Desde los inkas, abusos, traiciones y picardías en minería, por Waldo Chayle

Las picardías, abusos y traiciones no son exclusivos de la minería, se registran en todos los ámbitos de la sociedad, en el pasado, presente y seguramente continuara en el futuro.
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Estas actitudes estuvieron presentes en la minería desde la época de los inkas, continuaron en la conquista y colonización de los españoles, incluso cuando comenzó la etapa republicana.

Las ambiciones de los incas, los españoles, indígenas y luego de los criollos, llevaron a la esclavitud de trabajadores mineros, mediante engaños, mentiras o abusos de autoridad expresos.

Los Inkas, también fueron conquistadores de la región Andina. Entre sus actividades, tuvieron importante desarrollo en la minería, con aplicación tecnológica que después utilizaron los conquistadores españoles. Los inkas, en regiones donde no acordaban pacíficamente la ocupación, los sometían mediante la fuerza y a los conquistados los utilizaban como mano de obra barata o gratis.

Cuando comenzó la conquista y colonización de los españoles, algunos indígenas se oponían a la entrega de los recursos mineros a los invasores, otros no tenían ningún inconveniente para traicionar a su pueblo, por ejemplo, el Huayna Capag poderoso Inka del Perú, con su hijo Paulus, para obtener algunos beneficios, entregaron a los españoles la famosa mina Porco (Bolivia). De modo similar Diego Huallpa hijo de un conocido personaje inka, entregó Mina Potosí (Bolivia). Mientras avanzaban con la colonización hubo indígenas traicioneros que facilitaban a los españoles el hallazgo de los minerales.

En la Puna jujeña era común, las personas con capacidad económica contrataban indígenas, sin la firma de documentos, para exploración de minerales y cuando localizaban algún mineral, comunicaban al patrón para que la registrara ante las autoridades. En algunos casos, las personas contratadas, después de encontrar un mineral registraban la mina a su nombre, lo que generaba conflictos y juicios.

Los indígenas fueron declarados libres por la Corona Española, sin embargo, eran tratados como esclavos para los trabajos de las minas. Eran explotados por los dueños de "mercedes" y los "encomenderos". Esta situación se presentó desde la Época de la Colonia y avanzada en el tiempo de la Independencia de nuestro País. En algunos casos, primero les ofrecían dinero para luego devolver con el trabajo, pero finalmente era difícil que el indígena recupere la libertad, porque la empresa, siempre buscaba el modo de mantenerlo endeudado, de esta manera, terminaban siendo esclavos.

Algunos mineros recurrían a prácticas desleales para atraer capitales o vender la mina en perjuicio de los empresarios interesados para su compra. Por ejemplo, mineros sin escrúpulos, esparcían previamente en la arena pepas y polvo de oro. Luego de lavar las arenas encontraban cantidades extraordinarias de oro, por lo tanto lograban la venta de la propiedad minera, pero posteriormente la empresa compradora no lograba absolutamente nada. En otros casos, el vendedor colocaba en el cigarrillo oro en polvo e invitaba a fumar al comprador, el oro caía en la arena que luego era lavada y cuando el comprador adquiría la propiedad, obviamente no encontraban nada de mineral. En otros casos, disparaban con armas de fuego balas con contenido de oro sobre el cuarzo blanco (mineral en el cual se encuentra oro), luego indicaban al comprador los lugares de impacto en los que mostraban el oro.

Las autoridades del gobierno provincial y de la Dirección de Minas, no estaban exentas de denuncias frecuentes por irregularidades, generando "escándalos mineros" que trascendían en diferentes ámbitos. Por ejemplo, en el año 1931 hubo una demanda en contra de las autoridades por "decretos inconstitucionales".

Fuente: El Tribuno

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