El reporte sectorial de junio de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) da luz sobre un viejo reclamo que tienen las provincias productoras, sobre que la mayor parte de las tributaciones del sector minero quedan en manos de Nación. Precisamente el 66,9% de los aportes fiscales de la actividad, según la estimación que la CAEM hizo para este año, terminan en las arcas nacionales, mientras que el resto (el 33,1%) termina en las jurisdicciones donde se lleva adelante la industria minera.

Esa inequidad en el reparto de beneficios fue planteada, por ejemplo, desde la Mesa del Litio, que constituyen Salta, Jujuy y Catamarca. "La discusión está en cuánto se queda Nación y cuánto se quedan las provincias dueñas del recurso", se la escuchó decir numerosas veces a Flavia Royón, diputada salteña electa y secretaria ejecutiva de la Mesa del Litio.

De acuerdo al informe, el aporte tributario de la minería durante este año será de 1 billón 272.845 millones de pesos. De ese monto la Nación recauda en concepto de seguridad social, en un 53%; en derechos de exportación (retenciones), en un 11%; impuesto a las Ganancias, 15%; IVA, 13%; y débitos y créditos, 7%.

En tanto, las provincias mineras reciben aportes en concepto de regalías, en un 30% del total de las tributaciones jurisdiccionales; del impuesto de Ingresos Brutos, que significa el 62%; entes públicos, 6%; fondos fiduciarios, 1%; y otros tributos, 1%.

Lo que está en juego

La discusión adquiere más relevancia si se tiene en cuenta que el mayor beneficiario de los proyectos mineros es el Estado a través de los derechos de exportación, impuesto a la ganancia, distribución de dividendos y otras cargas que no solo corresponden a los inversores sino también a proveedores.

  
Distintos estudios, privados y de organismos públicos, dieron cuenta que alrededor del 80% de la facturación de las empresas mineras queda en el país. Uno de ellos, el Centro de Estudios para la Producción XXI (CEPXXI) determinó en 2022, que de cada US$100 exportados en minerales, US$68 terminan siendo una generación neta de divisas para la economía argentina.

Fuente: El Tribuno