Minería y sostenibilidad: Argentina como motor de la energía del futuro

El país tiene el potencial de diversificar su economía a través de la minería sostenible, pero debe establecer regulaciones claras y prácticas responsables para mitigar el impacto ambiental
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Por Candelaria Pérez Zorrilla

Argentina, con su vasto territorio y abundantes recursos minerales, se encuentra en una posición única para aprovechar el auge de la minería en el contexto de la transición energética global. 

La demanda de minerales críticos, como el litio, el cobre y otros metales esenciales para el desarrollo de tecnologías limpias, como baterías y turbinas eólicas, posiciona al país como un posible líder en el suministro global de estos recursos. 

Sin embargo, este escenario prometedor también plantea un dilema: ¿cómo aprovechar estos recursos sin comprometer los ecosistemas y las comunidades locales? 

La respuesta no es sencilla y requiere un compromiso con la minería sostenible y un marco regulatorio innovador, como el que ya han implementado otros países líderes.

Modelos internacionales de minería sostenible: un faro para Argentina

La transición hacia energías renovables y tecnologías bajas en carbono no es viable sin una disponibilidad estable de ciertos minerales críticos, como el cobre y el litio, presentes en grandes cantidades en Argentina, especialmente en las provincias de San Juan, Catamarca y Jujuy. 

Sin embargo, el proceso de extracción de estos recursos tiene un costo ambiental elevado. La minería a cielo abierto, que se utiliza para muchos de estos minerales, afecta directamente al paisaje, contamina las fuentes de agua y contribuye a la pérdida de biodiversidad. 

Argentina enfrenta el desafío de minimizar estos impactos negativos mientras atiende una demanda global en auge, un desafío que ya han abordado países como Canadá, Suecia y Finlandia.

En el escenario global, países como Canadá y los nórdicos han establecido estándares avanzados para la minería sostenible que podrían servir de guía para Argentina. 

Canadá, por ejemplo, ha implementado regulaciones exigentes que promueven la responsabilidad ambiental y social de las empresas mineras, exigiendo el uso de tecnologías limpias y la rehabilitación de áreas minadas. 

Los países escandinavos, como Suecia y Finlandia, también han logrado equilibrar una minería productiva y respetuosa con el ambiente, promoviendo inversiones en innovación y sostenibilidad.

Estos modelos demuestran que es posible abrazar la minería como un sector clave para la economía y la transición energética, sin sacrificar la calidad ambiental ni los derechos de las comunidades.

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Campo de extracción de Litio

Situación en Argentina: regulación nacional y provincial

En Argentina, la Ley de Minería Nacional Ley 24.196 (1993) ha pasado por varias reformas (2013, 2018) con el objetivo de promover la inversión extranjera y simplificar procesos. 

Sin embargo, esta normativa aún no alcanza los niveles de exigencia ambiental de otros países líderes y no contempla estándares estrictos de minería sostenible ni adopta normativas concretas de impacto ambiental.

La Ley General del Ambiente Ley 25.675 sí exige evaluaciones de impacto ambiental para todo proyecto minero, aunque los estándares específicos de sostenibilidad se determinan a nivel provincial.

Algunas provincias han adoptado enfoques propios, con regulaciones que intentan equilibrar el desarrollo económico y la preservación ambiental. 

San Juan, por ejemplo, ha promovido grandes proyectos de cobre con una política de apertura al sector minero, buscando atraer inversiones, pero su marco de sostenibilidad aún enfrenta desafíos importantes. 

Mendoza, por otro lado, tiene una legislación restrictiva en cuanto a la minería debido a preocupaciones ambientales, especialmente sobre el uso y contaminación del agua. 

Estas divergencias reflejan una tensión entre el potencial económico de la minería y la preservación de los recursos naturales, que son cada vez más escasos en muchas regiones.

Las provincias que permiten la extracción suelen implementar restricciones y requisitos de impacto ambiental, aunque la supervisión y el cumplimiento no siempre son efectivos. 

Por otro lado, aquellas que se oponen a la actividad minera, como Chubut, sostienen posturas de prohibición casi total, limitando así las posibilidades de desarrollo económico derivadas de esta industria.

Hacia una minería sostenible en Argentina: un cambio necesario

Para que Argentina pueda posicionarse como un líder responsable en la producción de minerales críticos, es necesario un cambio de enfoque hacia una cadena de suministro sostenible. 

Esto implica establecer un marco nacional que contemple no solo las necesidades económicas, sino también los estándares de sostenibilidad y responsabilidad social adoptados en otros países. 

La implementación de tecnologías limpias, el monitoreo ambiental y la participación activa de las comunidades locales son aspectos esenciales para legitimar esta actividad en la sociedad.

Asimismo, es fundamental diversificar las fuentes de ingresos en la economía argentina, reduciendo la dependencia del sector agroexportador y apostando por la minería y la energía. 

Al fortalecer estos sectores, Argentina podría atraer inversiones extranjeras, mejorar su balanza comercial y contribuir al cambio energético global sin poner en riesgo el bienestar de sus ciudadanos y su medio ambiente.

Transparencia y responsabilidad social: el rol de las empresas y el Estado

Una relación transparente y justa entre las empresas mineras, el Estado y las comunidades locales es clave para construir confianza y sostenibilidad a largo plazo. 

Esto implica compromisos claros por parte de las empresas en términos de responsabilidad social, incluyendo planes de mitigación y rehabilitación ambiental, así como la generación de beneficios tangibles para las poblaciones locales. 

Las inversiones en infraestructuras, educación y salud deben formar parte de los beneficios sociales que la minería puede aportar a las comunidades donde opera.

Argentina tiene una oportunidad histórica para transformar su sector minero en un pilar de desarrollo sostenible, tomando en cuenta los modelos internacionales y adaptándolos a su propia realidad. 

La transición hacia una minería sostenible no solo es posible, sino que es la única vía para convertir este sector en una fuente legítima de crecimiento y en un aliado de la transición energética global.

Fuente: eleconomista.com.ar

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