Cómo será el futuro de la minería global y el rol clave del litio argentino



La minería global atraviesa un momento bisagra. Así lo revela la edición número 21 del informe “PwC Mine 2025: Concentrating on the future”, que identifica las principales tendencias, desafíos y oportunidades para el futuro de una industria clave en la transformación energética y digital del mundo.
Según PwC, la industria minera global enfrenta una transformación profunda, impulsada por la transición energética, la presión regulatoria y la necesidad urgente de un modelo más sustentable. Este nuevo contexto exige a las compañías repensar su rol: ya no basta con extraer minerales, ahora deben contribuir a las cadenas de valor que habilitan la movilidad eléctrica, las energías limpias, la infraestructura verde y la salud del planeta.
El informe detalla que, durante 2024, los ingresos de las 40 principales empresas mineras del mundo (excluyendo las enfocadas en oro) cayeron más del 3%, a pesar del aumento en la producción de minerales clave. Esto se explica por el encarecimiento de los costos operativos y la caída en los precios internacionales. En contraste, las compañías especializadas en oro vieron crecer sus ingresos un 15% y su EBITDA un 32%, gracias a precios récord que actuaron como refugio financiero en un contexto volátil.
PwC también advierte sobre la caída en la cantidad de fusiones y adquisiciones (M&A). En 2024 se registraron 280 transacciones vinculadas con minerales críticos como cobre, litio, níquel, zinc, uranio, tierras raras y manganeso. Aunque este número representa una baja frente a los 428 acuerdos de 2022 y los 352 de 2023, el valor agregado de estas operaciones se mantuvo relativamente estable, excluyendo movimientos extraordinarios. Esto marca un cambio en la estrategia de inversión: menos volumen, pero más foco estratégico.
Valor más allá del mineral
La nueva edición de Mine identifica seis dominios donde los minerales adquieren un valor estratégico: energía y combustible, movilidad, alimentación, salud, construcción y manufactura. Estos sectores están cada vez más interrelacionados y dependen de un suministro estable de minerales como litio, cobre, cobalto, uranio, fosfato, tierras raras y níquel.
Uno de los puntos más sensibles es la alta concentración geográfica de la oferta: China controla más del 50% de la producción de 18 minerales clave, y un porcentaje aún mayor del procesamiento global. A esto se suma la dependencia de uranio kazajo, cobalto congoleño y manganeso africano, lo que plantea riesgos crecientes ante tensiones geopolíticas, conflictos comerciales o desastres naturales.
Para enfrentar esta vulnerabilidad, PwC propone diversificar el mapa minero global mediante incentivos a la exploración, acuerdos bilaterales, inversión en procesamiento local, sustitución tecnológica y reciclaje. También destaca casos emblemáticos como Indonesia, que en solo una década multiplicó su capacidad de fundición de níquel mediante políticas industriales activas y asociaciones público-privadas.
Oportunidad argentina: litio, licencia social y cooperación
El informe dedica un apartado especial a América Latina, con foco en el triángulo del litio. Argentina, junto con Bolivia y Chile, posee vastas reservas de este mineral fundamental para la electromovilidad. “En Latinoamérica, y particularmente en Argentina, el desarrollo del triángulo del litio ha captado la atención de inversores internacionales. Sin embargo, es fundamental generar condiciones de estabilidad y previsibilidad para atraer inversiones sostenibles”, señala Leonardo Viglione, socio de PwC Argentina y líder de la Industria Minera.
Para lograrlo, las compañías deben redefinir sus estrategias hacia 2025 priorizando la innovación tecnológica, la eficiencia operativa y, sobre todo, el fortalecimiento de la licencia social para operar. Esto implica construir relaciones genuinas con las comunidades, aplicar estándares ambientales exigentes y promover el desarrollo económico local.
Tres claves para una minería resiliente
El informe destaca que el desarrollo minero de la próxima década tendrá tres pilares fundamentales: digitalización, energías limpias y transparencia. Estos factores no solo aumentan la competitividad, sino que también responden a las expectativas sociales y de los inversores globales.
Además, PwC plantea que el futuro del sector dependerá de su capacidad de colaborar en todos los niveles del ecosistema:
-Con comunidades y gobiernos: para co-desarrollar infraestructura crítica (agua, energía, caminos, salud y educación).
-Con instituciones educativas: para atraer talento joven y promover una minería más tecnológica y diversa.
-Con sectores industriales adyacentes: como energía, manufactura y tecnología, generando innovación conjunta (como el uso de metales del grupo del platino en proyectos de hidrógeno verde).
En este nuevo escenario, la minería no es solo una fuente de materias primas, sino un socio estratégico en la transición hacia un desarrollo más inclusivo y bajo en carbono. “Los líderes estratégicos deberán tener una nueva visión frente a los riesgos sistémicos y a la concentración de recursos, orientada a generar valor más allá de los modelos tradicionales, donde la innovación, la sostenibilidad y la cooperación sean las bases de una minería resiliente, inclusiva y preparada para el futuro”, concluye Viglione.
Fuente: Diario Los Andes