Premio Nobel de Economía 2024: riqueza de oro y cobre no garantiza desarrollo sin reformas institucionales



El economista británico James Robinson, ganador del Premio Nobel de Economía 2024 por sus estudios sobre la desigualdad junto a Daron Acemoglu y Simon Johnson, llegó a Lima para participar en la Cumbre Perú Sostenible 2025. En entrevista con El Comercio, Robinson reflexionó sobre el papel de la minería en la economía peruana y advirtió que la riqueza proveniente de los recursos naturales no garantiza desarrollo sin instituciones sólidas.
Dependencia minera y debilidad institucional
“Países como el Perú dependen de los recursos naturales porque sus instituciones funcionan mal”, señaló Robinson. “Tener recursos naturales no es ni necesario ni suficiente. Lo que hace rico a un país son las personas”. El Nobel destacó que, aunque Perú posee abundantes reservas de oro, cobre y otros minerales estratégicos, esa riqueza no se ha traducido en bienestar sostenido.
«El Perú ha fracasado durante siglos en invertir en su población, por eso sigue mirando al oro, al cobre… La evidencia muestra que todo ese oro y cobre no generará una verdadera prosperidad sin mejoras institucionales. Es lo mismo que sucede en África o en muchos lugares del mundo donde existe abundancia de recursos, pero sin prosperidad ni desarrollo. Me sorprendería que el caso peruano fuera diferente», declaró.
Lecciones desde Chile y Asia
El académico comparó la experiencia peruana con la de Chile, país que logró utilizar la renta minera para invertir en capital humano y fortalecer sus instituciones. “Entiendo por qué hay rechazo de ciertos sectores hacia la minería: porque las personas no creen que se beneficiarán de ella”, apuntó. Asimismo, citó el caso de economías como Taiwán o Corea del Sur, que sin grandes recursos naturales lograron prosperar mediante educación, innovación y una gestión institucional eficiente.
Minería y desarrollo inclusivo
Robinson sostuvo que el problema no radica en la minería como actividad económica, sino en cómo se distribuyen sus beneficios. “Hay que asegurar que la riqueza beneficie a las comunidades locales impactadas. Pero también existe una incógnita más grande sobre las instituciones y las consecuencias sociales de esa riqueza”, precisó.
Para el economista, la clave del desarrollo minero sostenible está en la organización social y en la construcción de un interés colectivo que trascienda los intereses de las élites económicas. “Las élites no cambian; lo que cambia es la sociedad. Se necesita una visión compartida para que un país avance”, afirmó.
El desafío peruano
Robinson concluyó que, aunque el Perú cuenta con fortalezas institucionales en entidades como el MEF y el BCR, su estructura sigue fragmentada y desigual. “Si miramos 200 años atrás, América Latina y Norteamérica tenían estándares de vida similares. La brecha actual se debe a las decisiones institucionales que han tomado nuestros países”, subrayó.
En ese sentido, el economista advirtió que la minería —motor económico del Perú— solo podrá convertirse en un verdadero pilar de prosperidad si el país logra fortalecer su institucionalidad y construir una visión colectiva que transforme la riqueza mineral en desarrollo humano sostenible.
Fuente: Rumbo Minero




























