"Los originarios le abrimos la puerta a la minería, sin olvidar de dónde venimos y a dónde vamos"
En el marco del ciclo "Hoja de ruta, un ciclo de reflexiones", organizado por Plan País Argentina y la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), el salteño Luis Vacazur, titular de la empresa GVH, habló acerca de diversos aspectos que hacen a la actividad minera y de la transformación del sector en las últimas décadas. "Aprendimos de los errores del pasado. Una minería con impacto positivo en lo económico, ambiental y social es posible", aseguró en diálogo con El Tribuno.
¿Hoy existe una mirada más benévola sobre la actividad minera?
En el marco del ciclo “Hoja de ruta, un ciclo de reflexiones”, organizado por Plan País Argentina y la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), el salteño Luis Vacazur, titular de GVH, habló acerca de diversos aspectos que hacen a la actividad minera y de la transformación del sector en las últimas décadas.
“Aprendimos de los errores del pasado. Una minería con impacto positivo en lo económico, ambiental y social es posible”, aseguró. Puso el acento en la formación y la comunicación, como herramientas fundamentales para el desarrollo y aseguró que hay lugar para todos, pero es necesario “prepararse, ponerse de acuerdo y trabajar juntos”.
¿Es posible hacer minería y a la vez generar un desarrollo social sostenible?
Para adentrarme en una respuesta quiero hacer un breve repaso de mi vida en torno a la minería. En la actualidad estoy al frente de una empresa familiar como lo es GVH, fundada hace 22 años. A fines de los 90 decidimos ser proveedores del sector. En ese momento presentamos servicios con una combi y nos convertimos con el tiempo en una empresa especializada en gestión logística. Hoy tenemos más de 70 familias trabajando en forma directa y unas 50 en forma indirecta. Podemos decir con orgullo que cuentan con un empleo registrado gracias a la oportunidad que nos dio la minería. Eso es desarrollo. Quiero poner de relieve que no cuento con formación académica, solo cursé hasta séptimo grado de la primaria. Pero tuve una visión y creo que esa fue la clave. Supe aprovechar la experiencia que me dio el andar, el trabajar día y noche en el sector minero. Me gusta, amo lo que hago. Siempre imperó las ganas de abocarnos de crecer y desarrollarme.
¿Les fue difícil sumarse al sector?
Cuando llegamos a participar de las primeras reuniones con autoridades y empresas mineras y nos preguntaron qué era lo que queríamos, y les dijimos que necesitábamos que vaya la AFIP a capacitarnos en nuestros propios pueblos. Pensaron que estábamos locos. Pero hay que tener en cuenta que en ese entonces se había implementado la factura electrónica y nosotros queríamos aprender, porque habíamos crecido con mucha desinformación, con profundas limitaciones en cuanto a la formalidad. Queríamos desarrollar nuestras pymes con conciencia tributaria. Que nuestros emprendedores conozcan el sistema. Antes por desconocimiento trabajábamos para sostenernos, otros quebraban. La formalidad nos abrió puertas, las empresas comenzaron a contratarnos porque estábamos registrados, nos permitió proyectar, cotizar y crecer.
Esos fueron nuestros inicios. Comprendimos la necesidad de capacitarnos y de capacitar. Desde Caprosemitp implementamos carreras de formación y las incentivamos. Hoy contamos con el apoyo del Gobierno provincial y nacional. Así pudimos llevar educación en diversas áreas, porque para todo necesitamos prepararnos. Esto es aplicable a cualquier tipo de actividad. Acercamos a la Puna ciclos de formación financiera, en gastronomía, conducción en alta montaña, entre otros.
En cuanto a acciones sociales de gran impacto, organizamos el carnaval más alto del mundo, haciendo conocer a nivel internacionales las bondades de nuestra tierra y el valor de nuestra gente a nivel internacional. Nos sentimos comprometidos con la sociedad.
¿Son conscientes que un día cesará la actividad minera en la Puna?
En la Puna hay dos actividades principales: la minería y el turismo. Somos conscientes en que la minería se irá de aquí en 30 o 40 años, es por eso que tenemos que desarrollar otros sectores. Desde ya estamos trabajando en materia de turismo y educación. Tenemos con que hacerlo. Contamos con un paisaje único, un tren conocido mundialmente y pensamos aprovechar todas esas ventajas.
