¿Se recuperaron el empleo público y privado a los niveles anteriores a la pandemia?
De acuerdo a las últimas estimaciones del Ministerio de Trabajo, el empleo asalariado formal en el conjunto del sector privado registró en abril un crecimiento del 0,7% mensual (40.600 empleos), la mayor variación positiva desde el inicio de la serie en 2009.
En abril, la cantidad de trabajadores registrados fue 54.800 mayor que en marzo en la medición sin estacionalidad (+0,5%). Todas las modalidades crecieron: el sector privado en 40.600 asalariados (+0,7%) y el público en 1.000 (0%). En el empleo independiente, aumentó la cantidad de monotributistas (+0,2%), autónomos (+0,5%) y monotributistas sociales (+1,5%).
De acuerdo datos del SIPA, en marzo la remuneración promedio de los asalariados privados registró una suba real de 1,6% respecto a la variación del IPC del periodo. Por su parte, el salario real del sector público mostró una baja interanual de 9% mientras que el privado no registrado cayó 5,4% i.a. según datos de INDEC.
Si bien el empleo formal privado continúa 1,6% por debajo de los niveles de febrero de 2020, desde agosto pasado se recuperaron 100.000 puestos de trabajo formales.
"Es probable esperar cierto freno en esta mejora en la medición correspondiente a mayo (por efecto de la segunda ola de COVID-19), pero en la medida en que continúe la tendencia de las últimas semanas el empleo formal debería proseguir con su recuperación", se lee en el informe de julio de Centro de Estudios Para la Producción (CEP XXI).
"La recuperación del empleo en estos meses ha sido profundamente heterogénea, tanto en lo sectorial como en el territorial. La industria ha sido un sector de buen desempeño, con un 1,9% más de trabajadores formales que en febrer de 2020 (21.000 trabajadores formales). Lo opuesto ocurrió con hoteles y restaurantes, cuyo empleo se redujo en 20,4% (-54.000 empleos) desde el inicio de la pandemia. Si bien a partir de marzo pasado se revirtió la tendencia, la caída sectorial ha sido la más marcada de toda la economía", continúa el reporte.
Como contraparte, el empleo formal en la construcción fue uno de los más afectados en los primeros meses de pandemia, con una contracción del 17,5% entre febrero y julio de 2020. Dicha caída se montó sobre lo ocurrido en 2019, año en que el empleo en la construcción se redujo un 10,3%. No obstante, desde julio pasado la tendencia se revirtió y el empleo en este sector se ha ido recuperando mes tras mes. Más allá de esta mejora, en abril de 2021 la cantidad de empleos formales en la construcción fue 5,6% inferior a la de la prepandemia.
Por su parte, el comercio registró un comportamiento bastante similar al del conjunto del sector privado, con una baja del 1,2% desde el inicio de la pandemia (aunque con una recuperación de casi 10.000 empleos formales en lo que va de 2021).
El agro sufrió una leve contracción respecto a los niveles de la prepandemia (-0,4%), aunque vale apuntar que en su interior hubo importantes heterogeneidades. Mientras que el empleo formal en sectores como el vitícola y tabaco se contrajo intensamente (-31,3% y -9,6% entre abril de 2019 y abril de 2021 respectivamente), en actividades como cultivo de soja, frutos secos, arroz, yerba mate, producción de leche bovina, cría de ganado porcino y huevos se registraron expansiones que permitieron contrarrestar gran parte de esas bajas.
Heterogeneidad territorial
Servicios informáticos y empresariales, junto con la minería, son los únicos sectores creadores de empleo en dos años
El informe del CEP XXI analiza qué ocurrió con el empleo formal privado en cada provincia entre 2019 -antes de la pandemia- y la actualidad.
Entre abril 2019 y el último mes de abril, según indica el informe, se registró una caída del empleo asalariado formal privado del 3,8%.
De esa caída, la mayor parte (2,3 puntos de esos 3,8) se materializó en la prepandemia (abril 2019 a febrero 2020): 17 de 24 provincias incrementaron su empleo formal privado en el último año. Sin embargo, si comparamos contra 2019, encontramos que todas salvo Tierra del Fuego y Santa Cruz redujeron la cantidad de empleo asalariado formal.
En Tierra del Fuego, la industria manufacturera (particularmente, la electrónica de consumo en Río Grande) fue el motor de la creación de empleo en los últimos meses. En Santa Cruz, la minería metalífera fue la principal impulsora del empleo formal en los últimos dos años; departamentos como Río Chico y Magallanes (ambos próximos al Macizo del Deseado, hoy una de las principales zonas mineras del país) están entre los 5 de mayor variación relativa del empleo en los últimos dos años con alzas del empleo del 22,8% y el 14,0% respectivamente.
La minería es una de las pocas actividades que -junto con la industria manufacturera, la salud y los servicios informáticos y empresariales creó empleo en los últimos dos años (+5,4% en términos relativos, lo que equivale a +1.300 empleos directos en términos absolutos, mayormente explicados por Santa Cruz, San Juan, Salta y Catamarca).
La construcción fue una de las principales expulsoras de empleo en la gran mayoría de las provincias. Si bien se ha recuperado en los últimos meses, el balance contra abril de 2019 todavía continúa siendo negativo (-20,3%), en gran medida por lo ocurrido en 2019. El turismo y la gastronomía fueron otras de las grandes destructoras de empleo, con caídas en las 24 provincias.
El espejo de turismo y gastronomía es la industria del software, que creó empleo en cada una de las 24 jurisdicciones en los últimos dos años (+14,8 mil puestos de trabajo, lo que equivale a una suba relativa del 13,4%). La provincia de Buenos Aires, CABA, Córdoba y Santa Fe explicaron el 85% de dicho incremento.
Fuente: Iprofesional.com