Argentina se encuentra en plena expansión de su industria litífera, con proyecciones que indican que para 2035 las exportaciones de litio podrían superar los 11.300 millones de dólares. Así lo detalla el reciente informe sobre el litio elaborado por la Secretaría de Minería del Ministerio de Economía, al que accedió Minería Sustentable.

En 2024, las exportaciones de litio sumaron USD 645 millones, explicadas en un 93,6 % por carbonato de litio y un 6,1 % por cloruro de litio. A pesar de la caída internacional del precio —que en 2024 promedió USD 12.405 por tonelada, un 82 % por debajo del récord de 2022—, el aumento del volumen exportado permitió sostener niveles elevados de ingreso de divisas.

Actualmente, Argentina cuenta con seis proyectos en operación, distribuidos en Catamarca, Salta y Jujuy, y quince en etapas avanzadas (construcción, factibilidad, prefactibilidad o evaluación económica preliminar). Además, hay más de 40 proyectos en fases exploratorias. En conjunto, esta cartera ubica al país como el quinto mayor productor mundial en 2024, con una producción de 18.000 toneladas métricas de contenido de litio.

Entre los proyectos destacados figuran Cauchari-Olaroz (Jujuy), Fénix (Catamarca), Sal de Oro (Catamarca-Salta) y Centenario-Ratones (Salta), algunos de los cuales incorporan tecnologías de extracción directa (DLE) y uso de energía limpia. Sal de Oro, operado por la surcoreana POSCO, puso en marcha en 2024 la primera planta comercial de hidróxido de litio del país.

El potencial futuro está respaldado por un conjunto de factores: Argentina posee el 20 % de los recursos mundiales de litio y el 13,3 % de las reservas globales, según datos del USGS. Además, en 2024 concentró el 11,4 % del presupuesto global para exploración de litio, siendo el cuarto país con mayor inversión en este rubro.

La competitividad del país se ve reforzada por costos de producción relativamente bajos. Según la consultora S&P, los proyectos argentinos muestran un cash cost (C1) entre USD 5.000 y 5.800 por tonelada de LCE, ubicándose por debajo de Chile y solo por encima de Australia y Zimbabue, cuyos costos se benefician de menores regalías.

La inserción internacional del litio argentino se da principalmente a través de la exportación de carbonato de litio obtenido de salmueras, un producto de mayor valor agregado que el concentrado de espodumeno exportado por Australia o Zimbabue. En 2024, los principales destinos de las exportaciones fueron China (67,6 %), Estados Unidos (13,7 %), Corea del Sur (9,9 %), Japón y Alemania.

El régimen de incentivo a grandes inversiones (RIGI), implementado en 2024, es otro de los factores considerados clave para atraer capitales. Ofrece estabilidad normativa, beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios, y un entorno regulatorio predecible para proyectos estratégicos como los del litio.

De concretarse las inversiones previstas —estimadas en USD 7.900 millones hasta 2030—, Argentina podría convertirse en el segundo productor mundial hacia 2035, superando a Chile y quedando solo por detrás de Australia. Esto permitiría triplicar la producción actual y multiplicar por 17 el valor exportado en solo una década.