera muy variada de producción de minerales metalíferos, en épocas donde el litio no entraba en consideración. Del mismo modo indica bien CAEM, que la mayoría de los proyectos de producción de oro y plata se encuentran en su etapa madura, es decir con un horizonte de cierre de minas en los próximos años, y sin nuevos proyectos que los reemplacen. El semáforo, de luz amarilla y advertido debidamente, pasó a rojo” entiende el abogado y geólogo sobre esta realidad de las metalíferas nacionales.

Para Casarin donde sí existe una mirada parcial en este comunicado, es en las causas. “CAEM reduce las mismas, a unas de índole económico por los costos en dólares, y dificultades para la importación de insumos. Es decir, pareciera que la coyuntura económica y cambiaria actual desalienta la existencia de nuevos proyectos de oro y plata. Como venimos manifestando, un proyecto minero metalífero lleva mínimo 10 años en cristalizarse en producción. Lo que indica que el escenario de hoy, no puede atribuirse –al menos únicamente- a problemas de costos en dólares y freno a las importaciones. Hoy la Argentina no tiene proyectos de oro y plata con miras a ponerse en producción, por la ausencia de una política minera en los últimos diez años, que nos llevaron al borde de este precipicio” dijo con contundencia.

Destaca finalmente que el comunicado de CAEM, es muy “certero en su conclusión, y parcializado en las causas, además llega tarde y sin la autocrítica del propio sector empresario. Y es así, porque en los últimos diez años, y con mayor énfasis en los últimos 7” donde a su entender  “hubo un silencio cómplice de todo el sector minero a la ausencia del Estado con una política minera firme, y hasta se sumaron al grito triunfalista de supuestos miles de millones de dólares en inversiones que iban a llegar, y que nunca llegaron, ni llegarán mientras sigamos por este camino desacertado y sin rumbo”.

Consultado sobre el rol de la SECMIN en ese lapso dijo “la Secretaría de Minería de la Nación perdió prestigio y funciones, designando al frente de la cartera a una especialista en residuos, o en la Subsecretaría de Desarrollo Minero –nada menos- a una socióloga. A nadie se le ocurriría poner a cargo de la salud pública, de políticas sociales o de la justicia, a un ingeniero de minas o a un geólogo. Sin embargo, en la minería argentina pasó y pasa”.  En la misma línea el letrado sostuvo que  “Es un organismo sin importancia y sin peso político, transformado en una oficina de estadísticas, donde se van pasando la sortija entre oportunistas esperando turno para gozar de un presupuesto. Entonces, los resultados de hoy, son a consecuencia de desastres de años anteriores. Todos en el sector minero lo sabían, pero solo algunos pocos, lo dijimos a viva voz” expresó.

Concluyendo que “el problema es con el desprestigio y la falta de conocimiento, el mensaje adecuado no llega, y los resultados están a la vista. Una suerte de delivery fallido, donde el repartidor no tiene GPS y siempre llega tarde y con la comida podrida. Hoy padecemos la intoxicación, y las causas son visibles y fáciles de identificar. No caben dudas de las causas y menos de los resultados, lo que falta es el coraje” para solucionarlo, concluyó.

Fuente: Once Diario

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