Chile: El incierto futuro de la minería

Por Clara Ferreira Marques
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Los inversores consideran que el rechazo de la propuesta de nueva constitución en Chile es el resultado menos perjudicial, ya que el peso se fortalecerá y el mercado accionario subirá. Siendo un documento idealista y maximalista nacido de la agitación social de 2019, habría supuesto cargas ambientales y de otro tipo peligrosamente vagas, en particular para los mineros, además de las onerosas demandas de gasto para un gobierno que no puede permitírselas.

Sin embargo, la contundente victoria del domingo para el bando del rechazo, el “no”, tampoco es precisamente una buena noticia. El primer país productor de cobre del mundo seguirá inmerso en un periodo de turbulencias políticas que seguramente obstaculizarán las inversiones en un momento en el que son muy necesarias: los yacimientos están madurando, la calidad está disminuyendo y el boom ecológico está acelerando la demanda tanto del mineral rojo como del ingrediente clave de las baterías, el litio.

En teoría, con el largo proyecto rechazado, el país debería simplemente volver a su constitución actual. En la práctica, ese documento, que data de la dictadura de Pinochet, está desacreditado. Lo más probable es que se celebre otra asamblea constituyente, otro proyecto y otra votación.

Esto dejará a los ejecutivos mineros esperando lo mejor, pero temiendo lo peor en la que fue una de las jurisdicciones más fiables de la industria. Ya están lidiando con un dramático aumento de la incertidumbre en el prometedor (pero ciertamente menos estable) Perú. En Chile se han descartado extremos como la nacionalización, pero el debate sobre los derechos del agua (el sistema privatizado ha sido una importante fuente de descontento) no desaparecerá. Tampoco desaparecerá la perspectiva de un sistema político nuevo y más imprevisible si el Senado es sustituido por una alternativa menos fuerte. La propuesta de un impuesto minero, con su preocupante énfasis en las ventas, ya es bastante mala, pero se agrava si se modifica constantemente a medida que cambian los vientos políticos.

El continuo descontento popular plantea interrogantes sobre el gigante estatal Codelco, que necesita una cantidad significativa de dinero sólo para mantener la producción estable, pero que puede encontrar sus necesidades compitiendo con otras demandas en las arcas del gobierno. En cuanto a empresas como BHP Group y Anglo American Plc, es posible que se detengan en sus decisiones de inversión. No hay muchas fuentes ricas alternativas de cobre, pero sí algunas, y los riesgos en esos lugares parecen menos graves en este nuevo contexto.

Según BloombergNEF, la demanda anual de cobre aumentará más del 50% de aquí a 2040. Alguien tiene que cavar.

-Clara Ferreira Marques, Bloomberg Opinion

Bloomberglinea.com

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