Por Juan Manuel Urtubey

Ahora estamos en pleno proceso electoral y tenemos que entender que no va a salvar a la Argentina un pase mágico. Tenemos que trabajar con reglas de juego con consistencia y fundamentalmente con la mirada puesta en de qué manera podemos generar los recursos que hagan una mejor calidad de vida a los argentinos.

Hablamos de lo que significa todo el complejo agroalimentario y lo que significa la energía como una enorme potencia.

Hoy les quiero hablar de la minería. En la etapa de postpandemia se generó una recuperación minera en el mundo con precios récord de los comoditis mineros. El potencial del crecimiento todavía es muy grande y a eso tenemos que adicionarle esa nueva ventaja comparativa que tenemos la Argentina junto a Bolivia y Chile, que es la industria del litio.

Actualmente en la Argentina, entre empleo directo e indirecto, el sector minero ocupa más de 85.000 personas, con una potencia de llegar a 130.000 puestos de trabajo con todos los proyectos presentados entre litio, cobre y oro.

La oportunidad es muy grande, pero todavía nos está costando pasar de la potencia al acto. Nuestro país tiene poca tradición minera. Si nosotros vemos la incertidumbre que genera Argentina exporta en el orden de los 3000 millones de dólares anuales y vemos que en Chile ese número se multiplica por 20.

Para que entendamos lo que lo que exporta Chile en energía, es más del doble que todo el complejo sojero argentino. La minería representa la posibilidad de la reconstrucción de la idea de una nueva pampa húmeda pero en la periferia, ese es el gran desafío de la minería.

En este sentido, nosotros tenemos que generar confianza en la actividad y para eso hay que fortalecer la institucionalidad, hay que garantizar mayor transparencia e información. Tenemos un déficit considerable en materia de información pública ambiental. Y para generar esa confianza respecto al manejo de los recursos es fundamental el control de la contaminación y la prevención del daño al ambiente y la salud.

Tenemos que promover el ordenamiento territorial, la mejora en los procesos de participación ciudadana y es fundamental construir consensos básicos sobre el uso del territorio con la mirada a largo plazo.

Hay que definir como el desarrollo de la minería convive con la mejora en la calidad del ambiente y de otros intereses de la sociedad. En esto la participación ciudadana es importantísimo, no se trata solo de contar lo bueno que es la actividad, sino fundamentalmente, escuchar activamente las demandas y generar condiciones.

Es central que los protagonistas del sector y los especialistas puedan realmente crecer con un enorme legitimidad social, para eso decía, es fundamental asegurar el funcionamiento de las instituciones de control y la participación ciudadana.

Respecto de esto la industria minera es una alternativa productiva en lugares donde otras industrias no se desarrollan ni agregan valor. Esto va a contribuir al progreso en zonas alejadas de los centros productivos tradicionales y los grandes conglomerados urbanos. En este sentido entendamos, saliendo de prejuicios, las empresas mineras realizan el 80% de sus compras en el país. Esto genera un enorme desarrollo de pymes argentinas que las ponen en marcha y una rueda de crecimiento fundamental. Esas condiciones requieren importantes miradas respecto a garantizar reglas de juego.

No solo por eso es importante inversión inicial, sino por el larguísimo tiempo que requiere la producción. Por eso igual que lo que hablamos de energía, igual que lo que hablamos del complejo agroalimentario, es importante que podamos convertir esta gran potencia que tiene la Argentina en una realidad. Para eso necesitamos reglas de juego, visión y fundamentalmente entender que vamos a salir adelante trabajando.

Fuente: Aries Online