Alonso: Inteligencia artificial y minería

La inteligencia artificial ha calado profundamente en la civilización actual. No hay área en la que no se la esté estudiando, tanto en las ciencias duras como en las blandas, más allá de esta conceptualización perimida.
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Por Ricardo Alonso

Lo cierto es que la minería no es ajena a esta nueva revolución, y ya se está aplicando en todas sus etapas, desde la prospección de los minerales hasta su exploración, explotación, concentración, beneficio y comercialización. Esto abarca toda la cadena de valor, desde el mineral extraído de la bocamina hasta el producto puesto en los mercados globales.

Existe un interés manifiesto en analizar cómo se comportarán los precios a futuro, las bolsas de valores, los cambios tecnológicos en el aprovechamiento de un recurso o su posible reemplazo por otro, así como los cambios climáticos que traen consigo profundas transformaciones en los patrones de consumo. Las revoluciones tecnológicas están a la orden del día, y entre esos cambios se encuentra la exploración de recursos vitales para la transición energética. Numerosas empresas trabajan ahora con programas de inteligencia artificial para acelerar las fases iniciales de la búsqueda de minerales críticos. Se desarrollan nuevos motores de búsqueda y se organizan reuniones y congresos sobre el tema.

"La IA vino para quedarse, para hacer más seguro el trabajo minero y para facilitar tareas que antes requerían una cantidad ingente de procesamiento".

En Salta, se llevaron a cabo dos reuniones anuales, en 2023 y 2024, sobre "Inteligencia Artificial y Minería", en el marco de la Universidad Nacional de Salta y con la participación de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) y otras instituciones. La conclusión fue clara: la inteligencia artificial vino para quedarse, para hacer más seguro el trabajo minero y para facilitar tareas que antes requerían una cantidad ingente de procesamiento de datos. Esto es especialmente evidente en el campo de la prospección y exploración. Los satélites obtienen diariamente información desde el espacio sobre vastas áreas, abarcando desde la cartografía digital convencional hasta radares que analizan en profundidad.

Esa masa de información es inmanejable para un científico o incluso un grupo de científicos sin las nuevas herramientas que proporciona la inteligencia artificial. De esta manera, procesando esa extraordinaria cantidad de información, se pueden detectar potenciales blancos de exploración ocultos bajo casi cualquier cobertura. Ya no se trata únicamente de la simple reflectancia de los terrenos, como se hacía hasta tiempos recientes para obtener una imagen en falso color. Ahora, toda la información es procesada y analizada por motores de búsqueda y algoritmos que brindan resultados inesperados. Su uso práctico y su potencial siguen siendo enigmáticos, más allá de unos pocos expertos. Sin embargo, lo que está claro es que estas tecnologías, utilizadas de manera adecuada, formarán parte integral de todas las tareas de exploración geológica, permitiendo hacer mucho más y obtener mejores resultados en menos tiempo.

La implantación de la inteligencia artificial en minería se ha centrado de manera pragmática en mejorar la productividad y la seguridad, la automatización, el control del procesamiento de minerales, las perforaciones, las voladuras, las cuestiones geotécnicas y la gestión medioambiental. Mucho se ha reflexionado sobre el alcance de las herramientas de IA. Por ahora, las máquinas son manejadas por los hombres. La dialéctica entre máquina y pensamiento humano radica en que, mientras la primera es determinista, precisa, repetitiva y estática, el cerebro humano es no determinista, creativo, adaptativo y dinámico. Más allá de estas disquisiciones, lo cierto es que la minería también ha entrado a formar parte de la nueva "Era de los Algoritmos".

Fuente: El Tribuno

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