“Soy nacido en Mina La Casualidad”

Salta 27/03/2022 Por Minería Sustentable
El hombre de letras y periodista de espectáculos Roberto Acebo, contó a El Tribuno cómo fue su infancia en una zona pujante de la Puna, que en los 70 fue desmantelada por la dictadura militar.
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Roberto Acebo (55), hombre de las letras y periodista salteño de espectáculos nació en la década de 1960 en “Mina La Casualidad”, un pueblo que se encontraba enclavado en la inmensidad del Departamento Los Andes, y que luego desapareció a fines de los 70. Solo le quedan recuerdos de sus primeros años de vida en una de las latitudes más extremas del país, donde las temperaturas por debajo de los -10º y las alturas superiores a los 4.000 msnm era el ámbito cotidiano donde se desarrollaba la vida y funcionaba uno de los motores productivos que impulsaba gran parte del desarrollo industrial argentino. Precisamente, era el lugar donde se procesaba el azufre que se extraía de la mina “La Julia” y que abastecía a Fabricaciones Militares.

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“Recuerdo que era un pueblo muy bonito. Teníamos un cine, una proveeduría para abastecernos de mercaderías, ropa y otros insumos, un centro de atención médica, escuela, capilla, etc. Las casitas eran de campamento, muy acogedoras y realizadas con tecnología que las volvía térmica, para enfrentar el clima hostil de la Puna. Las familias mineras estábamos bien cuidadas, era una vida muy bonita y de mucho trabajo”, contó Acebo. 

El salteño resaltó: “Una de las cosas que perduran en mi memoria es la nieve y ver a mi papá algunas mañanas con una pala sacándola de enfrente de la puerta, donde solía acumularse. El viento es otra de las cosas que quedaron en mi memoria”.

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En su momento de apogeo, en torno a la mina vivían unas 3.000 personas. “Estábamos realmente muy lejos. El tren tampoco llegaba hasta allí, la última parada estaba ubicada en Caipe”, detalló. Para llegar hasta Caipe había que transitar unas 20 horas por el Ramal C14 desde la ciudad de Salta y desde allí, tres horas más en camión, auto o camioneta para llegar hasta La Casualidad. Los Jeep Willys, de la segunda guerra mundial, solían ser de los vehículos más habituales para realizar el trayecto.

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Luego de varias décadas de intensa y creciente actividad productiva, a fines de la década de 1970 el entonces ministro de economía del gobierno de facto, Alfredo Martínez de Hoz, ordenó cerrarla por decreto. Le siguieron tiempos que favorecieron la importación y que destruyeron la industria nacional. Y tanto la mina, como todo el pueblo fue desmantelado. 

Fuente: El Tribuno / Daniel Díaz

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