Además de Vaca Muerta, los grupos energéticos también apuntan a la minería
Por su parte, Tecpetrol, la energética de Techint, cerró el año pasado la compra de la minera canadiense Alpha Lithium y proyecta una inversión de u$s 800 millones en el Salar Tolillar, de Salta.
En tanto, Central Puerto, el segundo mayor generador de electricidad de la Argentina, se fijó el ” continuar analizando oportunidades en la industria minera de manera de diversificar los ingresos y generar dólares vía exportaciones “, según el Plan Anual de Inversiones y Desinversiones 2024 que el grupo informó al mercado el 4 de enero. Ya a inicios del año pasado, fuentes de CEPU habían hecho trascender su intención de entrar en el negocio del cobre. Uno de sus principales accionistas, Carlos Miguens-Bemberg, ya tiene presencia en la industria minera a través de Patagonia Gold, empresa que explota yacimientos de oro en Santa Cruz.
Integra Capital, firma que lidera José Luis Manzano, tiene inversiones en Vaca Muerta (Phoenix Global Resources) y otras participaciones energéticas (Edemsa, MetroGas, Refinor, Araucaria Energy, Andina y Selva María Oil, entre otras). Además, tiene el mayor acreaje de litio del país (243.000 hectáreas), se asoció con la australiana Latin Resources para explotar 77.000 ha en Catamarca y en 2022 le compró a Glencore Minera Aguilar, que produce plomo y zinc en Jujuy. El año pasado, Minera Aguilar, asociada con la brasileña ARG, fueron las elegidas por Mendoza para reactivar el proyecto Potasio Río Colorado.
La más reciente es Pampa Energía. Además del gas y el petróleo de Vaca Muerta, la generación y distribución eléctrica, y los proyectos renovables, el grupo que lidera Marcelo Mindlin apunta la minería. Así se lee en los edictos de creación de dos nuevas sociedades unipersonales (SAU), publicados este miércoles en el Boletín Oficial. El único accionista de ambas es el propio holding y las dos empresas están presididas por Gustavo Mariani, CEO de Pampa e histórico socio de Mindlin.
Consultadas, fuentes del grupo explican que se trata de una ” reorganización financiera “. La primera SAU es Pampa E&P. Constituida el 9 de enero, su objeto social es, ” en el país o en el extranjero “, explorar, explotar, catear, detectar, sondear y perforar yacimientos, áreas y/o pozos hidrocarburíferos ” y de cualquier otra naturaleza, como así también desarrollar actividades mineras en general “.
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En este punto, precisa, se incluye ” comprar, vender, arrendar y explotar equipos de perforación, sus repuestos ya ccesorios y celebrar cualquier contrato, acto y operaciones que se vinculen con la extracción minera “, además de todas las actividades propias de la producción, comercialización y distribución de petróleo y gas, entre ellas, las relacionadas con inversiones y su financiamiento.
Además de Mariani, en el directorio está como vicepresidente Horacio Turri, director ejecutivo de E&P (Exploración y Producción) de Pampa. El directorio se completa con Carolina Sigwald (directora ejecutiva de Asuntos Legales de Pampa).
La segunda SAU que creó en estos días Pampa es Pampa Energía Generación. También del 9 de enero, apunta a ” operaciones destinadas a la generación, transformación, transmisión, comercialización y distribución de energía eléctrica “. En este caso, Sigwald es la vicepresidente y el director titular, Benjamín Guzmán, director de Producción, Ingeniería y Obras de Pampa Energía y cabeza de sus proyectos renovables.
En 2023, Pampa fue, por sexto año consecutivo, el mayor generador de electricidad del país: un total de 20.979.481 megawatts-hora (MWh), un 15% más que en 2022 y 14,8% del total-país, según datos de Cammesa, la empresa mixta que administra el mercado mayorista eléctrico. El grupo alcanzó ese volumen a través de nueve centrales termoeléctricas, tres hidroeléctricas y cuatro parques eólicos, de los cuales dos proyectos -el parque eólico Pampa Energía IV (PEPE IV) y el ciclo combinado de la central termoeléctrica Ensenada Barragán- se pusieron en marcha el año pasado.
Así, Pampa consolidó una potencia de generación de 5332 megawatts (Mw) y está desarrollando un nuevo parque eólico, de 140 Mw, en Bahía Blanca.
Pero, además, pisa fuerte en Vaca Muerta. Con El Mangrullo como yacimiento estrella, entre julio y septiembre registró su máximo nivel de producción de gas: casi 13 millones de metros cúbicos (m3) diarios, un crecimiento interanual del 20%, con un pico de 16 millones de m3 en un solo día, 44% superior a su máxima marca de 2022. Esto, gracias a la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), en cuya construcción Pampa participó a través de su afiliada Sacde, integrante del consorcio que encabezó Techint Ingeniería y Construcción para la concreción del proyecto.
A mediados del año pasado, además, Pampa Energía anunció su ingreso a la explotación de petróleo no convencional, tras un acuerdo de intercambio de activos con la francesa TotalEnergies. Invertirá u$s 161 millones en Rincón de Aranda, Neuquén, donde espera empezar a perforar a mediados de 2025. Proyecta una producción inicial de 900 a 1000 m3 diarios, equivalentes a la capacidad e transporte, 7000 barriles cada 24 horas, que hoy Pampa tiene comprada a Oleoductos del Valle (Oldelval). El objetivo de Pampa es escalar el volumen hasta su máximo potencial, unos 20.000 barriles diarios, hacia 2027.
El grupo, además, es dueña del 50% de Distelec, la controlante de Transener (transporte de alta tensión), y de la mitad de Ciesa, la holding de Transportadora Gas del Sur (tgs), operadora del GNPK.
Fuente: elnoticierodigital.com.ar