Los hijos de la minería, por Gonzalo Castañeda Nordmann

En las últimas semanas un caso trágico y profundo ha tomado resonancia en todo el país. La muerte de Lucio Dupuy, un niño, dejó un rastro de dolor y también una oportunidad para reflexionar.
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Quisiera que no fuera en vano y poder tomar las emociones encontradas para abordar un tema que resulta necesario traslucir, con un nuevo y esencial enfoque: la minería debe pensarse en función de los niños.

Pensar en los niños, es pensar en el futuro. Y quien tenga un hijo o hija, de sobra sabrá que cada decisión familiar que se toma lo es pensando en ellos, esos "locos bajitos". Del mismo modo, las políticas y las acciones empresariales no deben descuidar que lo que se haga hoy tendrá un impacto en la calidad de vida de los niños de hoy y de los niños y adultos de mañana.

Según datos oficiales, el 28,8% de la población del país tiene menos de 18 años (en Salta el 33%, es decir 479.984 niños, niñas y adolescentes). Estamos hablando de tener un enfoque puesto en el tercio de nuestra población.

Pensar la minería en función de los niños significa muchas cosas, incluyendo sensibilizar sobre la importancia de la actividad minera y asegurarse de que las políticas y acciones empresariales tengan en cuenta el bienestar de los niños.

En primer lugar, el empleo minero puede ser un factor de estabilidad social para las familias, y para que los padres y madres puedan proveer a sus hijos, satisficiendo sus necesidades básicas de alimento, vestimenta, techo, etc. Cuando las empresas mineras contratan a trabajadores de la comunidad se crean oportunidades para que las personas puedan mejorar sus ingresos y la calidad de vida familiar. Además, la presencia de una industria minera atrae a otros negocios y servicios a la zona, lo que también puede tener un impacto positivo en la economía local.

Velar por los niños y adolescentes, generando desarrollo en los pueblos donde habitan, para que no tenga lugar el desarraigo, y evitar que la juventud se vea expulsada por la falta de oportunidades.

En segundo lugar, la minería puede mejorar la educación y la salud de los niños. Muchas empresas mineras invierten en proyectos sociales y de desarrollo comunitario, y el Estado puede obtener financiamiento a través de la tributación para mejorar los servicios esenciales. Esto puede mejorar el acceso a la educación y atención médica para los habitantes de la comunidad, especialmente para los más pequeños.

Asimismo, velar por los niños cuidando el medio ambiente y los recursos naturales será una premisa cardinal. Un cumplimiento del mandato constitucional (principio de equidad intergeneracional) "para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras".

Velar por los niños, respetando los derechos de la mujer embarazada y en la lactancia. Pero además pensando en aquellas madres mineras que deben cumplir roster demasiados largos en el sitio, buscando alternativas de crianzas, pensando cómo unir y estrechar esos lazos en largos períodos de trabajo. Fue así como muchas empresas han creado internamente programas de licencias especiales por maternidad, regreso gradual o paulatino al trabajo, guarderías y mecanismos de trabajo remoto o rotación, de manera que las madres puedan mantener una crianza afectiva adecuada.

Según la Convención sobre los Derechos del Niño (Ley N° 23.849), todos los niños tienen derecho a un nivel de vida adecuado, a la educación, a la atención médica y a un ambiente seguro y saludable. La minería puede ayudar a garantizar estos derechos.

Es una manda constitucional legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad (art. 75 inc. 23.). Así como dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza elemental, de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia.

Los niños pueden ser especialmente vulnerables a violaciones de sus derechos, por lo que es importante que se tomen medidas para prevenir y protegerlos.

Empero, tenemos también como adultos una obligación con nosotros mismos: honrar el niño que fuimos, velando por los niños que son y serán, cuidando y abrazando su infancia. Los niños de hoy serán los mineros del mañana, y queremos que mañana los niños del hoy tengan la minería que sueñan.

Fuente: El Tribuno / Gonzalo Castañeda Nordmann

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