¿Cuál es su impacto social y medioambiental?
Son muchos los aspectos en los que de una u otra manera influimos positivamente desde la actividad minera con la sociedad en su conjunto. Vale recordar que muchas veces el hospital de San Antonio de los Cobres carecía de medicamentos, de algunas herramientas sanitarias. Entonces convocamos a diversas empresas y lo equipamos. Durante la pandemia desde GVH pusimos a disposición una ambulancia para trasladar los casos de Covid 19.
En cuanto a la naturaleza, como originarios no solo nos preocupa el ambiente, sino que nos ocupamos de él. Trabajamos en jornadas ambientales en San Antonio con las áreas específicas, con las comunidades collas y el municipio de Tolar Grande.
Hoy existen en Salta mesas sociales, que apuntan a fortalecer el vínculo entre todos los eslabones mineros y las comunidades. Porque son ellos los que conviven con la minería todo el año. Es con ellos con quienes tenemos que dialogar y comunicarnos en primera instancia. El sector aprendió de los errores del pasado.
La minería en el siglo XXI ha cambiado. Hoy las comunidades participan de todo el proceso. Desde la Cámara acercamos a los proveedores mineros herramientas cognitivas, tecnológicas y los invitamos a participar. Nos acercamos a las comunidades, indagamos acerca de quienes presentan un perfil emprendedor para estimularlos y apoyarlos a tomar la iniciativa de sumarse al sector. En Olacapato, por ejemplo, ayudamos a formar una fábrica de indumentaria de trabajo para la minería. Les llevamos las máquinas, les acercamos capacitación y les abrimos puertas. Pero no les regalamos nada. A cambio nos confeccionaron delantales escolares para todos los chicos de las escuelas de la Puna. Nosotros le llevamos los insumos y ellos los hicieron. También impulsamos emprendimientos en Tolar Grande y en San Antonio de los Cobres.
¿Hay lugar para los emprendimientos pequeños?
La minería es un sector muy competitivo y exigente. Sabemos que somos proveedores chicos y que competimos con grandes proveedores de mucha experiencia. Pero queremos participar, por eso constantemente buscamos incorporarnos como un eslabón de la cadena minera, que nos permita brindar servicios a los contratistas directos. Hay lugar para todos, pero hay que estar preparados. La minería ha cambiado. Hoy se respetan las medidas de seguridad, los trabajadores cuentan con equipamiento adecuado y están debidamente registrados. Hay que cumplir con estándares de calidad. Las cámaras trabajamos de manera conjunta entre nosotros, con las empresas y con los municipios.
Como collas le damos la bienvenida a las grandes compañías que llegan desde Corea, Australia y de todo el mundo. La Puna les abre las puertas, pero sin olvidarnos de dónde venimos y quienes somos. Queremos también que se respete la cultura.
Queremos prosperidad, desarrollo y futuro para nuestra gente. Por eso ponemos el acento en la formación de los jóvenes, que adquieran ellos mismos una visión empresarial. Hoy todos queremos beneficiarnos con el desarrollo minero, pero tenemos que ponernos de acuerdo y trabajar juntos.
¿Qué pasa con los sectores que no están ligados directamente a la minería?
Sabemos que no todos son emprendedores o que están inmersos en el sector minero. Pero también sabemos que su impulso puede traernos educación y desarrollo en otros ámbitos, que a su vez generan también empleo y una mejor calidad de vida. Solo hay que imaginar una Puna que años atrás no estaba en la mira de ningún inversor y de las pocas probabilidades que tenía de crecer, como lo está haciendo hoy en materia de infraestructura. El desarrollo minero tiene que dejarnos caminos asfaltados, servicios, formación, oportunidades. Tenemos que dejar de mirar el pasado y mirar hacia adelante. Hoy estamos en los ojos del mundo. Es una gran oportunidad.
Ahora respondo concretamente la pregunta acerca de si es posible hacer minería y a la vez generar un desarrollo social sostenible. Sí, es posible, lo estamos haciendo.
Fuente: El Tribuno