Salar de Pocitos homenajeó la jubilación de la directora de la escuela
“Misión cumplida”, dijo Angélica Corvalán, a su retiro por jubilación, tras haber transcurridos más de 25 años de su vida por las escuelas de la Puna salteña.
Esta querida docente que supo ganarse el cariño de alumnos y padres en cada escuela en la que le tocó trabajar, seguramente ya dejó un gran recuerdo de su paso por los Andes de nuestra provincia.
Este retiro por jubilación la encontró desempeñándose como directora de la escuela “7 de Mayo”, de la localidad de Salar de Pocitos.
Justamente ese cariño que se ganó hizo que recientemente toda una comunidad se organizara para realizarle un homenaje de despedida. Los vecinos y sus ex compañeras docentes contaron con el apoyo de una fundación y algunas empresas mineras que operan en la zona para la organización y realización del acto.
En una mezcla entre tristeza y felicidad, Angélica se mostró gratamente sorprendida por el homenaje, manifestando que dejará la escuela que tantas alegrías le causó y recordará con nostalgia los tiempos compartidos con la comunidad.
Luego agradeció a los padres por haber confiado sus hijos a su cuidado por tantos años y agregó que, “no es fácil estar trabajando en un lugar alejado y dejar tu familia, llegó el momento de disfrutar de esta nueva etapa de la vida. Misión cumplida”.
Por su parte Cintia Fabián, actual representante de la comunidad indígena y ex alumna de la escuela, en nombre de todos los vecinos del lugar, agradeció todo la educación y enseñanza brindada por la saliente directora. Dijo que: “ella se merece este homenaje y mucho más por la valentía de pasar tantos años junto a nosotros”.
En el final dejó los deseos de éxitos para su próxima etapa.
Su historia
Angélica Corvalán es oriunda de un pueblito del interior de la provincia de Santiago del Estero. Cuenta que, “por cuestiones de distancia, la escuela en aquellos años quedaba lejos, entonces mis padres deciden mandarme a vivir con mis tíos a Campo Santo, en la provincia de Salta. Ahí hice mi primaria y secundaria, luego continué mis estudios terciarios en Salta Capital, en Escuela Normal, de donde me recibí de docente”.
Continúa. “Mi primer trabajo se dio en San Antonio de los Cobres, en donde me enamoré de los paisajes, su gente, sus costumbres, luego me fui a la escuelita de Santa Rosa de Los Pastos Grandes, lugar donde más años pasé. Seré siempre una agradecida de la calidez y sencillez de esta gente, ellos me enseñaron mucho, a lo largo de mi carrera conocí muchas personas en la zona, crecí en lo profesional y personal”.
Fuente: El Tribuno