Cómo la antiminería y las políticas gubernamentales afectaron la minería argentina
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Por: Victor Garcia
El reconocido geólogo nacional Eddy Lavandaio, autor del libro "Minería Perón y Después", ha analizado en profundidad el sector minero argentino, poniendo especial énfasis en los factores que han contribuido al auge del movimiento antiminero en el país. Lavandaio, un destacado divulgador de la minería, ha dedicado más de dos décadas a señalar los intereses detrás de esta oposición. En diálogo con Zonda Diario, abordó el tema a partir de los recientes hechos violentos en Uspallata, Mendoza, donde manifestantes antimineros irrumpieron en la inauguración de la Cámara de Proveedores Mineros.
El desarrollo de la minería en Argentina y sus altibajos
"Bueno, el tema minero ha tenido sus idas y venidas, y eso fue en gran medida lo que yo describí con bastante detalle en el libro que escribí en el 2021, que se llama ‘Minería Perón y Después’. Allí hice una pequeña historia del desarrollo minero argentino, porque en Argentina probamos muchas cosas, Argentina es un país que tenemos vaivenes, idas y venidas, y hemos probado muchas cosas que yo tuve la suerte de vivir, porque soy sencillamente viejo", explicó Lavandaio.
El especialista destacó que hasta la década de 1990 la minería metalífera en Argentina no había logrado desarrollarse, a pesar del potencial geológico del país. "Siempre hablamos de que la cordillera tiene dos lados, y de un lado tiene la principal actividad económica de Chile, y de este lado no teníamos lo mismo. Y de manera que, a partir de los años 90, recién se hicieron las reformas que hacían falta para atraer los capitales necesarios para desarrollar la minería metalífera", agregó.
En este sentido, Lavandaio señaló que uno de los grandes fracasos hasta los años 90 fue el intento de desarrollar la minería con inversores argentinos, lo cual nunca prosperó debido a que "Argentina es un país con muchas oportunidades en otros campos, no en la minería, donde hay una larga etapa de riesgo en que los inversores argentinos prefieren no meterse".
La situación cambió con la reforma del Código de Minería y la incorporación de regulaciones ambientales e industriales, lo que generó confianza en los capitales extranjeros. Como resultado, a partir de 1997 se pusieron en marcha las primeras minas metalíferas bajo el nuevo marco legal: Bajo de la Alumbrera y Fénix en Catamarca, y Cerro Vanguardia en Santa Cruz. "Cada año que pasaba se invertían 100 millones de dólares promedio en exploración, lo que llevó a un auge en la actividad minera que alcanzó su máximo entre 2010 y 2012", recordó el geólogo.
El impacto de la antiminería y el declive de la inversión
Sin embargo, Lavandaio atribuye el estancamiento del sector a una combinación de medidas gubernamentales desfavorables y el avance del movimiento antiminero. "A partir de 2010 comenzaron los problemas: retenciones, trabas burocráticas y restricciones que afectaron la ecuación económica de los proyectos. Al mismo tiempo, varias provincias aprobaron leyes restrictivas contra la minería, lo que generó desconfianza en los inversores", destacó.
El especialista también analizó el surgimiento de la oposición minera en Argentina, que según él, se gestó entre 2002 y 2003. "Acá tenemos que considerar varios factores que contribuyeron al crecimiento de una antiminería poderosa. El otro día acabó un problema serio en Uspallata, que es una de las tantas consecuencias de esa antiminería creada hace más de 20 años".
Lavandaio subrayó que uno de los factores clave ha sido la falta de educación en geología en Argentina. "Nuestros niños y adolescentes no aprenden qué es lo que hay debajo de sus pies. No saben que el cobre, el litio, el hierro y otros minerales que usan a diario provienen de la tierra y deben ser extraídos", remarcó. Esta falta de conocimiento, según Lavandaio, facilitó la difusión de mensajes alarmistas por parte de organizaciones como Greenpeace y la Pastoral Social de la Iglesia Católica.
"Greenpeace, que es una multinacional, jugó un rol clave al traer argumentos basados en accidentes mineros de otras partes del mundo y presentarlos como inminentes en Argentina. Luego, la Pastoral Social contribuyó con panfletos y documentos que difundieron miedo sistemáticamente", aseguró el geólogo. Además, señaló que algunos sectores empresariales ligados a la mano de obra barata y políticos oportunistas se sumaron al movimiento para proteger sus intereses o captar votos.
Desde Mendoza mirando a la minería
Lavandaio concluyó que la falta de inversión en minería ha perjudicado el desarrollo del país, especialmente en provincias como Mendoza, donde la actividad minera está paralizada, mientras que en San Juan se han identificado al menos cinco grandes yacimientos de cobre listos para su explotación.
"San Juan tiene cinco yacimientos de cobre cubicados con reservas enormes, pero no se ha puesto en marcha ninguno en 10 años. Esto se debe a la desconfianza generada por la antiminería y a la falta de políticas claras para fomentar la inversión", afirmó.
En un contexto en el que la demanda mundial de minerales críticos sigue en aumento, la minería argentina enfrenta el desafío de revertir la desconfianza y recuperar su dinamismo. Para Lavandaio, la clave está en la educación y en generar políticas que brinden estabilidad y confianza a los inversores, permitiendo así el desarrollo de un sector que podría ser una pieza clave en la economía del país.
Fuente: diarioelzondasj.com.ar
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