¿Es posible lograr la minería sostenible en Argentina?

Argentina suscribió un programa internacional de buenas prácticas mineras. Cuáles son los cambios que proponen y quiénes lo empezaron a implementar.
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La Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) se sumó al programa internacional Hacia una minería sustentable (HMS). La iniciativa, creada por la Asociación Minera de Canadá, fija estándares de calidad y control para garantizar una actividad minera responsable, transparente y confiable. Y pone en el centro del debate la sostenibilidad para una industria siempre cuestionada por grupos ambientalistas.

El HMS o TMS (por sus siglas en inglés) nació en 2004 y empezó a expandirse por el mundo. Argentina fue el primer país en Latinoamérica en sumarse a la iniciativa. Su finalidad principal es impulsar la aplicación de las mejores prácticas mineras. A partir de sus protocolos, los yacimientos reciben calificaciones en una escala gradual, que sirve de guía para la mejora.

“Esto significa que lo importante no es el nivel actual en el que se encuentre un yacimiento, sino que se asuma un compromiso de mejora continua. El programa es una guía para las empresas, dado que permite revisar cuestiones fundamentales, tales como el manejo de relaves, el uso del agua, la eficiencia energética o las relaciones con la comunidad”, explicó el presidente de CAEM, Franco Mignacco.

La implementación del programa es voluntaria. Según los datos que maneja la CAEM, ya se aplica en 18 de los principales yacimientos mineros (en producción o próximos a estarlo) que hay en el país. “Abarca proyectos de todas las zonas mineras, Patagonia, Cuyo y Noroeste Argentino. Lo implementan cerca del 90% de los proyectos en producción”, asegura su presidente.

La iniciativa posee en el país ocho protocolos que reglamentan el cierre de mina, la seguridad y salud, las crisis y comunicaciones, el manejo de relaves, el acercamiento comunitario, el manejo del agua, la gestión del uso energético, las emisiones de gases de efecto invernadero y la preservación de la biodiversidad. Contiene lineamientos que se distribuyen en tres grandes áreas: ambiente, comunidades y producción.

Nuevos protocolos

Los protocolos fueron diseñados para representar las mejores prácticas y principios de la industria a nivel global. “De hecho, la Argentina desarrolló y sumó en el país dos protocolos adicionales a los originales (los de manejo del agua y de cierre de mina) por considerar que son temáticas clave en nuestro territorio”, explica Mignacco.

Los proyectos participantes se guían por un conjunto de principios rectores y comunican anualmente su desempeño en relación a los indicadores del programa en los informes de progreso. El objetivo de las empresas durante el primer año es realizar un análisis y que cada operación se organice y se capacite sobre los principios del programa. En el segundo y tercer año deben realizar una autoevaluación de cada uno de los protocolos. Y al cuarto año se realiza una verificación externa de la autoevaluación.

Para respaldar la credibilidad, el programa posee un panel independiente, de representantes de la sociedad civil, que trabaja en forma voluntaria y ad honorem para supervisar la implementación y los informes que se generan. Hasta ahora el panel se focalizó en cuestiones relacionadas con análisis académico, revisión del material técnico, estudio y capacitación.

La apuesta al litio

Franco Mignacco analizó el caso del litio: “En el caso del litio, en nuestro país se encuentra en salmuera (agua subterránea con alta concentración de sales). Para su producción se extrae la salmuera de los pozos con un impacto mínimo en los recursos de agua potable fuera del salar”.

En su mayoría, se la bombea desde las profundidades del salar hasta grandes piletas de evaporación construidas en las propias salinas que están impermeabilizadas. Allí, por evaporación natural gracias al sol y el viento se separa de otras sales (sales de sodio, por ejemplo) hasta obtener una salmuera concentrada en litio. Luego, mediante un proceso químico se produce el carbonato de litio.

“Para 2025, se espera que el litio desplace al oro como el principal mineral de exportación de nuestro país”, pronostica Viglione. La razón está en las reservas que tienen las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta, que hoy compiten por captar inversiones mineras.

La Argentina forma parte, junto a Bolivia y Chile, del llamado “Triángulo de Litio”, donde se encuentran las mayores reservas de este mineral a nivel mundial. Adicionalmente, se ubica como el cuarto mayor productor del planeta, por detrás de China, Chile y Australia, y es el segundo país con más reservas a nivel global.

Entrevistados: Franco Mignacco, Leandro Gómez, Leonardo Viglione, Gerardo Morales nbs.ar/

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