Los expertos en el mercado de los metales preciosos se están planteando ahora la posibilidad de que esta falta de suministro acabe afectando también al oro y la plata, como ya sucedió de manera puntual en algunos momentos de 2020.

por José Ángel Pedraza

La situación es más grave de lo que se pensaba. Como señala Stefan Gleason desde el blog de Money Metals, numerosos sectores se están enfrentando a restricciones de suministro en los Estados Unidos: la escasez de bicicletas y componentes de las mismas se va a extender hasta 2022; el suministro de automóviles, tanto nuevos como usados, es tan escaso que los compradores se ven obligados a pagar lo que les piden por ellos; las farmacias estadounidenses han elaborado una lista con los 192 medicamentos más escasos; los hoteles están reduciendo servicios de limpieza y mantenimiento por falta de personal; por no hablar de la falta de material de oficina, ordenadores, etc.

Desde el Gobierno estadounidense responsabilizan a los problemas del transporte marítimo como los responsables de estos problemas de suministro, pero, según Gleason, la razón es más grave, y tiene que ver con la falta de planificación.

“La falta de suministros es una característica típica de las economías socialistas, que carecen de la capacidad de responder a las cambiantes dinámicas de suministro y demanda. En una economía de mercado que funcione de forma adecuada, las alteraciones en los precios provocan que el suministro se adapte de forma inmediata a las fluctuaciones en la demanda. El problema es que estas alteraciones de los precios se han visto distorsionadas por las masivas intervenciones en la economía por parte del Gobierno y la Reserva Federal”, denuncia el experto en metales preciosos.

Así, muchas personas están recibiendo subsidios por no trabajar, lo que acrecienta la presión en el mercado laboral, falto de mano de obra activa. Además, la Fed está limitando de forma artificial la subida de los tipos de interés, lo que provoca el efecto de estimular el mercado especulativo y la demanda de consumo, disparando la inflación.

“Por ello, debemos prepararnos para navegar por unos mercados erráticos e impredecibles con la posibilidad de una importante subida de la inflación. En este entorno, si los inversores empiezan a cambiar hacia activos que protejan de la inflación y se alejan de los activos financieros, el mercado de los metales preciosos podría verse afectado muy pronto por una avalancha de demanda que el actual suministro no podría satisfacer. Ello provocaría escasez en el suministro de productos de oro y plata en las tiendas, disparando las primas sobre los mismos y arrastrando también al precio”, advierte Stefan Gleason.

American Eagles

Desde Money Metals recuerdan que, durante los últimos dos años, la United States Mint no ha sido capaz de producir la cantidad adecuada de American Eagles de oro y plata para satisfacer la demanda de ambas monedas.

Así, en 2019 se vendieron alrededor de 15 millones de American Eagles de plata, una demanda que se duplicó en 2020. Para 2021, las previsiones apuntan a que se superará incluso la cifra del año pasado, con 27 millones de piezas vendidas en lo que llevamos de año.

En el caso de los American Eagles de oro, la demanda también se ha disparado: en 2019 se vendieron apenas 108.000, mientras que en 2020 la cifra creció hasta las 747.000 unidades. Y en lo que llevamos de 2021, ya se han vendido 928.000 monedas.

La escasez tanto de los American Eagles como de otros bullion similares está provocando que los compradores tengan que pagar primas cada vez más elevadas por las piezas.

Según Gleason, “la buena noticia es que aquellos que posean metales preciosos van a estar en el puesto de mando. Pueden permitirse vender cuando consideren que el precio ha subido lo suficiente, incluyendo la prima por encima del precio spot. Y si siguen empeorando las cifras de inflación provocada por el Gobierno y los problemas de suministro, el precio actual de los bullion no es nada comparado con el nivel que va a alcanzar”.

Fuente: Oroinformacion.com