Exploración de oro, cobre y tierras raras ganan terreno en Brasil

El país carioca posee las segundas mayores reservas del mundo en tierras raras, estimadas en 21 millones de toneladas, lo que representa el 23 % de los recursos mundiales
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El sector de exploración minera de Brasil está teniendo dos motores: el oro y el cobre, que sustentan proyectos tradicionales, y los elementos de tierras raras, que emergen como una frontera estratégica en medio de las preocupaciones sobre la cadena de suministro mundial.

Al mismo tiempo, las empresas enfrentan obstáculos como restricciones financieras cíclicas, cuellos de botella regulatorios y presiones geopolíticas cambiantes que están reconfigurando las decisiones de inversión.

"Veo el segmento del oro más robusto, sin perspectivas de caída. El cobre también es relativamente inmune a los precios bajos y, como el principal destino es China, los aranceles no tienen impacto", dijo a BNamericas Luís Maurício Ferraiuoli de Azevedo, fundador y presidente de la asociación de empresas de exploración minera ABPM.

El oro ha destacado en 2025, pues ha superado el récord de US$  3.500/oz en abril. Los analistas prevén que los precios se mantendrán altos más por los cambios macroeconómicos globales que por las políticas arancelarias.

"Lo que ha impulsado el precio del oro no es el problema arancelario. La principal presión alcista sobre el metal deriva del hecho de que varios países confiscaron reservas de Rusia en dólares debido a la guerra contra Ucrania", dijo a BNamericas el CEO de Aura Minerals, Rodrigo Barbosa.

"Esta confiscación generó preocupación por los riesgos asociados a las reservas de dólares en varios países e hizo que China reconsiderara si debía seguir invirtiendo grandes sumas en la moneda estadounidense. Desde el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, China se ha desprendido de inversiones en dólares y comprado oro, entre otros activos", explicó.

Aura planifica una inversión de capital de US$ 149 millones a US$ 167 millones este año, incluidos entre US$ 10 millones y US$ 13 millones para exploración, principalmente centrada en el proyecto aurífero Matupá, en el estado de Mato Grosso.

El cobre también sigue siendo un foco clave. Ero Copper, con sede en Vancouver, se ha convertido en protagonista del mercado con minas de cobre y oro en Brasil. La compañía proyecta un gasto de capital de entre US$ 220 millones y US$ 255 millones este año, incluidos entre US$ 10 millones y US$ 15 millones para exploración. Ero firmó recientemente un acuerdo con la unidad de metales básicos de Vale para adquirir una participación de 60 % en el proyecto de cobre y oro Furnas, en el estado de Pará.

Más allá de los metales tradicionales, las tierras raras están atrayendo cada vez más atención. Brasil posee las segundas mayores reservas del mundo, estimadas en 21 millones de toneladas, lo que representa el 23 % de los recursos mundiales, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Es inevitable que "Brasil se convierta en el mayor productor mundial de tierras raras", dijo a BNamericas Inácio Melo, presidente del Servicio Geológico de Brasil. Sin embargo, advirtió: "Necesitamos más descubrimientos y superar las limitaciones tecnológicas y logísticas".

Entre los desafíos figuran la necesidad de contar con tecnologías de procesamiento avanzadas e infraestructura especializada y los altos costos de transporte de materiales desde regiones mineras remotas.

La financiación sigue siendo otro obstáculo para la expansión de la exploración nacional. La debilidad de los precios de los commodities ha perjudicado a las empresas júnior, que dominan la actividad en las etapas iniciales.

"Estábamos bien posicionados, con unas 130 compañías júnior, el 50 % de ellas dedicadas al litio y las tierras raras. Sin embargo, en los últimos 12 meses, hemos tenido problemas con los precios", indicó Azevedo. "No veo una baja de la inversión en los actuales proyectos de exploración, pero, dependiendo del escenario político, podría haber dificultades para que las empresas recauden fondos".

Azevedo subrayó además que las júniors enfrentan limitaciones cíclicas de financiación."El gran problema es que las júniors no están capitalizadas para afrontar sus inversiones durante los próximos dos años. Estas compañías captan fondos de forma más cíclica para cubrir sus necesidades anuales".

La regulación es otro ámbito de preocupación. "El gobierno puede ayudar [a la exploración minera] garantizando la certeza jurídica, agilizando el trámite de licencias y estandarizando las normas ambientales entre los estados", dijo recientemente a BNamericas Tim Emerson Chen, accionista y CEO de Keystone Mineração, compañía que se centra en la exploración, el desarrollo de proyectos y la producción de oro.

"No interferir ya sería un gran avance. El regulador ANM y otras instituciones tienen iniciativas, pero el ritmo aún es lento", añadió.

Fuente: BNamericas

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