Los metales se encaminan a un 2026 estable mientras el oro prolonga su ciclo récord

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, elaborado en base a proyecciones del Banco Mundial, anticipa un escenario mixto para los commodities: la energía lidera las caídas, los minerales críticos buscan un reacomodamiento y los metales preciosos sostienen la tracción.
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El nuevo reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario, sustentado en las proyecciones del Banco Mundial, señala que el índice global de commodities profundizará su tendencia descendente en 2026, básicamente por la caída en la energía. Sin embargo, el panorama es más equilibrado para los metales y minerales, que muestran estabilidad, señales de recuperación moderada y un contraste notorio con el fuerte repunte del oro.

Metales: estabilidad en 2026 después del avance de 2025

El informe proyecta que, tras un aumento estimado del 3 por ciento en 2025, el índice de metales y minerales permanecerá prácticamente sin cambios en 2026, con un incremento marginal cercano al 0,3 por ciento. Recién en 2027 se espera una recuperación más clara, del orden del 2 por ciento. Según el organismo, esta estabilidad responde a una demanda que avanza lentamente y a condiciones de oferta restringidas en metales clave como el cobre, el níquel y el aluminio.

Minerales críticos: litio en transición y mercados reacomodándose

El documento destaca que los minerales críticos mostraron un cierre de 2025 más dinámico. Las tierras raras y el cobalto retomaron una senda de recuperación, mientras que el litio registró un incremento del 18 por ciento en el tercer trimestre de 2025, motorizado por el endurecimiento regulatorio en China.

Pese a este repunte, las perspectivas de corto plazo siguen contenidas por la expansión global de la oferta. La visión estructural, en cambio, permanece sólida: la demanda de energía limpia, movilidad eléctrica, electrónica y almacenamiento supera la capacidad de producción prevista para los próximos años. Entre los riesgos al alza se mencionan posibles interrupciones en el suministro y nuevas restricciones comerciales; entre los riesgos a la baja, el informe apunta a la menor actividad industrial en China e India.

Oro: máximos históricos y un ciclo que continúa en 2026

El segmento de metales preciosos es el que muestra el comportamiento más destacado. En 2025 se proyecta un salto del 41 por ciento y el oro alcanzó máximos históricos en la segunda mitad del año. Para 2026 se espera un nuevo avance, del 6 por ciento, antes de una corrección moderada hacia 2027.

El reporte indica que la inestabilidad global sigue impulsando la búsqueda de refugio financiero. La flexibilización monetaria en Estados Unidos, el dólar más débil y la demanda sostenida de bancos centrales —que vienen comprando oro a un ritmo sin precedentes— explican buena parte del movimiento. La plata acompañó la tendencia y también llegó a valores récord por su doble función: resguardo de valor e insumo central en tecnologías de energías renovables.

Energía: el factor decisivo del retroceso global

El principal motivo del descenso del índice global continúa siendo la energía. Según la proyección utilizada por la Bolsa de Comercio de Rosario, el Brent promediaría 68 dólares por barril en 2025 y 60 dólares en 2026, en un contexto de menor demanda mundial y una oferta que alcanzaría máximos históricos. El gas presenta comportamientos diferentes según la región, con subas previstas en Estados Unidos y bajas en Europa.

Un año de transición para los mercados de metales

De acuerdo con la interpretación de la BCR, 2026 será un año de transición para los metales y los minerales críticos. El mercado buscará estabilizarse después de varios ciclos de volatilidad, con proyecciones que combinan señales mixtas según el segmento. El oro seguirá siendo el sostén más firme dentro del universo de metales, mientras que el litio y otros minerales estratégicos continúan atravesando un reacomodamiento condicionado por la expansión de la oferta y la evolución tecnológica global.

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