Un conflicto a gran escala iniciado en febrero de 2022 sin ningún tipo de tregua a la vista: de esta manera podría resumirse la invasión de Rusia a Ucrania, que ya es un quiebre en la historia moderna, particularmente en el Viejo Continente. Los sucesos en Europa Oriental ya presenta, además de miles de víctimas en ambos bandos, una perspectiva de un mundo moderno, donde el viejo orden asociado a la globalización tendería a alejarse, para limitarse a las denominadas esferas de influencia.

La paz entre los dos países se encuentra cada vez más lejos. Una de las principales potencias militares a nivel global, el 1 de junio Rusia sufrió un ataque masivo con drones por parte de Ucrania, adentrándose en lo más profundo del país gobernado por Vladimir Putin, ocasionando un gran daño en las fuerzas aéreas y otras instalaciones. De la misma manera, el 31 de mayo Rusia había atacado sistemáticamente a Ucrania a través del sistema de drones. La ronda de paz prevista para el 2 de junio en Estambul tiene un futuro por lo menos incierto.

En este contexto, y sobre los temores geopolíticos, el oro ha alcanzado valores superiores a los US$3.250/oz; desde el inicio del conflicto, el metal dorado ha ganado más de US$1.500/oz, demostrando que no deja de poseer su rol histórico de preservación de valor en momentos de incertidumbre. Sobre ello, el oro es condierado un activo estable y seguro con mayor solidez y previsibilidasd que otro tipo de activos con mayor volatilidad.

A lo largo de los años, la industria del oro ha observado el auge de nuevos actores, así como la caída de referentes históricos, en este nuevo caso de productores históricos como Perú, EE.UU. y sobre todo Sudáfrica, país que llegó a representar, en su momento de auge, más del 70% de la oferta mundial de mina. Este último país significó un 17% de la producción de 2003: en 2024 fue menor al 4%. En sintonía similar, aunque no tan acentuada, otros referentes como Perú -100 toneladas producidas en 2024 versus 150 toneladas en 2003- y EE.UU. -160 toneladas producidas en 2024 versus 270 toneladas en 2003- han retrocedido en el ranking mundial. En forma conjunta, Sudáfrica, EE.UU. y Perú representaban el 33% planetario -870 toneladas- en 2003, retrocediendo hasta solo un 10% de 2024, a partir de las 360 toneladas producidas en forma conjunta.

¿Quiénes irrumpieron para destronar a estos países, a la vez de ser actores directos para que la producción de oro haya aumentado para alcanzar las 3.300 toneladas de 2024? Con crecimientos del 95% y 72% en su oferta de oro, China y Rusia han aumentado su participación en forma exponencial, desde unas 195 toneladas a 380 toneladas, y desde 180 toneladas a 310 toneladas, respectivamente. Estos dos países son los máximos productores, con una oferta acumulada que simboliza el 21% del total global de 2024 (14% en 2003)

Estos más de veinticinco años han sido testigos de una creciente atomización de los productores auríferos, y Argentina ha transformado su rol de un productor muy limitado a registrar unas 35 toneladas en 2023. A pesar de ser un valor pequeño en términos nominales, no deja de ser un importante contribuyente a las exportaciones de nuestro país, así como impulsor del desarrollo económico y social de las áreas de influencia de los emprendimientos mineros.

Fuente: Panorama Minero