Según el último informe de Inversiones Mineras del Ministerio de Desarrollo Productivo, a mayo 2022, Salta se erige como la segunda provincia con mayores inversiones a nivel nacional, detrás de San Juan. Se estima que de 2020 a la actualidad alcanzan los 2.566 millones de dólares.

 Además, el impacto en el empleo es tangible, el trabajo asalariado formal directo de la minería alcanzó los 33.825 puestos a fines de 2021. Esta actividad cuenta con tasas de empleo registrado mucho más elevadas que el promedio de la economía argentina, ubicándose en el segmento metalífero en torno al 95%, lo cual lo convierte en el sector con mayor nivel de formalidad, junto con el hidrocarburífero, mientras lo posiciona muy por encima del total de la economía que presentó en el período 2016-2021 un 47% de asalariados registrados (el resto se reparte entre asalariados informales y cuentapropistas).

Por otro lado, Salta ocupa el primer lugar en la Encuesta Anual de Empresas Mineras 2021 publicado por el Instituto Fraser(*) por su política de gestión minera con respecto a Latinoamérica y que evaluó 84 jurisdicciones.

“Catamarca, Salta y Jujuy son las 3 provincias centrales en litio. Los datos indican que en Salta el litio tiene una producción garantizada de 25 años a 40 años, mientras la minería metalífera también está en crecimiento. Se prevé que la producción de cobre puede generar de 4.000 a 5.000 empleos en la provincia”, subraya Denise De Olivera, Responsable de la División M.E.P. (Minería, Energía y Petróleo) de Grupo CETA, empresa de soluciones de capital humano.

En este marco, De Olivera realza que Grupo CETA abrió una sucursal en Salta para acompañar el desarrollo: “La empresa acompaña el crecimiento comunitario y social. La producción de litio y de energías renovables en los próximos años irá en alza y es muy importante generar empleo local.”

 Por otro lado, reparó en la importancia que implica la mantención de reglas claras a largo plazo para fomentar las inversiones del sector minero. “La minería y las demás actividades extractivas necesitan, sí o sí, de escenarios estables. Esto se traducirá indefectiblemente en la generación de puestos de trabajo estables y en jóvenes que decidirán seguir carreras vinculadas a las áreas MEP”, enfatiza De Olivera.    

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