¿Oportunidades reales o espejismos para la minería nacional?



Mientras más de 120 referentes del sector minero, financiero y legal se reunían en el exclusivo Casa Sur Hotel Collection para el Argentina Mining Investment & Financing Summit, la pregunta que muchos se hacen es si detrás de estas resonantes declaraciones y paneles especializados hay un verdadero compromiso para que la minería argentina deje de ser un promesa y se convierta en motor genuino de desarrollo, o si simplemente estamos frente a otro ciclo de discursos vacíos y demoras crónicas.
El evento, organizado por grandes firmas como Nicholson y Cano Abogados, Southern Cone Partners, UBS BB y Banco Patagonia, presentó a funcionarios nacionales y provinciales -como Luis Lucero y Joaquín Aberastain Oro- y a ejecutivos de multinacionales que hablaron de "oportunidades", "acceso a capital" y "nuevas inversiones".
Sin embargo, poco se profundizó en los eternos obstáculos que frenan la exploración y producción en un país con un potencial enorme pero sistemáticamente desaprovechado.
Los paneles sobre inversión en exploración minera y desarrollo de minerales críticos pintaron un panorama alentador en palabras, pero la realidad es que el rezago en financiamiento, la incertidumbre política y las burocracias provinciales siguen siendo frenos para la llegada de capitales sólidos y comprometidos.
Nicolás Perkins, socio de Nicholson y Cano, admitió que "es fundamental desarrollar un ecosistema inversor robusto", una asignatura pendiente que aún parece lejos de cumplirse.
Por otro lado, la charla sobre financiamiento para la construcción y puesta en marcha de proyectos mineros destacó el impacto del Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI), presentado como una solución clave.
La dependencia del financiamiento internacional mantiene a la minería argentina a merced de vaivenes geopolíticos y económicos externos.
Pero expertos y actores del sector coinciden en que las facilidades fiscales y crediticias aún son insuficientes para destrabar la inversión en etapas críticas. José de la Vega, de Banco Patagonia, reconoció el "alargamiento de los plazos crediticios" como un desafío mayor, pero no detalló cómo se resolverá esta limitación estructural.
Además, la promesa de atraer nuevos actores locales y regionales no se traduce todavía en proyectos concretos.
Mientras tanto, la dependencia del financiamiento internacional mantiene a la minería argentina a merced de vaivenes geopolíticos y económicos externos, exponiendo la fragilidad del modelo.
Este Summit, que se presentó como una plataforma estratégica para el futuro del sector, dejó en evidencia la distancia entre las expectativas y la realidad. La falta de avances concretos en la infraestructura, la persistente inseguridad jurídica y la ausencia de una política minera nacional integral plantean dudas sobre el verdadero compromiso del Estado y los privados con un sector que podría ser decisivo para la economía, pero que sigue atrapado en el círculo vicioso de promesas y retrasos.
Fuente: El Economista

